FÁBRICA DE HILADOS Y TEJIDOS LA
AURORA
FÁBRICA LA AURORA, Cierra sus puertas
el 19 de marzo de 1991.
Los planes de instalar la fabrica textil inician desde
finales del siglo XIX, cuando la sociedad anónima recién constituida Romero
Rodil y Sauto, decide incursionar en ese renglón de manera por demás
tecnificada, al pensar en la utilización de energía eléctrica para mover sus máquinas
para la fabricación de hilados y tejidos.
Después de comprar los derechos de las aguas de la Ciénega de
Landeta, almacenada en la presa de Los Batanes, y conocida como de Las Colonias
desde los años cincuenta, de lo cual hemos hablado abundamentemene, se
realizaron los trabajos técnicos para el diseño, adquisición y puesta en marcha
de la entonces modernísima fábrica textil.
En 1903 se inaugura la colonia “Aurora”, obra del maestro
Felipe López.
Los trabajos formales se iniciaron en los últimos años del
siglo XIX, y ya para el año de 1906 la cortina de la presa estaba totalmente adaptada
a su nuevo uso, lo cual se corrobora de la placa de cantera, que aun se
conserva y que hace alusión a ese año, entre las tareas importantes que se
realizaron fue el diseño y construcción de los pilares de soporte para la
tubera de construcción, la que requirió obra civil hidráulica de la mayor
importancia en ese momento. El trazo para la conducción, atraviesa lateralmente
el cañón por el que se hundían las aguas de la Ciénega y la de otros arroyos de
menor importancia, pero que contribuyan a engrosar el caudal de agua.
Estos trabajos se conservan hoy en día y se puede corroborar
el enorme esfuerzo realizado para conseguir llevar el agua hasta las turbinas
de la fábrica, agua que la misma hacia varios siglos usaban los batanes en el
fondo del cañón, gracias a las mercedes reales otorgadas a diversas personas,
hoy quedan algunos muros que atestiguan de las instalaciones en el sitio.
La pujante actividad industrial fue referida y obviamente constatada
por innumerables visitantes y autoridades, quienes en su, momento así lo
señalaron en diversos documentos escritos y de los cuales hay evidencias. Don
Adolfo Dollero señala en su libro:
“Visitamos varios lugares muy risueños de los alrededores, y
la fabrica de hilados y tejidos de algodón La Aurora, pequeña, pero instalada
espléndidamente con maquinaria inglesa de los últimos modelos conocidos.
Dicha fabrica estaba movida por fuerza hidráulica producida
por luna gran presa de agua, y por un manantial que pertenece a la misma
fabrica. En esos días estaban monteando una turbina moderna marca Vorth que debía
servir a aumentar la fuerza motriz.
La Aurora produce muy buen hilo, especial para rebozos y
buena manta. En la fábrica había limpieza y orden absolutos ley observamos que
todos los obreros vestían con mucha pulcritud usando sombreros modernos en vez
de los clásicos sombreros mexicanos de grandes alas”.
La vida de la fábrica continuo sin mayores percances hasta
1924, año en que cambio de dueño y deciden de común acuerdo con el propietario
de la presa, levantar metro y medio mas la cortina, a efecto de tener mayor
captación de agua, pues se corría el riesgo de tener temporadas de lluvia de
poca precipitación, con el consecuente peligro de insuficiente abasto de agua
para las turbinas eléctricas. Por esas mismas fechas, como trabaos de mantenimiento,
se cambió totalmente la tubería de conducción de agua.
Alrededor de 1928 (…) como seguían los problemas de abasto de
agua hacia la planta de generación eléctrica, se decidió, de común acuerdo con
el propietario de la presa y tierras, hacer unos tajos para aumentar la
captación de agua hacia la presa.
A mediados de los años 40, el elemento básico para la
generación eléctrica, el agua, empezó ser intermitente, por lo que la operación
rutinaria se convirtió en un verdadero problema. A partir de ese momento, el
uso inadecuado del agua en la zona de captación, al dejar de funcionar los
bordos y presa, deforestación y el bombeo de agua subterránea sin control,
origino que se dejara de operar exclusivamente con base en la energía
hidroeléctrica y se inició la generación simultanea de energía eléctrica con
motores Diesel y se contrataron los servicios de energía eléctrica de la red municipal,
el sueño de autosuficiencia económica industrial y agrícola había terminado.
La planta siguió trabajando con ese esquema hasta 1991, año
en que se cerró definitivamente; la aportación por hidroelectricidad fue
decreciendo paulatinamente, siendo al final la de menor cuantía. Actualmente,
todavía se conservan las instalaciones, que muestran con orgullo las turbinas
hidráulicas y equipos auxiliares de generación eléctrica, corazón de la fabrica
de hilados y tejidos, aunque ahora esas instalaciones, albergan otras
actividades totalmente distintas, en los rubros de las partes plásticas y
comerciales.
Los últimos propietarios fueron los señores Garay: D. Manuel,
D. Francisco y D. Rufino.
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