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LA NUEVA PARROQUIA

 LA NUEVA PATRROQUIA

El pasado lunes el IV Obispo de la Diócesis de Celaya Mons.  José Benjamín Castillo Plascencia llevó a cabo la erección de la 4ª. Parroquia que hay en la zona urbana de San Miguel de Allende. El Señor Cura Don Alfredo González Mejía, cura de la comunidad de la Grulla, Mpio. de Dolores Hidalgo recibió esta nueva responsabilidad. Esta nueva parroquia tendrá como sede provisional el templo de Cristo Rey de la Col. Guadalupe mientras se construye en el Frac. Nuevo Mexiquito el templo que será dedicado a la Virgen del Rosario en un amplio espacio que está dedicado para levantar dicha construcción.

Hace 55 años mi familia se mudó a esa colonia. Vivíamos hasta la orilla norte donde corría una acequia y se levantaba una cerca de la calle Manuel M. Ponce y hoy Heroico Colegio Militar. El espacio que tiene el templo era ocupado como tierra de labranza por su propietario don Luis Álvarez Téllez, posteriormente se lotifico y se le llamo la Nogalera, aunque por poco tiempo. Don Luis cedió un lote para edificar una capilla y mi papa, José Rodríguez Sánchez, por muchos años sacristán en la parroquia de San Miguel Arcángel le sugirió que fueran dos lotes para que hubiera atrio, a lo que accedió de buena don Luis. El sr. Cura José mercadillo nombro al padre José Bernal como encargado de la edificación de dicha obra y se nombró como promotor a un vecino de grata memoria don Ignacio Solís (papa de doña Nacha) quien solicitaba el apoyo de los todavía escasos vecinos que había. Se hicieron entonces los cimientos y las trabes de concreto de la capilla antigua, hoy convertidos en sacristía. Ahí, la hija de don Nacho impartía doctrina a los pequeños de la colonia.

A la partida del P. Bernal la obra quedo abandonada por varios años. Al faltar don Nacho, en junta de colonos, se nombró a don Ignacio Chávez Mendoza como encargado de continuar con la obra. Don Nacho se entregó con entusiasmo a su nueva tarea y con muchos trabajos fue levantando el templo donde, aun sin terminar, venía a celebraba misa el sr. Cura Olegario Gaytán. Con el apoyo de los vecinos don Nacho levantó el templo anterior, dejando pendiente sólo el piso. El templo fue bendecido por el sr. Obispo don Victorino Álvarez tena.

El siguiente encargado fue Antonio Zárate quien. A falta de un sacerdote diocesano encargado, pues el sr. Cura no tenía vicarios, invito al P. Francisco Vargas, C.O. para que fuera a celebrar la eucaristía. El P. Vargas fue una verdadera bendición para la colonia pues a partir de entonces tuvimos misa dominical. Los Sres. Curas, salvo su bendición, poco aportaron. Excepción hecha del P. Eleazar Martínez quien, a petición de mi padre, donó al templo: cálices, albas, ornamentos y algunos otros elementos que ya no eran utilizados en la parroquia de San Miguel y el P. José Bautista Ponce quien regaló los candiles que estaban en la capilla de Cristo Rey de la parroquia del centro. Si bien es cierto que, si no le daban, tampoco le quitaban pues nunca negaron permisos para realizar actividades y celebraciones.

Reitero que el P. Vargas fue una bendición para el culto pues en varias ocasiones celebró con ornamente sucios pues no había el mobiliario necesario para guardarlos, y lo que entraba de limosnas y cooperaciones de vecinos apenas alcanzaba para pagar la nómina de los trabajos de construcción. Realmente la edificación fue rápida. Toño zarate, que en gloria este, puso todo su empeño en terminar la obra, desde luego que hubo bienhechores generosos como la familia Álvarez ya que don Javier y don Luis, al igual que su padre don Luis, no negaban apoyos cuando las nóminas no se alcanzaban a cubrir. También en justicia debo de decir que en eso, mucho mérito tiene el hijo de don Nacho, Raúl Chávez, el cañón, pues era el encargado de ir a sangrarlos lo mismo que a don José Castañeda quien también contribuyó de manera generosa a esa obra que hoy nos cobija. No fueron los únicos desde luego; pero si, hubo alguien que de manera anónima aportó como pocos, hoy puedo decirlo pues Dios ya la recogió y seguramente le está pagando con su gloria la largueza con que apoyó para la edificación de su casa: doña Irma Valenzuela.

Quede como anécdota una visita que le hizo Toño para informarle que las obras del templo se suspenderían temporalmente pues para poder terminar la cúpula era necesario reunir un capital más grande pues sería un gasto fuerte. Pregunto la cantidad que faltaba y, enterada, aportó lo necesario.

Tras la sentida muerte de Toño Zárate se nombró a Juan mi hermano como encargado de las obras por ser un cercano colaborador de Toño, y él hizo el sanitario, la obra en madera del templo: el lambrín, las cómodas de la sacristía, esto fue obra de mi tío “chivito” (Simeón Rodríguez), los bancos y todas las bancas salieron del taller de los hijos de mi tío Lencho (“el Gato”), igualmente mi tío “Teco” (Eufemio) hizo el altar, obra que participó en aquellos concursos de arte religioso que hizo el Mtro. Genaro Almanza en Bellas Artes, obteniendo el primer lugar. Al año siguiente hizo otro altar, también de cedro y volvió a ganar, este segundo altar fue encargo de mi papa para un pequeño oratorio que tiene en su casa. Y después de algún tiempo quedó la Sra. Lupe Arana quien hasta la fecha era la sacristana. 

El P. Vargas, cubría todas las necesidades que tenía el templo: 15 años, bodas, sepelios, etc. su pago, era sólo el estipendio de la misa, en ese tiempo eran  15 pesos.  Claro que hoy el señor le debe de tener a su derecha, como tenemos por esperanza los que perseveren en su fe con obras.

Después de más de veinte años de estar en esa situación la congregación del oratorio se hizo cargo oficialmente del templo y el P. Prep. le relevó y entonces llegó el Padre Socorro Govea quien con su carisma siguió la obra de su compañero. Le sucedió el padre Eleazar Mota y después el padre francisco Tovar. Cubriendo las ausencias de los padres responsables celebraron aquí todos los padres oratorianos de los últimos años: el P. Lupe Espínola, el P. Guadalupe Hernández, el Padre Benjamín Grimaldi, el Padre Saturnino Tovar, el P. Luis Antonio Govea, el P. Almaguer. El templo de Cristo Rey es una obra oratoriana más en san miguel de allende.

Dije ya que don Nacho Chávez levantó la primera capilla y el templo Toño Zárate, por supuesto que con el apoyo de feligreses y benefactores pues mi Señor Jesús nos explica que hay quien da lo que le sobra, otros todo lo que tienen, como la viuda (Lc 21, 1-4) pero también es cierto que hay quienes no dan ni lo que les sobra y, en no pocas ocasiones son los que más atacan. Dios nos perdone la ligereza del pensamiento y lo suelto de la lengua pues lo que el señor quiere es “un corazón contrito y humillado” (sal 51:17). Pero, prosigo, como sólo tenía una espadaña el P. Vargas levantó la primera torre y el padre francisco Tovar la segunda. El padre Govea adornó el interior, adquirió imágenes, arreglo la sacristía. El padre Eleazar prosiguió las obras y mando arreglar la imagen de cristo rey cuyas proporciones no eran las adecuadas. Esta imagen fue donada, desde la capilla primitiva por el sr. José Castañeda, y al último encargado el padre Lorenzo Saldaña se propuso dotar al templo de una cripta para colocar ahí las cenizas de los fieles y, después de muchos esfuerzos económicos, la terminó.

Quizás la providencia divina manifestó su amor a los colonos proveyendo a esta feligresía de Cristo Rey enviándonos al padre Lorenzo Saldaña para rubricar la magnífica obra oratoriana. Su actitud prudente, sus homilías sencillas, claras, su entrega ministerial han sido correspondidas con un aumento notable a las celebraciones eucarísticas y estos cinco años, que se me han hecho nada, han sido, un auténtico fermento en la colonia y de muchas otras que ahora nos reunimos aquí domingo a domingo. Y le pido a Cristo Rey que siga bendiciendo esta grey en cuya historia destacara la figura breve pero brillante del padre Lorenzo Saldaña.

Así pues el templo de Cristo Rey cierra una etapa muy importante en su historia. En ella queda patente el servicio que desde hace 300 viene prestando la congregación del oratorio de San Felipe Neri a esta ciudad de San Miguel de Allende. A su llegada en 1712 transformaron la capilla del señor Ecce Homo y de la Virgen de la Soledad que, al ampliarla la transformaron en el templo del Oratorio cuya fachada barroca es hoy una de las joyas arquitectónicas de la ciudad. Pronto iniciaron una escuela para infantes y a los pocos años el Real Colegio de San Francisco de Sales donde se enseñó por primera vez en América la filosofía moderna es decir la filosofía cartesiana,  la Santa Casa de Loreto, el templo de la salud, la capilla del Calvario, el beaterio y templo de santa Ana, el beaterio de Guadalupe y el santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco, fueron levantados desde sus cimientos por los hijos de san Felipe Neri.

Cuando en un acto similar en 1564 Tata Vasco, Obispo de Michoacán, ordenó el establecimiento de la parroquia de San Miguel Arcángel; los “despojados” fueron los franciscanos ya que se destinó como sede la Misión Franciscana, hoy conocida como Santa Escuela hasta que se terminó su fábrica en 1575 por el Arq. Marcos Antonio Sobrarías, de ahí que el Templo de San  Rafael o Santa Escuela fuera conocida mucho tiempo como “parroquia vieja”. Este templo también fue mejorado gracias a participación de dos oratorianos: Luis Felipe Neri de Alfaro y Martín Zamudio quienes fundaron ahí la Hermandad de la Santa Escuela de Cristo.

Para esta colonia fue una bendición la desinteresada participación de los sacerdotes oratorianos especialmente del P. Francisco Vargas que el Señor tenga en su santa gloria y del P. Lorenzo Saldaña quien en estos cinco años ha conseguido ser fermento vivo en esta colonia. Su prudencia y humildad, sus homilías claras y sencillas, nos han mostrado ese compromiso, un tanto olvidado por algún sacerdote que parece tendrá un nuevo amanecer con el Papa Francisco quien, desprovisto de ese halo de aristocracia, ha roto ese velo que hace intangibles a varios de los consagrados del señor.

Reitero aquí lo que le dije publicamente al Señor Obispo: me da mucho gusto que haya seleccionado como sede de la nueva parroquia a “nuestro” templo de Cristo Rey pero más gusto me da el escuchar que será provisional y hago votos porque sea verdad que pronto construirán la parroquia correspondiente en Mexiquito, pues con los padres oratorianos estábamos perfectamente atendidos espiritual y materialmente. El templo de Cristo Rey es otra obra oratoriana.

Al Señor cura Alfredo González Mejía, en acatamiento a la autoridad diocesana, la colonia de Guadalupe y la feligresía de este templo le recibe como la imagen de Cristo Rey, con los brazos abiertos y, parafraseando a San Mateo le decimos: …bendito el que viene en el nombre del señor.



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HEBDOMADARIO

Hoy es el gran día en que San Miguel puede celebrar o seguir festejando el nombramiento de Ciudad Patrimonio Mundial alcanzado en la reunión de la Convención de la Unesco, celebrada en Quebec, hace 8 años y siguiendo los pasos de la capital del estado que 20 años antes habia alcanzado este derecho en la reunión de Brasil y si bien el 7 de julio fue aceptada la fecha oficial es diez de julio de 2008. Felicidades a quienes participaron en el largo proceso que significa el poder conseguir este nombramiento tan pretendido y sólo diez ciudades en toda la república mexicana lo tienen, solo diez. En el mundo global que nos tocó vivir las redes sociales y la información que se mueve por la autopista del internet nos rebasó desde hace mucho tiempo a muchos que, como yo, hemos rebasado loa docena de lustros, pero algunos estamos haciendo el esfuerzo por actualizarnos para no vivir en el pasado y tratar de comprender a nuestros hijos y nietos que viven aceleradamente el presente.

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Romeo Tabuena, uno de los grandes pintores que han venido a radicar a San Miguel de Allende; a los 34 años de edad vino a México y al conocer la obra de los grandes muralistas mexicanos se quedó a radicar en nuestra ciudad. Aquí vivió con su esposa Nina, de origen noruego, su nombre completo era Romeo Villalba Tabuena  fue un pintor y grabador filipino que nació en la ciudad de Iloilo. Estudió arquitectura y pintura en Manila, Filipinas. También estudió en Nueva York y París. Sin embargo, conservó su nacionalidad filipina. Pintó el mural Filipiniana en la Embajada de Filipinas en Washington, DC En 1965, participó en la Octava Bienal de San Pablo arte como el artista filipina oficial y como el comisario de arte a partir de las Filipinas. El Museo de Arte de Honolulu mantiene su pintura Carabao, lo cual es típico de las pinturas animales del artista.           Tabuena aparece en Quién es quién en el arte americano, Internacional Quién es quién en el arte, y la Internaciona