CAMINO REAL DE TIERRA ADENTRO:
El Camino Real de Tierra Adentro forma parte de la Ruta Real
Intercontinental Española desde Ciudad de México hasta Santa Fe. El inmueble
consta de cinco sitios urbanos existentes del Patrimonio Mundial y otros 55
sitios relacionados con el uso de la carretera, como puentes, antiguas
haciendas, centros históricos/pueblos, un cementerio, ex conventos, una cadena
montañosa, tramos de carretera, una mina, capillas/templos y cuevas dentro de
un tramo de 1.400 km de la carretera entre la Ciudad de México y la ciudad de
Valle de Allende. El Camino fue un fenómeno extraordinario como canal de
comunicación. La plata fue el motor que generó la riqueza y el compromiso del
gobierno español y la voluntad de los colonos de "abrir" el
territorio del norte a la minería, de establecer las ciudades necesarias para
los trabajadores y de construir los fuertes, haciendas e iglesias. El resultado
de este proceso altamente rentable fue el desarrollo de las minas, y la
construcción de la carretera y los puentes, el establecimiento de pueblos
multiétnicos, con edificios elaborados que reflejan una fusión de la decoración
española y local, una revolución agrícola en el campo centrada en las grandes
haciendas con iglesias, y el movimiento de los pueblos de un lado a otro de la
carretera, facilitado en gran medida inicialmente por los asentamientos de
arrieros, todo lo cual condujo al desarrollo de una cultura distintiva a lo
largo de la ruta. En última instancia, la riqueza de la plata condujo a un
desarrollo económico masivo en España y otras partes de Europa y a un período
de gran inflación económica. El impacto de la carretera fue enorme en términos
de tensiones sociales y, en última instancia, de integración social entre las
muchas personas que se involucraron en el desarrollo económico. Las estructuras
de la propiedad reflejan en conjunto algunos aspectos de este intercambio de
ideas y personas a lo largo del tramo sur de la carretera.
1 de julio de 1855 la fuerte corriente del Río de La Laja,
derriba el Puente de San Rafael.
El Lic. Juan Antonio Patlán Salgado escribió su historia en
el libro: Camino Real de tierra Adentro por Guanajuato. El Puente de San Rafael
fue necesario para poder cruzar el amplio cauce del río Laja que en tiempo de
lluvias era infranqueable. En esta obra,
coordinada por la historiadora Graciela Cruz López, Toño nos dice que:
“En el informe que presenta el Dr. Juan Benito Díaz de
Gamarra en 1777 menciona la necesidad de que se construyan dos puentes pues el
caudal del río San Miguel (Laja). Era muy caudaloso en tiempo de lluvias y
dificultosa aún en tiempo de estío. Y
proponía como primer punto el Santuario de Atotonilco, en el paraje llamado de
Los Ricos. El costo de este puente fue valuado en 16,000 ´pesos de la época. El
otro que consideraba necesario era el punto utilizado por los viajeros conocido
como de los Tenderos. Ese sitio quedó dentro del vaso de la presa Ignacio de
Allende. Aún en tiempo de estío era muy difícil atravesarlo y el puente más
cercano era el de la Hacienda de la Quemada en San Felipe a unos 48 kms al
norte.
El puente fue finalizado en 1850 y destruido por la
corriente el 1 de julio de 1855, es decir: sólo cinco años estuvo en servicio
para el paso de carruajes, diversos comercios, ganado, arrieros y transporte de
personas”.
Por su parte el Dr. José Guadalupe Romero dice que:
“A seis mil varas de distancia de la garita por rumbo al
norte corre el rio de la laja que nace en las cercanías de San Felipe y llega
aquí bastante caudaloso: sobre él se hizo construir el gobierno de Guanajuato,
el año de 1850 un puerto hermosísimo que fue destruido por la extraordinaria
potencia de las aguas de ese año.
¿Cuanto tiempo estuvo en construcción? Toño no encontró
documentos suficientes para asegurarlo, pero, muy atinadamente hace un parangón
con la construcción del puente 5 de mayo sobre el río Batán en Dolores Hidalgo,
contemporáneo del puente de San Rafael en su etapa constructiva. Ese puente fue
inaugurado 1884 por el jefe político de Dolores Jesús P. González quien en su
discurso inaugural mencionó los sacrificios y esfuerzos para terminarlo a lo
largo de 36 años”.
En el documento subraya que la falta de materiales: vigas,
arena, cantera, cal, piedra, madera, así como la mano de obra, durante el año
de 1855, que llevó a las autoridades a pensar en la propuesta de que fuera
desmantelado el avance el puente, para que el material fuera revendido,
acontecimiento que no sucedió ya que después de 29 años finalmente fue
terminado.
Esto nos da una idea de las dificultades que se dieron en
aquel momento para la construcción de esta edificación.
El puente de San Rafael una obra magnífica que se perdió por
falta de mantenimiento ya que presentaba un daño que provocó el paso de
material militar a San Luis Potosí pero que podía restaurarse con 500 pesos, a
decir del jefe político de San Miguel, y que al no hacerse a tiempo el gran
caudal de las lluvias de 1855 terminaron con él. De los dos arcos sólo tenemos
en pie uno, pero la magnitud de la obra todavía puede admirarse, dese una
vuelta, en la cieneguita, al cruzar el puente inmediatamente tome el camino a
su izquierda y 300 metros después admire su grandeza. Una rampa a manera de
estribo de 130 m de longitud. Los muros concluyeron con aplanados y pintados
para la protección de los peatones y los carruajes que circulaban por esa
calzada que en su parte más ancha mide 19 m y en la parte más angosta 10 m”.
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