PERIODISTA, ACTIVIDAD PELIGROSA
El Artículo 6. Consagra el derecho de la Libertad de
expresión. Establece los límites a este derecho. Otorga el derecho a acceder a
la información pública, y establece el proceso por el cual el Estado Mexicano
está obligado a garantizar el acceso a las Tecnologías de la Información y
Comunicación. Y el Artículo 7° menciona que: Es inviolable la libertad de
escribir y publicar escritos sobre cualquiera materia. Esto no es gratuito pues
es el producto de una lucha persistente para que las autoridades respeten la
opinión de todos y tiene como antecedente muchas páginas manchadas de sangre.
Como un ejemplo rápido repetiré aquí quizás el caso más
conocido el de Don Belisario Domínguez, médico y político chiapaneco quien fundó
en 1904, en su ciudad natal, un periódico: El Vate. Resultó electo presidente
municipal de Comitán en 1911, y al año siguiente fue senador suplente por
Chiapas; al morir el senador propietario, ocupó la curul en 1913. Muerto el
presidente Francisco I. Madero, desarrolló una gran oposición contra Huerta.
En las sesiones del Senado de los días 23 y 29 de septiembre
de 1913 iba a pronunciar sendos discursos contra Huerta; pero leídos
previamente por el presidente de la Cámara, impidió que se pronunciaran, por el
espíritu subversivo contra el régimen.
Belisario Domínguez optó por mandar imprimir los discursos y
los difundió profusamente: acusaba a Huerta de graves delitos y pedía su
renuncia a la presidencia. El 7 de octubre de 1913 fue aprehendido en su habitación
del Hotel Jardín de la ciudad de México por los esbirros de Huerta, conducido
al cementerio de Xoco, en Coyoacán, fue martirizado y asesinado cruelmente de
varios balazos. Sus verdugos, sepultaron el cadáver desnudo y las ropas fueron
quemadas con petróleo. El doctor Aureliano Urrutia, enemigo profesional de
Belisario Domínguez, le cortó la lengua (en un quirófano y después lo mataron)
y se la envió como un "trofeo" a su amigo Victoriano Huerta. Después
de varias pesquisas de los senadores, de los parientes y de los amigos del
doctor, se descubrió la verdad de los hechos. Su asesinato fue un factor
decisivo en la caída del régimen de Victoriano Huerta, quien a los pocos días
disolvió el Congreso y encarceló a 90 diputados. (Diccionario Porrúa de Historia,
Biografía y Geografía de México)
Igualmente conocida es la actividad periodística del Lic.
Ignacio Ramírez el “Nigromante” quien también incomodó al gobierno de su tiempo
por sus artículos publicados en los periódicos: Don Simplicio, Themis y Deucalión,
el Demócrata, el Clamor Progresista, La Sombra de Robespierre, La Chinaca, La
Opinión, Estrella de Occidente y El Correo de México, (financiado por Porfirio
Díaz) y varios más.
Pues ahora con las celebraciones del Centenario de la Constitución
de 1917, conviene recordar a dos periodistas muy cercanos: Luis Fernández
Martínez y Nicolás Cano.
Luis Fernández
Martínez, provenía de una familia de clase media. Había nacido el 18 de
enero de 1892, en San Felipe Torres Mochas, (que en ese tiempo se llamaba Ciudad
González, nombre impuesto por el gobernador General Manuel González, el Manco,
compadre de don Porfirio Díaz). Al morir el padre, la familia se habia mudado a
Silao en 1910 y luego a la ciudad de Guanajuato. Estudio en el Colegio del
Estado, pero no termino la carrera. Fue periodista y político. Opositor a la
dictadura porfirista y gran revolucionario, tomó parte activa en la política
del país. Era socio activo del Bloque de Obreros Intelectuales, colaborador en
varias revistas y publicaciones. Tutor político de su hermano Enrique
(1896-1968), quien llegaría a ser gobernador de Guanajuato por dos ocasiones y
cabeza destacada del “grupo verde”.
Como diputado constituyente tuvo valiosa intervención en las
discusiones dela Carta Magna relacionados con el tema laboral, en el que estaba
empapado por haber desempeñado el cargo de Director del Departamento de
trabajo, durante el gobierno del Dr. Siurob, en 1916, desahogando los
requerimientos revolucionarios de las clases laborantes. Despues de su
participación en el Congreso Constituyente, logró ser elegido dos veces más
diputado al Congreso de la Unión. Presto durante varios años sus servicios en
un cargo de confianza en la Secretaria del Trabajo y Previsión Social. Demostró
muy amplias capacidades en el ejercicio del periodismo y la literatura.
Desempeño cargos en el gobierno federal, entre otros, el de Jefe de Hacienda y
consejero de la Secretaria del ramo. Murió el 18 de enero de 1934 en la ciudad
de México.
Nicolás Cano: Se
dedicó desde muy joven al trabajo en las minas, fue un militante vertical del
movimiento obrero, figurando como organizador y dirigente de varias
agrupaciones de resistencia en los medios mineros de la entidad guanajuatense.
Al constituirse el Partido Anti reeleccionista se integró en sus filas y fue
uno de los más activos propagandistas de la candidatura de Francisco I. Madero
a la Presidencia de la República. Más tarde luchó contra el gobierno
dictatorial de Victoriano Huerta y colaboró en el gobierno del doctor José
Siurob en Guanajuato como representante obrero adscrito al Departamento del
Trabajo, fundado por dicho mandatario para atender los problemas
obrero-patronales.
Por el rudo trabajo que tenía no podemos suponer que tenía
una formación académica muy grande, pero la manifestación de las ideas no
requiera la erudición para comunicar lo importante. Sin embargo, el ejercicio
de la escritura, como en la mayoría de las actividades humanas, termina por
fortalecer ese músculo mental y la mejor prueba la tenemos en que dentro del
fragoroso debate que tuvieron los más de doscientos diputados constituyentes en
Querétaro una de sus participaciones fue merecedora de ser incluida en el
libro: “50 discursos doctrinales en el
Congreso Constituyente de la Revolución Mexicana 1916-1917”, publicado por
el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana (1967
El tema central de su denuncia y propuesta fue la defensa
del trabajador, por ejemplo opina que al huelguista no se le considerará como trastornador del orden público. Al
escuchar la propuesta del diputado Cano, el diputado poblano, de la Barrera,
más que molesto y atragantándose con sus propias palabras, dice: “…ya se han concedido bastantes garantías a
los trabajadores, y por lo mismo, no es de aceptarse la adición propuesta por
el diputado Cano, porque si se aceptara, sería llegar al libertinaje.”
Nicolás Cano fue fundador y director del semanario Rebeldía,
que se publicaba en la capital del estado de Guanajuato hacia los años
1922-1923; en él exponía su pensamiento revolucionario y daba a conocer las
tesis radicales que sustentaba en lo referente a los problemas sociales de la
entidad. Por publicar lo anterior fue encarcelado en varias ocasiones. La Mtra. Ada Marina Lara dijo en una
conferencia en la ciudad de Guanajuato: “…hay
un líder –creo yo- importante que se
nos ha escapado casi a todos, Nicolás Cano, un minero líder comunista, había
militado con los magonistas, él organiza al Movimiento Obrero-Minero en
Guanajuato, él –incluso- organiza un Congreso Internacional de Comunistas.
Nicolás Cano, tenía un periódico en el que él exponía sus ideas liberales en
Guanajuato que fue encerrado, sistemáticamente, por los gobernadores, que fue encerrado,
sistemáticamente, por los Presidentes Municipales; (…) y llega él a organizar,
en la medida de lo posible, al Movimiento Obrero en Guanajuato, a los mineros.
A mí en lo que me queda duda, yo conozco cuáles son las demandas de Nicolás
Cano; cuando hablo de que hay una sociedad repolitizada, no me estoy refiriendo
a la gente que anda en los partidos políticos y los que están participando, eso
es participación, eso es otro tipo de cosa, yo cuando hablo de sociedad
repolitizada, me refiero a que cuando tú tienes una población que el 3% de la
población tiene el 99% de la riqueza productiva en sus manos y el 97% de la
población tiene el 1% de la riqueza productiva en sus manos, hablo de riqueza
productiva y este 1% de riqueza productiva mucha está repartida, también, entre
extranjeros…” Ciertamente los medios permiten estar mejor informados y
enterarse del estado actual pero…
Aquel sanmiguelense hizo su parte entonces pero muchas veces
advertimos un estado de cosas muy lejano a lo que leemos en el texto
constitucional que es un listado aspiracional pero nuestra inacción debiera ser
un reproche. Ellos, los Diputados Constituyentes, hicieron su labor y…
¿nosotros? Decía don Roberto Lámbarri que somos un pueblo hojalatero. Pero la aseveración llevaba jiribilla pues remataba la afirmación
diciendo: “Ojalá que alguien proteste,
ojalá que alguien lo componga, ojalá que alguien diga algo”.
Todos, tenemos la palabra.
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