LA FIESTA DE LA SANTA CRUZ EN EL
VALLE DEL MAIZ.
La creencia en la Santa Cruz del Valle del Maíz se remonta a
los años de 1825 a 1850, aclarando que esto no es una fecha exacta, pues según
cuentan los ancianos, de 85 años, que cuando eran pequeños, sus padres tenían
tradición de llevar la imagen de la Santa Cruz a una ranchería cercana al
valle, la cual actualmente se llama Presa de Landeta. En esta ranchería se
quedaba durante todo el año, llevándose de casa en casa como especie de visita,
es decir, en una se quedaba nueve días, en otra tres y así sucesivamente;
semana tras semana, mes tras mes, la imagen hacia el recorrido por toda la
ranchería, ya que para la ultima semana del mes de mayo, se regresaba a su
lugar de origen, es decir, la comunidad del Valle del Maíz, una vez aquí se
procedía a trasladarla al templo del Oratorio, el cual se encuentra en el
centro de la población de San Miguel de Allende, Gto.
En esta iglesia se oficiaba una misa en honor a la imagen y
se volvía a regresar a la comunidad. Cabe decir que en aquellos tiempos, daban
ofrendas a la Santa Cruz, maíz, cual era vendido en la comunidad a precio
barato, y si por causas del destino alguna persona estaba necesitada, le
regalaban un poco; así la creencia en l Santa Cruz aumentaba día con día, pues
las personas quedaban agradecidas con la pequeña, formal y generosa ayuda que
se les brindaba por medio de la imagen.
El dinero que se juntaba de esa venta, se empleaba en gastos
referentes a las comidas que se les daba a la danza de sonaja y a los
participantes de la festividad. Según cuentan los ancianos, en los días de
fiesta, se improvisaban jacales de carrizo para otorgarles albergue a los
participantes que venían de fuera, así como para proteger a la imagen de las
lluvias o el polvo. Entre los años 1885 y 1910, se pensó en construir una
capilla, esta serviría para darle protección a la imagen y mas realce a la festividad.
Según platicaba mi abuela, cuando se empezó a construir la capilla, ella tenía
seis o siete años de edad, el tío “Chupas”, pasaba por los callejones tocando
una flauta de carrizo y un tambor, al oír los niños el sonido rítmico oque
traía kel tío “chupas” salían corriendo de sus jacales, pues les encantaba
oírlos tocar. De esta manera el mentado don “Chupas” reunía a todos los de la
comunidad del Valle, para traer piedras de las cercanías, mientras los mayores
ponían los cimientos de la capilla. De esta manera con la idea de los adultos,
la voluntad y el esfuerzo de los niños, tomando en cuenta el gran principio a
venerar y proteger a la imagen de la Santa Cruz, se construyó en aquellos
tiempos la capilla.
Una vez construida poco a poco la festividad se fue haciendo
más grande, entonces se empezaron a poner cimientos para construir el templo.
Entre los años de 1925 y 1930 mas o menos, para construir el templo, se
recurrió al mismo procedimiento que se realizó para con la capilla. Todos los
domingos se hacía “faena” o sea se trabajaba por voluntad propia sin recibir
nada a cambio; desde que empezaba la mañana. Algunas personas regalaban cargas
de cal, es decir piedras de cal, pues en ese entonces no la había molina. Estas
piedras se taíanm en recuas de burros uy eran remojadas en agua hasta que se
transformaba en mezcla. Cuando esto sucedía, procedían a pegar las piedras.
Los niños de entre seis y siete años, los cuales ahora son
personas de 55 y 60 años, cuentan que ellos también traían piedras de las
cercanías del lugar para construir el templo, y que un señor llamado Don Tomás
Ortiz, pasaba todos los martes a visitar a los niños que se había acomedido a
traer piedras y les regalaba por su servicio la cantidad de un centavo o en
ocasiones eran dos o tres; según cuenta mi madre. Había algunos niños que no
se acomedían a traer piedras y querían hacer tonto a don Tomás a la hora de
repartir los centavos pero él tenía un sentido muy agudo y observaba a los
niños que participaban. Por lo tanto, a la hora de repartir el apreciado
dinero, sólo lo recibían quienes habían acarreado piedras. Esto servía de
aliciente para los niños lque participaban y a la vez de castigo para los que no
lo hacían.
También se procedió a convencer a las personas más ricas de
San Miguel de Allende para que hicieran donativos de valor, los cuales
sirvieron para completar el “tesoro” (dinero o prendas de valor que se
entierran debajo del altar), ya que de esta forma es como se pudo oficiar misa
en el templo.
Como se puede apreciar en este relato, hay dos diferentes
épocas en que las ideas de los ancianos juegan un papel muy importante, en la
primera, se atrae a los niños con el sonido de una flautita de carrizo y un
tambor; en la segunda, se les obsequiaban centavos, pero siempre con el vivo
sentir de los ancianos, de construir y de preservar la idea que enorgullezca el
ser de las generaciones venideras.
De suerte que, con el gran principio de nuestros antepasados
de cultivar con sencillez y humildad el espíritu, y de convivir en armonía con
la voluntad de Dios, y de acuerdo a a nuestras raíces chichimecas, se construyó
a un lado de la capilla, el templo del Valle del Maíz, en el cual se ofició por
primera vez, el 1 de junio de 1941, el sacrificio santo de la misa y fue
solamente bendecido por el señor cura don José Mercadillo Miranda.
Entonces la comunidad decidió elegir mayordomos para la
responsabilidad y el cuidado del templo: estos deber, según he captado, los
que mejor trato tengan con el barrio y que se hayan preocupado por conservar
las tradiciones del mismo. Cabe señalar que el primer mayordomo, cuando tiene
a su cargo el cuidado del tiempo, no toma ninguna decisión sin antes consultar
a la comunidad. Cuando se quiere arreglar el templo de alguna manera
especial, el mayordomo pide el parecer del barrio y si la mayoría está de
acuerdo, se aprueba la propuesta.. también se pide la opinión en la compra de
cosas necesarias para el templo, por ejemplo, yo recuerdo que se compró una
campana y un órgano construyéndose el coro de la iglesia todo esto con la
voluntad y aprobación de todas las personas. Creo que este barrio ha sido y
seguirá siendo muy unido, pues el principio que nos inculcan nuestros
asntepasados de generación en generación es la raíz fundamental por la que
hacemos y seguiremos haciendo la fiesta en honor de la Santa Cruz del Valle del
Maíz.
El mosmo día que se eligen mayordomos, la juventud y demás
personas toma a la vez el cargo por cuenta propia, es decir, que hay puestos
que se desempeñan para darle lucimiento a la festividad de la Santa Cruz, la
cual se venera el último viernes del mes de mayo, terminando el lunes a las
ocho o nueve de la mañana, de manera que la festividad tiene una duración de
tres días.
Los cargos que se toman son los qu a continuación enumero:
·
Encargados
de la polvora del sábado y el domingo
·
Encargado
de darle de comer a la música de viento el viernes, sábado dy domingo
·
Encarados
de la danza de sonaja, velación y adornos dl crucero.
·
Encargado
del palo encebado,
·
Encargados
para darle de comer a las danzas apaches, de indios y de locos,
·
Encargados
de la cera, del coloquio, de los parandes y de recolectar aves de corral tales
como pollos, los cuales son vendidos para la recorlección de limosna y de la
flor.
Recuerdo que cuando estaba pequeño, el último viernes del
mes, en compañía de mis padres y hermanos, traíamos flores al templo y seguimos
trayebndolas desde entonces ya ue el viernes de la ultima semana del mes, por
la mañana se celebra la misa.
Después de terminada procedemos a sacar a la santa Criuz del
tempjlo, y con ayuda de difereentes personas la llevamos hacia la salida de
Queretaro, a la casa de la señora Concepción Olivares de Arana, en donde
permanece durante todo el día, ya que por las tarde, como a eso de las siete y
media, comienza lo que e ha dado por llamar el ensaye real, es decir, van las
danzas de sonaja, apaches e indios, el cuadro de locos, la múica de viento y un
escuadrón de soldados por la Santa Cruz, al lugar antes mencionado.
Enonces empieza el recorrido con la imagen y las danzas por
la Salida Real a Quereetaro para la recolección de flores, las cuales están en
las difeentes casas de los encargados de la flor. Al llegar a cada una de las
éstas, se bendice la flor con el caminr en procesión oos juntos con rumbo al Valle.
En todo el recorrido se puede ver la juventud lanzando luces
o rehiletes con alegría y orgullo de participar; el que no lanza, participa
danzando al ritmo de la tambora y el violín. Así, cada quien toma parte en lo
que mejor le parece, ya sea saliendo vestido de loco o simple y sencillamiento
recolectando limosna así como ayudando a carta la imagen de la Santa Cruz.
Comentarios
Publicar un comentario