17 de julio de 1928 Álvaro Obregón es
victimado en La Bombilla.
El 17 de julio de 1928 su taquígrafo
personal escribe con tinta roja una nota de alerta en su agenda. Obregón no la
percibe o no quiere percibirla. Toda su vida ha sido una alerta. En el
restaurante La Bombilla un grupo de simpatizantes le ofrece un banquete.
Alguien comenta: “mi al general, ¿en qué estará pensando? Parece que ve hacia
el infinito. “Su asesino se acerca para enseñarle un boceto de retrato y
Obregón accede a que le haga uno. Instantes después, mientras los cancioneros
entonaban la inocente canción del Limoncito, José de León Toral decide cambiar
su vida por la del infid5o triunfador de la Revolución.
Al poco tiempo se juzgo y ejecutó a Toral.
Era tan distinto a su víctima: delgado, oscuro y tembloroso. Casi una sombra.
Sobre aquel intercambio mortal. Obregón tenía escrito, desde 1909, su epitafio:
Y aunque distintos sus linajes sean (…) en
las noches oscuras los fuegos fatuos juntos se pasean.
(“El vértigo de victoria”: Álvaro Obregón
Enrique Krauze)
En las investigaciones para conocer los
autores del magnicidio el Profr. Franco Barajas Becerra, junto con varios más,
fueron remitidos a las Islas Marías donde permanecieron algunas semanas. Al no
comprobarse ninguna relación en el complot. Fue liberado.
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