EL TORITO
El Convite de Los Locos es el resultado de cambios forzados
por sus actores y por las circunstancias en que se ha desarrollado un par de
bailables muy sencillos que hubo en San Miguel desde hace muchos años, tantos
que sería imposible una reconstrucción sencilla.
Don José Sánchez dice:
El principio de los locos se inició hace muchos años antes con
los Cuadros de los Hortelanos y el Cuadro del Torito (…) los cuadros de Los
Locos, los Hortelanos y El Torito, bailaban al son del tambor y la chirimía,
pero con diferente ritmo.
Yo tenía seis años, dice, cuando empecé a bailar con los
Hortelanos; los encargados de esas fiestas eran tres familias: la señora
Dolores, esposa de don Ascensión Castillo, doña Carmen Sierra, esposa de don
Sabino Patlán y doña Fulgencia Sánchez (mi madre). Las tres familias vivían
cerca del parque y se dedicaban al mismo negocio, vender camote al horno. Había
una pequeña capilla a San Pascual Bailón en la casa de doña Andrea, en la calle
del Hospital, hoy calle de Aldama.
En 1938 hubo un conflicto entre los organizadores y don
Antonino se separa, con otros compañeros y llevándose la imagen de San Pascual
y a don Lole (quien tocaba el tambor y la chirimía) también se fue con él su
nieto Inés Granados que también sabía toda la música que se interpretaba. Las
tres familias mencionadas cooperaron para que se hiciera una nueva pintura que
elaboró el Maestro Lorenzo Barajas.
Don Eusebio Luna perteneció por muchos años al Cuadro del
Parque que tenía las tres agrupaciones: Hortelanos, Torito y Locos. Cuando
pequeños se bailaba como hortelano, luego pasaba como torero y finalmente
participaba como Loco, según la edad. Años más tarde se separó, mandó hacer su
propia imagen y aprendió a tocar la chirimía.
Tiempos idos en que, para las fiestas de junio cada cuadro
salía de su sitio a la hora que acordaran. Los del parque salían de la casa de
Doña Andrea rumbo al templo de San Antonio a la misa de 8.00 a.m. saliendo
bailaban en el atrio hasta la hora del desayuno; después se reunía todo el
contingente a la 1.00 p.m. frente a la parroquia de San Miguel para salir todos
juntos hacia el templo de San Antonio. Después de comer se regresaba San
Pascual a su capilla y se le rezaba y daban las gracias porque todo había
salido bien en su fiesta.
Toñita, la mera mera del Cuadro Antiguo me contaba que don
Faustino su esposo también le hacía su velación al torito y que durante la
noche entre cantos y rezos se iba vistiendo la armazón del torito esto previo a
la fiesta de San Antonio.
Hay en el estado otras dos danzas que también se llaman “El
Torito” pero que son diferentes totalmente, en el origen, el vestuario y en el
acompañamiento musical.
Aquí el Torito de San Miguel de Allende.
Fuentes consultadas:
Ciudadano Informa # 276 de mayo de 2016.
Los Locos, una realidad de locura. A la venta en la papelería
“El Iris”
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