3 DE JULIO DE
1713, BENDICIÓN DEL TEMPLO DE LA TERCERA ORDEN.
Uno de los edificios religiosos
más antiguos de nuestra ciudad es la Tercer Orden, varias personas lo colocan
como el primitivo pero los datos consultados no nos permiten confirmarlo. Fray
Bernardo Cossin es a quien corresponde trasladar la fundación a un lugar más
propicio y lo establece en un paraje ya conocido como Izcuinapan, según el
cronista real Herrera. En tiempos virreinales el mayor de los manantiales del
lugar fue conocido como el Chorrillo a decir del Dr. Juan Benito Díaz de
Gamarra.
El templo primitivo es el de la
fundación es el de San Rafael hoy conocido también como la Santa Escuela de
Cristo por haber creado el Padre Alfaro esta cofradía a mediados del siglo
XVIII aunque es llamado en algunos documentos como la parroquia vieja, a decir
de Don Cornelio López. Probablemente fray Bernardo inició su construcción y la
continuó fray Ángel de Salcedo pues el padre Cossin fue sacrificado en el
actual Saín Alto, Zac en 1551, según la obra de fray Guillermo de Santa María.
Como en 1564 se crea la parroquia
de San Miguel la fundación se transforma en curato y los franciscanos pasan a
San Felipe, fundado en 1562; ahí vamos a encontrar a fray Francisco Doncel que
al lado de fray Pedro de Burgos fue sacrificado en 1575 en el portezuelo de
Chamacuero. En la capilla del señor de la Conquista de San Felipe están los
nombres de los curas y ahí encontramos el nombre y fecha del fray Francisco Doncel
en 1575. Por cierto, al igual que en la villa de San Miguel en la de San Felipe
los primeros curas fueron los mismos frailes que iniciaron la evangelización en
la chichimeca pero en San Felipe duró dos siglos este período ya que siguió
siendo atendido por frailes agustinos o franciscanos y es hasta 1773 que llegan
curas diocesanos don Miguel Hidalgo y Costilla se hará cargo del 24 de enero de
1793 a octubre de 1803. Según datos del padre Ibarra Grande autor del libro
Jaral de Berrio y su marquesado.
Para mejorar la atención a la
creciente población de la villa sanmiguelense las autoridades invitan a los
agustinos para que fabriquen convento aquí y ante su rechazo se invita a los
franciscanos quienes, dice De la Maza “…acudieron gustosos a evangelizar un
pueblo fundado por fray Juan de San Miguel”. A su regreso a la villa en 1606
dedicaron sus esfuerzos a la evangelización de las gentes sencillas del campo.
La capilla que levantan y su
convento son dedicados a San Antonio de Padua. Esa capilla es la que hoy
conocemos con el nombre de Tercera orden. Su pesada construcción está
desprovista de la ornamentación barroca. Se inicia en 1606, se interrumpe en
1638 y se reinicia en 1680 introduciendo ya detalles barrocos, según documenta
López Espinosa.
Para fines del siglo, con el
concurso económico de los fieles, se mejora y amplia el convento y se construye
la primera iglesia de San Francisco en el amplio atrio que es circulado por una
barda perimetral de arcos invertidos. Un acceso uno por el oriente y el segundo
por el sur y en el interior una vía crucis del que hoy se conservan algunas de
las estaciones.
El templo del Tercer Orden,
descrito por De la Maza dice que es: “…de arquitectura pobre, sencilla y fuerte.
Un sólo cañón liso y sin cúpula, apoyado en gruesos y salientes contrafuertes y
sin torre. Conserva aún todo su aspecto primitivo de principios del siglo XVII,
no teniendo artísticamente hablando, nada notable, pues sus altares modernos
soy muy feos y una pintura mural, debajo del coro, de José Baltazar Gómez, es
muy mediocre”.
Por si quedaran dudas en cuanto a
la antigüedad de esta edificación recurro a la guía de Miguelito Malo quien
dice:
No es verdad que el Tercer Orden
de estilo primitivo, dos sencillos portados, desnudos muros y gruesos y bóvedas
por arista sea la iglesia más vieja de San Miguel de Allende, pues, en la
invitación que los franciscanos enviaran a los filipenses para los actos
solemnes de su dedicación o bendición del 3 de julio de 1713 y que el estreno
tendría lugar el 28 de ese mes y año.
Este dato de la invitación lo
confirma una inscripción en la parte posterior del altar que reza: “Se estrenó
esta Santa Iglesia el 28 de julio…, siendo comisario el R.P. Pbro. Miguel Borja
y ministro…” aunque el año esta borrado el día y el mes corresponden a los de
la iniciativa franciscana.
Por último, don Miguel
Urtusáustegui, en su testamento otorgado por el Notario de la villa el 3 de
enero de 1709, lega quinientos pesos para la construcción de El Tercer Orden.
En la portada principal hay un
nicho con San Francisco y escudo de la orden. En la del costado, una hornacina
a San Diego y, más arriba, abre sus brazos la cruz de Lorena.
Modesta, simple y fuerte la
iglesia del Tercer orden, remata en una esbelta y angular espadaña. Este
campanario -que se cree más reciente- data, cuando menos, de mediados del siglo
XVIII, así lo revela el exvoto (retablo) de 1780 que está en la sacristía de la
Santa Casa de Loreto.
La familia Lámbarri edificó la
capilla de nuestra Señora del Carmen que está en el lado sur del templo.
Así que, por lo anterior, este
edificio cumple 309 años de haber sido bendecido después de que se inició su
construcción un siglo antes, bueno 107 años para ser precisos.
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