POSADAS DE LOS CABALLEROS DE COLON.
Década de 1960 El Consejo de Caballeros de Colón de esta ciudad se propuso revivir la costumbre de celebrar las Posadas a la antigua usanza. Debido al constante cambio de domicilio, se llevaron a cabo en varios lugares: el primer domicilio fue en Diez de Sollano número 12, luego en el número 21, luego en el Recreo número 8 (Casa del Regimiento Dragones de la Reina) en los pasillos del antiguo convento de San Francisco y en la calle de Pila Seca.
Desde el día anterior se formaron por sorteo grupos de 6 o 10 integrantes, los organizadores de cada Posada podían invitar a familiares y amigos. Intentando superar los regalos que había ofrecido en la Posada anterior. El lugar fue decorado con coloridas cadenas de papel chino, hermosos arcos, faroles esféricos, globos, lazos, series de coloridos sellos y motivos navideños. Cuando llegaron los invitados, recibieron un silbato, una vela y dos o tres luces de bengala, especialmente los niños.
Algunos niños llevaban sobre sus hombros los pasos del Misterio con los Santos Peregrinos adornados con palmeras y ramas de pino, musgo y heno, su aroma inundaba todo el patio.
Todos caminaban en ordenada procesión por los pasillos de la casa. Con velas encendidas en la mano. Rezando y cantando con paso lento la letra de la letanía a la Virgen María:
- Ahora para nosotros...
- Oh gracioso peregrino,
Oh hermosa María
Los ofrezco para Posada
mi alma y corazón.
También un
pájaros tristes
¿Qué le cantas a Alba?
para acompañarnos
en esta posada.
Los participantes se dividieron en dos grupos, en el interior, a puerta cerrada. La mayoría, afuera, en el pasillo. Los que se habían quedado en el pasillo con los Santos Peregrinos pidiendo hospedaje, cantando los versos correspondientes; mientras que desde el interior respondieron expresando su disgusto o disgusto por entregar Posada a los inoportunos peregrinos.
En nombre del cielo
te pregunto Posada,
bueno el no puede caminar
mi amada esposa
Mi esposa es María, ella es Reina del Cielo,
Que madre será
de la palabra divina
¿Eres tú, José?
?Tu esposa es María?
Entran peregrinos, no los conocía.
Dios los bendiga señores
su gran caridad
a la Virgen pura,
la bella maria
Entran los santos peregrinos
Recibe este rincón.
Aunque la vivienda es pobre
Te doy mi corazón.
Se abrió la puerta y todos entraron cantando con gran alegría. Los niños tocaban sus panderetas y silbatos de hojalata en forma de pajarito con garbanzos o agua imitando hacer gárgaras con gran ruido. Estaban cantando, pidiendo los dulces: "Vamos amigo, no te dejes llevar con la canasta de maní". Inmediatamente repartieron: bolsas con frutas de temporada: cañas, naranjas, maní, jícamas, limas, tejocotes, etc. Y había bolsas de caramelos y galletas de animales.
La esposa del hermano Manuel Huerta era especialista en la elaboración de estos aguinaldos. Cestas pequeñas y atractivas y grandes flores de papel con colaciones envueltas en papel celofán en el centro. Flores que era una pena destruir para comer los dulces. Algunas las conservamos durante mucho tiempo, con la flor intacta como decoración. Verdaderas obras de la más pura artesanía popular. Y los pedidos de los niños continuaron: “No quiero oro ni plata, lo que quiero es romper una piñata”. Las bandejas ya circulaban. Siendo los punzones insustituibles en las vasijas de barro. ¿Con o sin piquete? Para suavizar el frío de diciembre un poco de brandy.
Un experto en dar el puñetazo fue el hermano Miguel Macías. Qué rico lo preparó. Con todos los ingredientes: canela, tejocotes, manzanas, tamarindos, guayabas, azúcar y ciruelas pasas, delicioso ponche frutal.
En el patio ya colgaban las inevitables piñatas, en las que todos se turnaban con los ojos vendados para romperla. Generalmente se hacían 6 piñatas al día. El coro de niños continuó: “Dale, dale, dale, no pierdas el tino porque si lo pierdes, pierdes el camino”. En medio de alborotos y risas delirantes.
Ambiente de fiesta, noches de alegría, animado por un sistema de sonido que dejaba escuchar música navideña, todo estuvo muy lindo, fue una fiesta familiar que como todo... pasó.
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