FIESTA CATÓLICA EN SAN MIGUEL
6 de julio de 1929, fiesta católica en San Miguel.
El 21 de junio de 1929 tuvieron una
plática definitiva los representantes de la Iglesia Católica Dres. Leopoldo
Ruiz y Flores y Pascual Díaz Barreto con el presidente de la República Emilio
Portes Gil derivada de la cual se anunció el fin del conflicto religioso y que
por espacio de dos años y once meses, tuvo a nuestra patria en un ambiente de
verdadera zozobra.
Al día siguiente, hubo un repique de vuelo
en todos los templos católicos anunciando a los mexicanos aquel acontecimiento
y poco a poco se fueron reanudando los cultos en los templos mexicanos. En lo
que respecta a San Miguel de Allende, la primera misa en la parroquia de San
Miguel Arcángel fue celebrada el 7 de julio de ese año de 1929.
El día anterior, 6 de julio, en la tarde
se trasladó triunfalmente al Santísimo Sacramento que estuvo siempre en la
residencia de Don Fermín Victorero ubicado entonces en la esquina las calles de
Mesones y Reloj de ahí salió la procesión a la parroquia de San Miguel
Arcángel. La alegría del pueblo en San Miguel de Allende fue desbordante, no
tuvo límites al entrar Jesucristo Rey al atrio parroquial en la hostia
sacrosanta bajo un diluvio de flores y acompañado de estruendosos aplausos, el
alborozado repique de las campanas y el atronador estallido de cohetes en un
ambiente festivo de exclamaciones jubilosas de una inmensa muchedumbre
Poca gente ocultaba las lágrimas por la
emoción que el momento les impulsaba aquella tarde venturosa del mes de julio
al escuchar las solemnes notas Te Deum que saturaron todos los ambientes del
Augusto recinto de la parroquia del Arcángel San Miguel, defensor de la iglesia
de Dios y de nuestro pueblo sanmiguelense.
Fue tal el entusiasmo, que algunos
soldados federales que formaban parte de la guarnición de la plaza se fundieron
entre la inquietud de la muchedumbre gigantesca en el atrio e hicieron causa
común con los católicos gritando también a voz de cuello: !!Viva Cristo Rey!! !! Viva Nuestra Madre Santísima de Guadalupe!!
!! Viva el papa!! !!Viva México!!.
Muchos paisanos que vivieron en esa época
y que fueron contemporáneos de varios sacerdotes recuerdan con cariño los
nombres de algunos de ellos como Don Agustín Govea, Don José Morales, Don
Donaciano Silva, Don Ignacio Hernández, Don Jesús Sandi, Don José de la Luz
Tapia y entre varios más, el señor cura Don José Refugio Solís, quiénes con
riesgo inminente de caer en poder de los callistas, se esforzaron por ejercer
ocultamente su sagrado ministerio entre los sanmiguelenses en aquella época
triste y aciaga en la que hubo tantos y tan insignes mártires, muchos de ellos
ignorados, se inmolaron en México por defender la causa de Dios y de su patria.
Tomado de:
Páginas Históricas de San Miguel de Allende, de Don Antonio Ruiz Valenzuela
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