CARRERA, LA VIEJA GUARDIA
Una carrera más.
A partir de 1988 el brazo derecho del
Profesor Anguiano y ganador de la primera carrera de la Conspiración, Juanelo,
viendo el espíritu indomable de los participantes, ganadores o no, de estas competencias,
implementó la Carrera de la Vieja Guardia donde los veteranos siguen dando
rienda suelta a su espíritu deportivo que los años y las enfermedades no pueden
aplacar.
De la misma forma, en los últimos años se
ha dado oportunidad de participar a las mujeres y en los dos años anteriores
Juana Leticia Gloria ha dominado en la prueba. El contingente lo conforman 18
varones y tres mujeres. El número ha variado a partir de que la administración
municipal ha tomado la organización y en algunos momentos han participado
también los ganadores de los veteranos.
La actualidad
Ha raíz de la muerte del profesor Víctor
Manuel Anguiano la Presidencia Municipal se hizo cargo del evento y hoy sigue
siendo una tradición la Carrera de la Conspiración que tiene como atractivo el
luchar por lograr el derecho a portar el fuego simbólico y el mensaje en la
Carrera Simbólica de Santiago de Querétaro a esta ciudad en la noche del quince
de septiembre; cada uno de los deportivos seleccionados lleva la antorcha un
tramo y después es relevado por otro compañero hasta llegar a San Miguel. Quien
llega en el último relevo es quien se ganó ese derecho al llegar en primer
lugar; se han agregado una carrera femenil y otra infantil previo al desarrollo
de la de la Conspiración.
El profesor Víctor Manuel Anguiano García
tuvo siempre el apoyo de: Juan López Arriaga “Juanelo” de igual forma otros
colaboradores han sido: José Luis Bautista, el “Huichol”, Profr. Esteban
González, Profr. Jesús Lara, Toño Barrera, Dr. Jesús Huerta y varios más que,
sin ninguna remuneración, participan con quienes, por ser parte de la COMUDE,
son los directos organizadores.
Este evento es hoy también inspiración
para otros municipios y eso también es parte del motivo de la sonrisa de
aquellos que lo iniciaron y, al adelantarse en la carrera final, nos vigilan
desde arriba.
El Profr. Anguiano, parte fundamental.
Nació, el 18 de enero de 1917, en San
Felipe “Torresmochas”. Fue registrado en San Luis Potosí porque su papá era
ferrocarrilero. Aunque su ilusión era seguir los pasos de su papá, al terminar
la primaria la maestra Doña Virginia García, su mamá, le consiguió una beca por
lo que a los doce años ingresó a la normal rural de Erongarícuaro, Mich. Tres
años después egresó como maestro rural. Años más tarde continuó estudiando en
el Instituto Federal de Capacitación para el Magisterio.
A los quince años, un chamaco, tuvo su
primer empleo. No obstante que su deseo era ingresar en alguna actividad
ferroviaria fue encontrando la noble tarea docente de ayudar a descubrir en las
letras ese mundo mágico que encierran y la cara de los niños lo conquistó. Ese
hallazgo hizo más llevadera su temprana desvinculación del hogar pues tenía que
vivir en la comunidad donde le tocara trabajar. Era una necesidad más que una
obligación pero él lo tomó como un deber; estar en el rancho hizo surgir pronto
el espíritu de líder en cada comunidad, aprendiendo de los campesinos el rudo
lenguaje de amor a la tierra y con la visión que fue decantando se ganó el
respeto y cariño de aquellos labradores; no en balde las escuelas de entonces
recibían el honroso título de “La Casa del Pueblo”. Su primer trabajo: rancho
de “El Aro”, en San Felipe, en 1933 y al año siguiente “La Cruz del Palmar”
donde estuvo dos años, de ahí lo mandaron a Salvatierra donde anduvo en varias
comunidades. Fueron tiempos difíciles pues los padres estaban un poco renuentes
a enviar a sus hijos porque escuchaban que era educación socialista por lo que
les decían comunistas.
Dada su afición al deporte lo nombraron:
promotor de educación física lo que le permitió conocer varias comunidades
tratando de organizar equipos deportivos. Anduvo por Apaseo el Alto, Comonfort
y Apaseo el Grande. Ganaba 80 pesos mensuales como maestro federal, en aquel
año de 43. Al año siguiente, en el 44 se cambia a una plaza era estatal, ya con
un sueldo de $ 180. Fue promotor de Educación Física de Comonfort, San Miguel
de Allende y Dolores. En el 51 le agregaron escuelas y prefirió volver a ser maestro
de grupo.
Líder sindical.
Inquieto, líder nato, estuvo cercano al
proceso del paso de la Unión Magisterial Guanajuatense a Sección 45 del SNTE al
lado de los grandes líderes de entonces: Alfonso Ruiz Ojeda, Ma. Carmen
Manríquez, Arnulfo Campos, Josefina Garnica, Raquel Contreras Cachú, Zavala,
Chemita, Manuel Franco, J. Cruz Márquez Espinosa, J. de la Luz Villegas, etc.
El antecedente de haber laborado en varios lugares le hacía tener mucha
ascendencia con muchos compañeros.
Me dijo: “Había diferencia de sueldos,
prestaciones, una forma de pensiones únicamente sostenida por el trabajador,
muy disparejo. Por ejemplo, mientras que a los de Guanajuato tenían una decena
de aguinaldo, los de la periferia no gozábamos de esas prestaciones y otras
cosas que tenían sólo los de la capital.
Como le tocó después de una Comisión
Ejecutiva (que exigía la dirección de un enviado del CEN apoyada por
representantes de las diversas facciones) las aguas volvían a su cauce pues se
acaban las cuotas en ese lapso. Encabezó él el quinto periodo (1972-1975), le
tocó trabajar con el Lic. Manuel M. Moreno en la parte final de su sexenio y el
principio del Lic. Luis H. Ducoing.
Con el primero no tuvieron mayores
dificultades, normalmente se desarrollaron los trabajos sindicales, pero con el
Lic. Ducoing las cosas fueron un poco más tensas. Así es en los inicios de cada
período, nuevas caras y otras formas de trabajo.
Su llegada a San Miguel
En San Miguel, desde su llegada, el
profesor Anguiano siguió con el mismo ritmo de trabajo que venía desarrollando
al impulsar a los jóvenes a tener una disciplina deportiva. Lo que con el paso
del tiempo le dio la oportunidad de llegar a dirigir la escuela estatal
varonil, la “Hermanos Aldama” ya que las niñas asistían a la “Gabriela
Mistral”.
Su carácter emprendedor y proactivo le
hizo que pronto “su escuela” empezara a llamar la atención por su disciplina.
Con el apoyo de maestros y padres de familia gestionó y presionó a las
autoridades hasta que consiguió que el edificio que había dejado el Hospital
Civil en el barrio de San Juan de Dios le fuera cedido para ubicar ahí este
plantel pues era insuficiente el edificio que ocupaba en la calle de San
Francisco y que hoy es la “Casa de Europa”.
En 1961 se mudó esta escuela siendo desde
entonces un ejemplo de aprovechamiento, disciplina escolar y deportiva.
La huella que dejó su trabajo en nuestra ciudad es muy honda. A mi juicio, cuando se dividió la escuela “Hermanos Aldama” para darle otro nombre al turno vespertino, sólo podía haber una persona, así que lancé la propuesta de que se le llamara Profr. Víctor Manuel Anguiano García, pero no fue aceptada y se le puso el de “Cinco de Mayo”. Bien dicen por ahí: has 98 acciones positivas y serán olvidadas, pero se te recordará por las dos negativas que tuviste. El 15 de febrero de 2001 llegó a la meta y empezó a descansar. Alcanzó ese día en la eternidad a su gran amor, la maestra Bety.
Hoy estas carreras continúan en el rumbo
que las dirigió su fundador el Profr. Víctor Manuel Anguiano García quizás lo
único que falta es recordarlo pues en este mundo dinámico su amor patrio, su
devoción por la figura de don Ignacio de Allende se han olvidado mucho en este
festejo que une a los sanmiguelenses y a todos los que poco a poco se han
avecindado en esta tierra de Allende.
Fuentes informativas:
Periódico: El Insurgente, escrito y
editado por
Luis Manuel Rayas, 1988
Entrevistas con:
Profr. Víctor Manuel Anguiano García, 1998
Sr. Juan López Arriaga, “Juanelo”, 2013
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