Los “Locos”
de San Pascual
Es el
mediodía. La gente lleva varias horas apartando un lugar, algunos llevan
paraguas y sillas o bancos para las personas mayores que
quieren estar presentes en el desfile y no perder detalle. A la hora de comer
será el platillo principal de la plática y de la sobremesa. Pero por ahora hay
que soportar el calor del fogón porque se está cocinando el desfile. Por fin se
ve allá a lo lejos que vienen los primeros carros alegóricos. La música precede
la columna y no cesará hasta que haya pasado el último. Cada día hay más carros
y más personas. Muchos, vienen de lejos para ver este
desfile pero también varios, muchos, para participar.
Juan Manuel
Serrat dice que: en la fiesta de San Juan
todos comparten su pan, su mujer y su gabán, gentes de cien mil raleas. Y aquí,
no tan compartidos como en esa canción pero sí mezclados, hombres y mujeres,
jóvenes y viejos, lugareños y fuereños se han ido reuniendo en un lugar en las
goteras de la ciudad para llegar en caravana hasta el centro mismo de San Miguel.
Originalmente la fiesta era en el templo de San Antonio y tenían como patrono a
San Pascual Bailón pero hoy muchos no van a la misa que se oficia por ellos y
tampoco regresan, como antes, a seguir bailando en el atrio que entonces no
había pues era un solar muy grande frente al templo. La colonia de San Antonio
estaba poblada de huizaches, mezquites, órganos y magueyes. Como no había los
medios de difusión de hoy, la forma de invitar al pueblo a la festividad era
llevar el “convite”; lo mismo se hacía de parte de otros barrios (el de San
José lo sigue haciendo), el circo y otros espectáculos que llegaban al pueblo.
Pero,
¿quiénes son los “locos”?, ¿los que soportan el calor debajo de un disfraz y bailan
hasta el agotamiento? ¿O quienes están por horas esperando el paso del
atractivo desfile que serpentea por las principales de la población? Nadie los conoce
y todos los vemos. Gente de todas clases sociales participan en los diferentes
cuadros. De todos los rincones salen grupos que se adhieren a algún cuadro. Los
originales son el Cuadro del Parque y de éste se derivan todos los demás como
el Cuadro Antiguo y de éste surgirá el del Tecolote y así, el Cuadro Nuevo
surge en los años cincuentas con don Luis Muñoz a la cabeza y más adelante
hasta su muerte el “Chipotas” y le seguirá doña Angelita, de este cuadro saldrá
otro grupo que se puso el nombre de “La Mojiganga” que encabeza Emilio el
“Gordo”Ledesma. Durante muchos años también el “Cachir” tuvo su grupo hasta su
muerte, tan reciente como prematura.
Hablar de
todos sería imposible pues algunos tienen poco tiempo de participar, de los más
antiguos podemos decir que don Cruz Patlán era uno de los principales; estuvo
al frente del Cuadro del Parque y recientemente falleció. Esta vez hablaré un
poco de uno de ellos, con más de cincuenta años bailando, lo conocemos como el
“Gordo” aunque de gordo tenga muy poco en todo caso le quedaría mejor el
“Largo”. Él me dice que ese apodo se lo puso don Paco Garay cuando era muy
pequeño pues su padre trabajaba como encargado del taller mecánico de la
Fábrica la Aurora.
El “Gordo” nació
en San Miguel de Allende, estudio serigrafía en Bellas Artes con una beca que
le dio don Salvador García, pero como ésta no incluía los materiales estuvo a
punto de desertar cuando una señora que venía de México le pidió que a cambio
de los materiales que necesitara él le limpiara las pantallas –que se lavan con
thinner-. También incursionó en otras artes, le apasionó la dramatización al
grado que tiene varias piezas de su autoría como un “Don Juan Locorio”, una
parodia de la obra de Zorrilla, incluso la llevo al teatro. Su primer contacto
con los “locos” fue un rechazo total; lo tiene presente en la calle de Mesones
en donde vio pasar el convite para la fiesta en San Antonio y su primera
reacción fue: -¿Qué no les dará pena andar en esas fachas?. Cuando enfermó y su
caso no pudo resolver la ciencia médica se puso en manos de San Pascualito y le
ofreció: -si me curas, te bailaré mientras pueda. El santo cumplió y él…
también. Muchos años después a raíz de un accidente, amenazado de amputarle una
pierna volvió su rostro nuevamente a su patrono y el médico no podía creer que
estuviera sano: -usted no puede hacer eso, ¿quién lo curó?, -alguien que sí
puede, respondió.
Otro “loco” de
toda la vida es Braulio Correa Pérez quien participó mientras Dios le dio salud
pues en su caso fue por herencia familiar ya que su abuelo materno fue don
Amado Pérez de oficio panadero su participación fue contribuir en lo que más se
destacaba y era en la elaboración de máscaras, al igual que, al fin colaborador
del “Santero”, adornando los carros alegóricos. Su entusiasmo era proverbial,
al lado de sus hermanas Cata y Pera, desde muchas semanas antes estaba
moldeando en corcho sus máscaras, después en barro y más tarde en yeso. A doña
Cata se le ilumina el rostro cuando recuerda las horas que gustosamente
dedicaba para que todo el grupo estuviera uniformado en un tema, siempre
vistoso, siempre llamativo. Tristemente
componiendo un carro alegórico para el desfile, al bajarse del carro se lastimó
una pierna y, como tenía diabetes interna, se inició un calvario que lo tiene
postrado desde hace ya varios años. Hace poco falleció don Cruz Patlán, el
“Camotero” quien era uno de los más antiguos y quien desde niño participaba en
los “Hortelanos” de donde se derivaron los “locos”. De los jóvenes pero muy
entusiastas podemos mencionar también a: Jesús González Martínez el “Cachir”
quien formó un grupo con familiares y amigos
¿Cuándo
empezó? Al parecer se originó de aquellos personajes que acompañaban a los
Hortelanos en las fiestas de San Pascual Bailón, el Lic. Leobino Zavala
consigna que “…en las postrimerías del
siglo XIX y principios del XX (…) Amado el panadero, aquel Amado narices anchas
que siempre salía de “loco” en la danza de los hortelanos, con su máscara de
cartón (…)su sombrero con una pluma de guajolote, su vestido de percal estilo
payaso, un chicote o una larga vara en la mano, una jaula a la espalda con una
rata muerte o un tecolote en el mismo estado encerrados en ella y una ardilla o
o un tlacuache disecados, repletos de aserrín, que amorosamente arrullaba entre
sus brazos, como si fuera un niño, mientras bailaba incansablemente, haciendo
sonar los cercos de cascabeles que llevaba en los tobillos, sobre unos enormes
zapatos de vaqueta” (Tradiciones
y Leyendas Sanmiguelenses). Por otra parte don Carlos Diez de Sollano en su Cuadros de costumbres
“Las fiestas de San Miguel”, en 1927, al describir la entrada de los xúchiles
en la fiesta de los naturales para el patrono de la ciudad dice: “No faltan, completando la diversión, los
“locos”, especie popular de payasos que visten grotescos trajes y usan
máscaras, algunas muy interesantes, y se mezclan entre la gente (…) tienen un
oficio muy importante: retirar a la gente que poco a poco va oprimiendo el
círculo de la danza y estorba sus
movimientos”.
Al enfermar don Antonino Vázquez trató de que alguien se encargara de
continuar con la danza de los “Hortelanos”.
Durante una fiesta de San Antonio trató de que alguno de los encargados
que organizados en primer capitán, segundo capitán, tercer capitán, etc. nadie
aceptó, entonces se la ofreció a doña
Beatriz quien durante 34 años, apoyada por su esposo don Lupe se ha encargado
de la imagen, la más antigua de las que existen. Sostener la tradición de los
“Hortelanos” es una tarea muy difícil pues el público que esta danza ingenua
tenía ya no existe y la desaparición de músicos como don Inés terminaron por sepultarla.
Hoy en día el gusto se ha cambiado para los “locos” y aunque participaban
algunos en el Cuadro Antiguo se les han sumado otros y han formado el cuadro
del “Tecolote”.
“Locos” historias y anécdotas sobran, espacio falta, así que... habrá más...
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
(Juan
Manuel Serrat)
El rey de los instrumentos.
Los que saben de
música dicen que el instrumento polifónico por excelencia es el piano; de
apariencia noble, el de más rica sonoridad, el más expresivo, el de registro más
extenso y probablemente el más difícil de llegar a dominar; es un instrumento de
cuerda; hay otros instrumentos de teclado que pudieran llevar a pensar que están
relacionados con el piano, como el órgano de tubos, que es un instrumento de
viento. Un órgano es
un instrumento musical de teclado. Los sonidos se generan haciendo pasar aire por tubos de
diferentes longitudes (desde pocos centímetros hasta varios metros). Se
clasifica como instrumento de
viento o
aerófono en la categoría instrumentos
de teclado y
también dentro de la subcategoría aire insuflado, junto al acordeón y al armonio y es considerado
por otros como el rey de los instrumentos.
El órgano consta de diferentes registros o
sonidos, cuyo timbre dependerá de la forma, tamaño, material o mecanismo de
producción del sonido. Se maneja mediante uno o más teclados para tocar con las
manos, y otro consistente en unos pedales en la parte inferior. Después de
la época barroca y de la muerte de los grandes compositores nacionales, el
órgano entró en decadencia en el papel de la música de concierto, donde la
indiferencia de los grandes compositores hace que se le reserve casi
exclusivamente para música religiosa.
A partir de la primera mitad del siglo XX el
órgano se incorpora en bandas sonoras de cine, algunos compositores destinan
brillantes participaciones en algunas de sus bandas sonoras haciendo una
función completamente diferente visto desde entonces. A partir de aquí, el
órgano, conforme avanza el siglo XX encuentra un hueco en más ámbitos
musicales, por ejemplo en la película Piratas del Caribe: El cofre del
hombre muerto, Batman y Batman Regresa, etc. y en los videojuegos como en las consolas Mega Drive, Súper Nintendo, etc.
Sin embargo los órganos tubulares son
considerados pasados de moda; los pocos que existen son vestigios que nos
hablan de un pasado glorioso aunque, por desgracia, no están en condiciones
aceptables por falta de mantenimiento. En nuestra ciudad existen órganos
antiguos en: la parroquia de San Miguel Arcángel, el Oratorio de San Felipe
Neri, Las Monjas, el templo de La Salud y sólo se consigna que hubo uno en
San Juan de Dios que está prácticamente destruido. Desde hace diez años el
maestro Ramiro Granados se ha encargado de ellos pero no hay un presupuesto
para esta tarea. Nos informa que el de la Parroquia de San Miguel está casi
terminado de la intervención a que fue sujetado y en el mismo proceso está el
de La Salud y que en el área rural son importantes los de Atotonilco y
Cerritos. Pese a que son auténticas reliquias del pasado no se les presta la
atención debida.
Muchos pensaríamos que tocar en un órgano
es una actividad que puede realizar cualquiera que pueda tocar en un órgano
electrónico o un piano. Me aclara que muchas personas tocan piano pero para
poder saber tocar en un órgano de este tipo se requiere una formación
especial y que por lo tanto son pocas las personas que pueden hacerlo con
propiedad. Lo anterior porque un órgano tubular tiene una gran cantidad de
registros. Por otra parte, con un buen uso y el mantenimiento mínimo pueden
durar muchísimo tiempo y en cambio los órganos actuales trabajan con tarjetas
electrónicas cuyos fabricantes están obligados por ley de seguirlas
produciendo por diez años más a partir de su aparición pues cada vez salen
nuevos modelos. El Mtro. Jesús Arana fue el encargado del órgano del templo
parroquial durante más de cincuenta años, él había estudiado en la Escuela
Superior de Música en León, en donde fue compañero de Juan Torres, don Chucho
era muy cuidadoso de protegerlo por lo que no permitía que lo tocara
cualquiera.
Estuve en el taller del maestro Moisés en
la colonia Guadalupe en donde generosamente me explicaba algunos detalles del
mantenimiento a que está sometiendo dicho instrumento. Los tubos son de una
aleación de plomo y estaño, entre más pequeños más plomo y entre más largos
más estaño. El sonido que produce los tubos está en función de su grosor, diámetro
y dimensión. Acucioso y profesional el restaurador me explicaba con
fotografías el estado en que lo recibió y cómo fue desarmándolo; se detiene
en algunas fotos para explicar los daños que causan “arreglos” de manos
inexpertas como por ejemplo pegar con pegamento actual (resistol) ciertas
partes que deben ser pegadas a la antigüita, con cola, aquel pegamento que
utilizaban nuestros carpinteros antañones y que fabricaban a partir de
residuos de cueros, huesos y cartílagos de origen animal; en otras, el estado
que tenía la piel con que se recubren ciertas partes y que la duración de ésta
está en función del clima pues la humedad y el calor afectan su vida útil. En
este momento ya se repuso la piel, que debe de ser piel de borrego con un
curtido muy fino, ésta fue importada de Alemania; se requieren herramientas
de precisión que se utilizan para dejar los resortes con la forma y tensión
necesarias, en fin muchos detalles más. Esta información quedará en una
memoria para conocer el antes y el después que tuvo la restauración.
Tenía en su taller tubos ya reparados y
otros arrugados como papel desechado en el cesto de la basura pero,
habilidoso, frente a mis ojos tomó una especie de vara, como un taco de
billar metió el tubo y empezó a golpearlo suavemente con un pedazo de madera
forrado con piel y éste fue recuperando rápidamente su forma cilíndrica.
Después de ello los colocó verticalmente pues, explicaba también por ser un
metal pesado si se colocaran en forma horizontal poco a poco cederían al peso
y tomarían una forma elíptica desfinándose.
Algo que llama la atención ante ese órgano
disperso por todo el taller es una parte que se denomina “el secreto” que es
el corazón en donde el constructor realiza los ajustes más finos para que el
órgano tome el sonido necesario. Es una estructura intrincada, y es en esa
parte en donde los constructores colocan su “firma”, en el caso presente éste
fue obra de: Alberto Sánchez y tiene la fecha 25 de marzo de 1912. Uno de los
músicos más reconocidos en nuestra ciudad fue don Teófilo Montes Luna quien
se sabe que tenía a su cargo los órganos de La Salud, La Ermita y Cerritos y él colocó en ese secreto su
nombre y día de la reparación: miércoles 1 de diciembre de 1943. Este órgano está
siendo reparado gracias a la generosidad de un grupo de amigos del actual
encargado del templo el R.P. Socorro Govea quienes aportaron una cantidad y
otra consiguieron ellos mismos otros patrocinadores, por cierto el padre
Govea acaba de celebrar sus Bodas de Oro sacerdotales, aunque sigue delicado
de salud, esperamos su pronta recuperación.
El Mtro. Granados nos dice que presentó
hace dos administraciones un proyecto para reparar el órgano del Oratorio,
que data del siglo XVIII, y después de varias vueltas a las oficinas no le
apoyaron, aunque reconoce que, en aquel entonces, el Lic. Eleazar Romero
consiguió una cantidad con la que fue posible realizar una primera etapa en
donde se le dio mantenimiento a la caja, se cambiaron algunas piezas de
madera, misma que fue curada para evitar el ataque de la polilla y se
pintaron algunas partes que lo requerían. Siguió tocando puertas para
conseguir financiamiento y en una segunda etapa se repusieron las molduras
faltantes y colocarles oro de hoja con lo que se terminó el exterior, pero
faltaba reparar lo interno que es la mecánica. Para ello un grupo de restauradores
extranjeros presentaron un presupuesto de un poco más de cinco millones; otros
especialistas de Morelia presentaron el suyo, inferior al primero y están en
espera de que el Mtro. Moisés también haga una cotización. La ventaja que se
tendría con él es que ya conocen su trabajo y que ya se vino del D.F. a
radicar a San Miguel, aunque no dejará de visitar su tierra pues es el responsable
de dos de los cinco órganos con que cuenta la Basílica de Guadalupe y otros
órganos en templos queretanos.
Haber conocido un poco los misterios de ese
órgano fue una experiencia muy agradable pero, lo más importante, que pronto
estará totalmente reparado y que el Mtro. Ramiro tiene como meta seguir esta
noble tarea de conseguir recursos y culminar con una serie de conciertos con
los órganos que tiene nuestra ciudad. Ojalá que consiga los apoyos necesarios
oficiales o privados para llevar a cabo esta actividad, por desgracia
conocemos el origen de los recursos que han devuelto al Santuario mucho de su
belleza original pero no fueron recursos oficiales, ojalá que algún día
nuestras autoridades pongan sus ojos en la restauración y mantenimiento necesario
a estas joyas del pasado.
La Candelaria
Miguelito Malo en su obra “Guía
Oficial” de San Miguel de Allende publicada en 1963 por el INAH incluye un
calendario de fiestas locales y en el menciona que el 2 de febrero es la:
fiesta de la Candelaria: día de la
Purificación de Nuestra Señora. Venta de plantas, semillas y flores en la Plaza
de Allende.
La fiesta de la Candelaria o de
la Luz tuvo su origen, según algunos autores en el Oriente en la antigua Roma,
donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las
Lupercales. Esta celebración se unió más tarde a la liturgia de la Presentación
de Jesús en el Templo, asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas
en las manos de los fieles. Su fiesta se celebra, según el calendario o
santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la
Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2; 22-39) y la
purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción
de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12; 1-8).
Otra versión histórica indica que
en el pasado había una fiesta que se dedicaba a la Diosa griega de la
Agricultura, Deméter, a quien se le rendía culto y se le llevaban a bendecir
las semillas. En este rito se utilizaban velas para despedir los fríos y
despertar la tierra, y las candelas, que simbolizaban la luz, alejaban las
tormentas, el mal y los temblores.
La fiesta, nos dice la Wikipedia,
es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la
Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos
estos nombres expresan el significado de la fiesta. Cristo la Luz del mundo
presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o
las candelas, de donde se deriva el nombre de "Candelaria".
En México, el Día de la
Candelaria se acostumbra que, quien obtuvo el niño oculto en la rosca de reyes,
haga una fiesta (tradicionalmente basada en tamales y atole, ambos productos de
maíz. Esta tradición tiene raíces prehispánicas; en muchos pueblos los
habitantes llevan a la iglesia mazorcas para que sean bendecidas a fin de
sembrar sus granos en el ciclo agrícola que inicia, pues el 2 de febrero
coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca, cuando
se celebraba a algunos dioses tlaloques, según fray Bernardino de Sahagún. En
el centro de México se acostumbra vestir al niño Dios del nacimiento navideño y
llevarlo a oír misa, después de lo cual, es colocado en un nicho donde
permanecerá el resto del año.
Si se sabe que la siembra y las
estaciones del año marcan la vida religiosa, social, comercial y cultural de
los pueblos, esto queda demostrado con las festividades del Día de la
Candelaria, que en México se conmemora desde la época colonial.
En algunos lugares, se ha hecho
una tradición que a las personas que les tocó el muñeco durante la partida de
rosca del Día de Reyes se convierta en el padrino del Niño Dios para cumplir el
Día de la Candelaria.
"Para cumplir con su tarea,
el padrino o madrina debe levantar al Niño del pesebre del nacimiento, donde se
colocó el 24 de diciembre luego de arrullarlo, en la casa que ofreció la
merienda del día seis de enero, ya levantado tiene que vestir al Niño
Dios", explica Alma Solís del Manzano, estudiosa de esta tradición
popular.
Todo el ritual que significa la
celebración del Día de la Candelaria es resultado del sincretismo de dos
culturas y religiones: la católica, que remite a cuando la Virgen María llevó
al niño Jesús al templo, y la prehispánica, en la que se llevaban tamales al
rendir culto a los dioses.
La tradición prehispánica
establecía que se debía llevar tamales cuando se rendía culto a Tláloc, a
Chalchiuhtlicue (dioses del agua) y a los tlaloques (ayudantes del primero),
quienes derramaban su lluvia sobre la tierra asegurando así buenas cosechas. Tal
festividad se asocia e integra a la celebración católica que también se hace
coincidir con la fertilidad de la tierra y los beneficios del agua.
Los tamales, alimento que data de
la época precolombina y que forma parte de la dieta de los mexicanos, se sirven
calientes, habiéndolos de diferentes variedades, tales como: rajas con queso,
verdes, mole con pollo o carne de puerco y de dulce. Tradicionalmente se
degustan con atole de distintos sabores o café.
Fray Bernardino de Sahagún, en
sus escritos, se refiere a la gran variedad de tamales que se podían encontrar
en los mercados de aquel entonces y que, incluso, estaban presentes en los
banquetes del emperador Moctezuma. En aquel entonces los tamales los rellenaban
con chile dulce, tomate y semillas de zapallo molidas, mezcladas a las carnes
de faisanes, codornices y pavos.
Los preparaban con semillas de
ayote o zapallo molidas, tomate, miel de abejas y caracoles. Para esto
utilizaban carnes de xoloitzcuintli o perro mudo, tepezcuintle, chompipe y
venado y los envolvían en hojas de plátano o maíz.
Con la llegada de los españoles,
se les agregaron ingredientes traídos de Europa, tales como garbanzos, arroz,
aceitunas, alcaparras, pasas y ciruelas, Por lo tanto, el tamal preparado en
familia es una mezcla entre lo prehispánico y lo español. Sin embargo, hoy día
se degustan regularmente ya sean solos o en torta (se utiliza el bolillo o el virote).
En el día de la Candelaria se
hace el "levantamiento del Niño Jesús", el cual consiste en llevar
las imágenes y figuras del Niño Jesús a bendecir al templo, así como también
levantar y quitar todas las figuras de los nacimientos y guardarlas hasta la
próxima Navidad.
En muchos pueblos los indígenas
tienen la costumbre de llevar a bendecir las mazorcas que servirán de semillas
en la próxima siembra, también se bendicen las velas o candelas, de ahí el
nombre de "Candelaria", estas velas son consideradas como buenas para
apartar el mal, la enfermedad y los temblores.
Según el portal Desde la fe, el
ser padrino es un asunto serio. "Debe considerarse como un honor que nos
hacen nuestros amigos, pero sería bueno tomarlo como un signo de predilección
de Dios", se explica en el sitio, refiriéndose a que el Niño Jesús es
quien escoge a sus padrinos, simbólicamente, durante la repartición de la Rosca
de Reyes. Es así como el Día de la Candelaria en nuestro país, y otros de
América se conserva como una de las principales tradiciones católicas, y que
representa una etapa de vida de Jesús.
Daniela Gutiérrez Cruz,
historiadora de la Universidad de Guadalajara, explicó que la celebración
popular que año con año se lleva a cabo en México, en la que las familias
degustan tamales y atole, la historiadora mencionó que está relacionada con las
tradiciones de algunas culturas prehispánicas, que en el mes de enero
celebraban el inicio de la siembra. En el acto, las comunidades daban como
ofrenda a los dioses tamales y bebidas como el atole, a cambio de recibir una
buena cosecha. Más tarde, en la época colonial se combinó esta tradición con
los festejos españoles a la Virgen de la Candelaria. Aunque no se tienen datos
precisos de la fecha en que comenzó a celebrarse el día de La Candelaria, tal y
como la conocemos hoy en día en el país, calcula que pudo ser a finales del
siglo XVI. La historiadora dice que esta fiesta tiene mayor antigüedad en la
región centro sur del país.
Don Félix Luna nos dice que para
el día de la Candelaria llegaban a San Miguel grupos de viejitas, provenientes
de los alrededores, que se colocaban frente a la parroquia para vender toda
clase de plantas que se daban en sus huertas. Ese día la gente acudía al
tianguis de las flores, donde se compraban también las semillas. Había muchas
señoras vendiéndolas; la gente las compraba y se dirigía al templo para la
bendición, con lo que quedaban listas para ser plantadas. También había fiestas
en las casas, pues, además de presentar a los niños al templo, se acostumbraba
levantar al Niño Dios del nacimiento.
A medida que fueron acabándose
las huertas de los alrededores de San Miguel comenzaron a llegar los vendedores
de Celaya; y desde hace unos veinticinco años la enorme cantidad de plantas que
se vende en el parque Juárez proviene de invernaderos de Toluca y otros lugres
del Estado de México. Esa gran demanda hace que esta venta se prolongue por
varios días más en los que se complementa con actividades artísticas que hacen
que la visita a ese sitio sea todavía más agradable.
San Miguel, no de ahora, desde
hace muchos años es un foco para el turismo que aprecia estas costumbres que se
ha conservado de generación en generación. Nuestra ciudad tiene un legado
histórico y arquitectónico para seguir siendo un filón minero inagotable pero
requiere que se le cuide, que se le respete. Como nadie ama lo que no conoce,
conozcamos y defendamos lo que tenemos.
Toña y Toño.
Toño Correa en su casa
Don Donado Almanza hizo una interesante
crónica sobre las posadas públicas de 1913 que publicó el Vocero del norte en
diciembre de 1960 en la que menciona a las personas, que en plena revolución,
participaban de las posadas con gran fervor llevando el misterio de templo en
templo por las calles sanmiguelenses; en alguna plática con don Genaro le
concedía a Don Eulalio Nava el haber rescatado esa hermosa costumbre que,
lamentaba, se fue corrompiendo por los desórdenes de algunos jóvenes. Don
Eulalio vino de San Felipe y aquí caso con la Srita. Ángela Rodríguez en 1926. Tuvieron
su botica en la calle de Relox donde ahora está la panadería de La Colmena.
Todavía la puerta central de ese negocio tiene una pequeña ventana por donde se
despachaba el medicamento durante las guardias nocturnas que entonces se
acostumbraban para lo cual consultábamos el rol correspondiente en la
inspección de policía. Más adelante compraron la casa de don Federico Silva que
está en la esquina de Relox y Mesones donde hasta hoy sigue como imagen viva de
aquel tiempo, la Botica de Santa Teresita.
Posada pública con los Toños
Don Eulalio fue presidente municipal en el
período 1939-1940, Manuel, su nieto, recuerda que Angelita le contaba que más que obtener un beneficio
económico el puesto requería que se le inyectara dinero de su bolsa por la
precaria situación de la hacienda municipal, así que ella necesitaba estar al
pendiente de no permitir que la botica sufragara gastos comunales. Para que los
vecinos olvidaran un poco los problemas con las incursiones de “los del cerro”, “los pelones” y “los
colgados” le pidió a los vecinos que revivieron las posadas públicas por lo
que visitó a don Antonio Correa Redondo, juez del Registro Civil para que
dirigiera el coro y le “prestara” a su hijo Antonio (Correa Téllez) para que saliera
de San José en el “carrito de la posada”
que era el carretón. Aunque el chico no estaba de acuerdo su papá lo
comprometió y tiempo después llegó el sastre y le tomó las medidas para el
traje josefino. La Virgen María fue representada entonces por la joven Antonia Sánchez. Otra pareja que representó a la
Sagrada Familia fueron: Doña Carlota a Ríos y Don Francisco Nieto.
Se casó con la Srita Antonia Sánchez Grimaldi en
1950 y sus hijos fueron: Enedina, José
Antonio, Gerardo, Felipe, Magdalena, Fernando, Ricardo, Alejandro,
Francisco y Rodrigo. Su interés laboral no era el servicio postal sino
la mecánica y su placer era enfundarse en el overol y aprender con don Guicho
aquel chófer de los camiones municipales pero había que comer y se le presentó
la oportunidad de ingresar al correo como interino y éste se convirtió en base
casi inmediatamente por la renuncia del titular.
Se inició en el servicio postal en 1946 y de
ahí se jubiló en 1977. Su primer sueldo fue de $ 92.50 mensuales. En esos
ayeres había que cargar con aquella mochila de cuero repleta de correspondencia
y repartirla por toda la ciudad, nada fácil; sin embargo eso le ayudo a tener
una magnífica condición física la que le permitió destacar en el deporte del
frontón del que fue muy afecto. Por otra parte le ayudó su carácter alegre pues al hacer las entregas
recibía agradecimientos en especie. Recordaba con una sonrisa los regalos de
Ma. Elena Nava, de doña Petra Banda quien lo agasajar a con un mole delicioso,
en la calle de Hidalgo doña Ma. Auxilio Rodríguez lo agasajaba con tortas, etc.
Vivió en la casa de la abuela paterna en la
calle de Canal junto al hotel de doña Luz Villa, mamá de Lucas Villa. Su
pandilla deportiva la conformaban Javier Álvarez, Víctor de la Sota, el Dr. Ferro, Abelardo el “Casco” y varios más que
eran detestados por los vecinos pues sus prácticas de béisbol las hacían en la
calle de Mesones y la pared para jugar frontón era la pared del teatro; muchas
veces fueron regañados por su “buena puntería” contra los cristales de las
casas cercanas. Su papá don Antonio rechazaba tajante el beis bol porque decía
que era un deporte gringo.
Tiempos lejanos en que la calle era amplia
cancha, toda para ellos; de vez en vez veían pasar la plataforma y el tranvía
que traía viajeros y mercancías. Feliz edad en la que la victoria en un juego
callejero significaba todo. Todo se enviaba por FFCC, muchos recordamos las
largas filas para comprar timbres, enviar giros o registrar correspondencia,
entrega inmediata, vía aérea, etcétera.
El horario de servicio era de 9 a 2 y de 3 a 5. Hubo entonces unos
buzones de metal que estaban ubicados afuera de: el correo, la Posada de San
Francisco y la Balanza Mercantil; éstos eran abiertos dos veces al día para remitir
las piezas a su destino. Los empleados de entonces eran: los Sres. Salvador Soria,
José Méndez, Nacho Sierra, Hermilo López, y los jefes de oficina: Don Luis Calvillo
y Don Rafael López.
Pese a la buena disposición a su labor al
enterarse que una mujer entraría como oficinista sin que se le considerara a él
para el puesto. Se dispuso a ir a la ciudad de México para protestar por lo que
consideraba un atropello a sus derechos. Hizo el comentario de su decisión a
don Felipe Cossío del Pomar, frecuente usuario del servicio postal, pues uno de
los mayores remitentes era el Instituto Allende que estaba en su apogeo.
Valijas completas salían para EEUU las que se enviaban ya clasificadas para
cada estado de la unión americana. Al enterarse de que lo que pretendía hacer
el peruano se ofreció apoyarlo pues casualmente el señor Vidal Murillo,
Director General de Correos, vendría a San Miguel ese fin de semana a invitación
del señor Dickinson a casa de la Sra. Lucha Mojica con quien el funcionario
guardaba buena amistad. Al lunes siguiente Don Felipe le entrego su
nombramiento para estar en ventanilla.
Su trabajo en el correo lo combinaba ayudando
en la tienda de La Balanza, propiedad de su tío Cruz Téllez donde también
laboraban don Francisco Téllez y don Luis López. El mayor placer era cuando le
tocaba despachar petróleo: -¿verde o morado?, preguntaba; aquel combustible que
de diáfano sólo tenía el nombre pues producía un humo negro desagradable sobre
todo por su olor, pero necesario para aquellas estufas Beroa. Y ahí sigue esa
bomba que, resistiendo el paso del tiempo, parece una abuela con sus gafas
rotas que sonríe cuando algunos turistas desean llevarla en sus cámaras como imagen
de aquellos tiempos y de la ciudad.
A Toño lo bautizaron en: ¡no me lo va a creer!
en la casa de Chavalala, en la calle de Hernández Macías. Ahí vivió el mayor Cervantes,
casa de don Salvador de Lara y doña Evelia. Sí, lo bautizaron ahí por la
persecución religiosa pues nació el 13 de junio de 1928. Tiempos difíciles en
que el padre Chanito arriesgaba su vida llevado el culto brincando azoteas.
Fue muy solicitado para controlar las entradas
de diversos espectáculos. De ese tiempo recordaba anécdotas como cuando una persona
pasada de copas trató de entrar a La Fragua y, por supuesto, no lo dejó entrar.
Cuando don Rafa D Arcourt le preguntó si no había llegado Juan Torres le
contestó que no, pero… aceptando que no conocía al famoso organista cayó a la
cuenta que podría ser el parroquiano que quiso entrar antes, por lo que
salieron rápidamente en su búsqueda encontrando a Juan Torres en la barra del
Patio de don Jorge Redondo.
Caso parecido le sucedió cuando en la Plaza
Santa María de Querétaro era empresario don Tomas Valles y siguiendo las
instrucciones de no permitir la entrada a nadie sin boleto llegó una persona tomada
acompañada de un mariachi a la que sin miramientos se le indicó que sin boleto
no entraría; ¿y quién dio esa orden? preguntó molesto, el empresario don Tomas
Valles, le contestó con firmeza. –muchachos, dijo a los músicos, si mi hijo dio esa orden ¡a comprar boletos!
ante esto reconoció a su interlocutor y, por supuesto, lo dejó pasar con todo y
mariachi.
Para terminar, una más: contratado por el Dr.
Pin para una boda cuya fiesta fue en su casa de la calle de Correo. Barbarita y
el Doctor, con frecuencia apelaron al sentido común de Toño cuando se
percataban en la puerta de haber olvidado las tarjetas. Las indicaciones
siempre son nadie sin boleto, sólo que esta vez, al aplicar la instrucción y exigir
la entrada a su propia casa el doctor rio de buena gana aunque a ella no le
hizo mucha gracia.
Toño fue una persona amable y un esposo
enamorado, fue un padre preocupado de su familia la que pudo devolverle ese
cariño durante los doce años que estuvo viudo al llevarlo a conocer muchas de
las bellezas que tiene EEUU y donde sufrió su clima pero también disfrutó de
grandes partidos de su deporte favorito. Finalmente fue a su encuentro donde ahora
mismo ha de estar carcajeándose de este escrito que trata de resumir largas
conversaciones sobre una larga vida de trabajo y amistad.
TEMPLO DE LA SALUD.
El 26 de mayo de 1712 se otorgó a la congregación del
Oratorio la capilla de la Virgen de la Soledad y del Señor Ecce Homo, los
recién llegados pusieron manos a la obra y levantaron en dos años el templo que
hoy vemos. La fachada bellísima de estilo barroco. El Dr. De la Maza dice que
inmediatamente que se fundó la congregación del oratorio se dedicaron los
padres a enseñar a los niños, tanto españoles y criollos como indígenas, las
primeras letras y la doctrina cristiana gratuitamente. También enseñaba latín y
artes y estudios mayores con general aprovechamiento especialmente de los que no
podían ir a la Universidad de México, por lo que en 1718 el padre Espinosa
pedía se concediese fundar colegio en forma con la revalidación necesaria en la
Universidad real y Pontificia, donde se enseñase “Gramática, Retórica,
Filosofía y Teología Escolástica y Moral, con calidad de que los que allí
estudiasen hubiesen de gozar del privilegio de poderse graduar en la expresada
Universidad” lo que les fue concedido.
El Padre fundador Don Juan Antonio Pérez de Espinosa inicia
rápidamente la construcción de la capilla de la Virgen de la Salud. La primera
piedra se coloca el 8 de abril de 1717 por el visitador del obispado don Mateo
Espinosa e Hijar. Pasaré por alto los detalles de las desavenencias con el
señor cura D. Cristóbal Ramírez quien despues de invitar a los oratorianos a
fundar su congregación en la villa mudó su parecer lo que determinó que la
licencia concedida para edificar la iglesia de Nuestra Señora de la Salud
(1717) tuviera ciertas especificaciones que garantizaban que no corría peligro
de perder las prebendas que como cura beneficiado tenía derecho: no se podía
decir misa de paga, predicar, etc., y respecto a la fábrica del edificio éste
debería no tener torre (a veces se piensa que tiene una torre inconclusa) sino
campanil con dos campanas pequeñas.
Cinco años después se vencen las limitantes de oficiar misa,
predicar y hacer ejercicios y el R.P. Prepósito Maciel Betancourt, la bendice.
Esta construcción no es la que hoy admiramos pues aquella era muy rústica y
pequeña techada con viguería y tejamanil, pero el trabajo de sus ocupantes, el
Oratorio Parvo, dan frutos pronto e inician la costumbre del rezo cantado del
rosario por las calles de la villa, los días 19 de cada mes en honor de Señor
San José. Al igual que el espacio donde ahora está la sacristía del Oratorio,
el de la iglesia de la Salud también era calle, nos dice el padre Govea y aún
pueden verse restos que testifican dicho aserto.
La historia de este templo se entrelaza con la llegada del
Bachiller Luis Felipe Neri de Alfaro quien es admitido por esa Congregación el
26 de mayo de 1730. No se tiene un dato preciso de la fecha de la ordenación
sacerdotal. El Mtro. José de Santiago Silva señala que en 1733 fue ordenado
diácono y electo diputado de la congregación oratoriana; el 15 de junio fue
electo prefecto de la sacristía y señalado como presbítero, por lo tanto,
afirma, debió haberse ordenado ese mismo año. La devoción a la Virgen de la
Salud de parte del padre Alfaro se debe a compromisos con la Madona pues es
bien conocida su precaria salud; un buen día en una universidad chilena fue
encontrado un documento del padre Alfaro conteniendo una Novena a Nuestra
Señora de la Salud, según nos relata el padre Socorro.
Quiso la providencia que D. Miguel Custodio Durán estuviese
en la villa para construir la Santa Casa de Loreto, encargo del señor de la
Canal y el Padre Alfaro le solicitó le hiciera los planos de una nueva capilla
más amplia, más sólida y de mejor aspecto. Por lo que solicita permiso para que
se derribe la iniciada por el fundador y se levante otra.
La obra se concluyó con muchos esfuerzos, el Padre Rómulo
Núñez menciona al padre Juan de Dios Arzila y Velasco quien recorrió la
diócesis pidiendo limosna para este fin, del padre Alfaro dice: se ejercitaba
en solicitar limosnas, buscar materiales, agradar bienhechores, como en la
puntual asistencia de sus oficiales, saliendo los sábados con el Niño Jesús a
pedir limosna para pagar maestros y peones; y se dedicó el 5 de octubre de 1737,
previo novenario en donde participaron, dice don Cornelio: el pueblo de la
villa con sus fiestas callejeras y lo más selecto de los oradores sagrados,
pertenecientes a las comunidades religiosas residentes en San Miguel: franciscanos,
dominicos y el clero diocesano, además de los mismos padres filipenses.
El R.P. D. José María Correa dice que en esa solemne dedicación
el padre Antonio Ramos de Castilla dio cuenta del costo de la obra: $ 9,025.00,
distribuido de la siguiente forma:
Limosna de los pobres: $ 3,076.00
Bienhechores acaudalados: $ 3,398.00
Aportaciones personales del Padre Alfaro: $ 1,226.00
Total recaudado: $
7,700.00
Deudas por pagar: $
1,325.00
Don Cornelio hace una comparación de la fachada de La Salud
con otras obras de D. Miguel Custodio en la ciudad de México: la fachada
hornacina de San Juan de Dios (1729) rematada por una esplendorosa concha
similar a la Salud (1735) y el arco mixtilíneo del pórtico de la capilla del
Santo del Agua, igual a la capilla sanmiguelense. Pese a que en las obras
mencionadas Custodio Durán utilizó el estilo salomónico aquí encontramos
pilastras estípites con fustes de estrías ondulantes o zigzagueantes. Miguelito
Malo considera que es de un churriguera incipiente porque esboza los estípites
tallados. La portada termina en amplia concha. En sus hornacinas están los
siguientes santos: arriba, la Inmaculada Concepción al centro y a sus lados
Santa Ana y San Joaquín; abajo: el Sagrado Corazón y San Juan Evangelista.
Escuadran la puerta de madera cuarteronada laboriosos herrajes. La linternilla semeja
una tuna y finaliza la cúpula de vidriada cerámica azul y amarilla.
Santo Domingo de
Guzmán afirmó que la Virgen María se le apareció en 1208 con un rosario en las
manos, en el siglo XVI, San Pío V instauró su fecha el 7 de octubre,
aniversario de la victoria en la batalla de Lepanto. La imagen de la Virgen de
la Salud fue traída por el padre Alfaro de la ciudad de México; originalmente
representaba a la Virgen María en su advocación del Rosario pues en una de sus
manos sostenía ese objeto piadoso; de ahí nació el impulso que esta devoción
mariana recibió en la capilla de la Salud. Con el tiempo el rosario fue
sustituido por la rosa mística. Dado que no hay una fecha especial para
celebrar la fiesta de la Virgen de la Salud en esta capilla se le festeja el
tercer domingo de octubre, el mes del rosario.
En 1737, casi a punto de terminarse la construcción, el
señor de la Canal solicitó que el padre Alfaro se hiciera cargo de la Santa
Casa de Loreto como primer capellán dejando concluido el retablo del altar
mayor, el lateral oriente dedicado a Jesús, el Buen Pastor y faltando los demás
altares del cuerpo de la iglesia.
En este templo se encuentran una Virgen de Guadalupe, pintura
de Antonio de Torres –autor de los lienzos de “La Vida de San Francisco” en el
templo franciscano de San Luis Potosí-, a quien le fue encomendado inspeccionar
la pintura de la Virgen del Tepeyac; un Cristo en claroscuro de Tomás Xavier de
Peralta, un San Francisco Javier pintado por Miguel Cabrera y una pintura
monumental que ocupa toda la pared de la sacristía representando a San
Ildefonso recibiendo la casulla de manos de la Virgen, rodeado de otros santos,
obra de 1752 por un artista de nombre Agapito. En la primitiva sacristía está
la pila de agua bendita de cantera y en el anexo la pintura de “La Virgen de la
Salud” por Juan Baltazar Gómez.
Cuando el doctor Juan Benito Díaz de Gamarra llevó hasta la
cima el prestigio del colegio de San Francisco de Sales el templo de la Salud
sirvió como aula magna, marco solemne para los exámenes públicos de los alumnos
y lugares de conferencias filosóficas y eventos religioso especiales del propio
colegio. El padre Gamarra murió el 1º. De noviembre de 1783 y es tradición
centenaria que fue sepultado en esta capilla.
Don Cornelio recuerda que: a mediados del siglo pasado se
incrementó su culto y las prácticas piadosas siendo capellán el virtuoso
sacerdote don Antonio Bustamante Montes, C.O. el “Padre Toñito” como
cariñosamente le llamaban niños y adultos, pobres y ricos, borrachines y
funcionarios. Los lunes, a la hora de la “caminata de San Nicolás”, la pequeña
capilla era incapaz de contener los grandes contingentes de fieles, de todas
edades y de todas las condiciones sociales. En los últimos años ha estado a
cargo del padre Socorro Govea quien pasa por algunos problemas de salud que
deseamos sean pasajeros y el actual encargado es el padre Lorenzo Saldaña quien
sigue con el espíritu oratoriano de servicio a la comunidad sanmiguelense.
LOS VOLUNTARIOS
-
¿Qué se le ofrecía?
-
¿Aquí vive José Moncada Suárez?
-
Sí
-
Dígale que tiene que presentarse mañana a las
ocho de la mañana en el cuartel.
-
O -
Sí, pensaba que ahí era mejor. Tal vez en el consultorio habría
gente que no tiene por qué enterarse a lo que iba; en cambio, en su casa,
tendría más tiempo, más atención, en fin, era mejor. Sin embargo todavía no
llegaba y él hubiera querido ir a buscarlo, porque cada minuto estaba más
desesperado pero ¿y si se venía por otra calle?, perdería más tiempo; además, también
pudiera enojarse si le trataba el asunto en plena calle. Pero, ¿qué podría haber
sucedido?, a esa hora normalmente ya había cerrado el consultorio ¿por qué
todavía no llegaba? Encendió el enésimo cigarrillo y al hacerlo se percató que
estaba temblando. Las volutas de humo se elevaban y desvanecían con una
lentitud exasperante y parecían jugar, burlándose de su pena. Cada vez le era
más difícil mantener una postura estable.
Como lo conocían, lo pasaron al recibidor. El cuarto era grande,
habia en el centro una mesita con flores frescas que habían esparcido su aroma
por todo el recinto. Como en ocasiones anteriores, todo estaba en perfecto
orden y muy limpio. Las paredes encaladas y desnudas de adornos. Solamente frente
a la segunda puerta que servía de acceso al portalito pendía un crucifijo.
Habia media docena de sillas, una de las cuales él ocupaba junto a la única
ventana hacia la calle que, entreabierta, repartía aire y luz suficientes. En
el rincón opuesto, un estante con algunos libros, cuyos títulos, grabados en
sus lomos repasó en dos ocasiones tratando de mantenerse entretenido pensando
en algo diferente, a pesar de la dificultad de lo poco común de los nombres y
haber estudiado sólo el silabario de San Miguel.
Por fin oyó pasos de alguien que se acercaba y presintiendo
quien era, salió rápidamente por el portal para encontrarlo.
-
Doctor, buenas tardes.
-
Pedro, ¿qué milagro que vienes a ésta tu casa…
pero, qué te pasa? ¿estás enfermo?
-
No, sólo venía a pedirle que me hiciera un gran
favor.
-
Claro, hombre, dime, ¿de qué se trata?, pero,
siéntate.
-
Es… que… se van a llevar a Jesús
-
¿Quiénes? ¿a dónde?
-
Los… soldados. Quieren que vaya a la guerra.
-
¡A la guerra!, ¿cuál guerra?
-
Si, lo van a llevar a entrenar junto con otros
muchachos.
-
¡Ah, vamos! Pero no, no es la guerra; sólo les
darán instrucción militar. Además no se los van a llevar mucho tiempo será solo
un año.
-
Pero es que nunca se ha separado de nosotros, y
es muy joven, casi un niño.
-
No Pedro, Chucho ya no es un niño y muy pronto será
todo un hombre. Ya verás cómo todo sale bien y no le pasará nada.
-
Entonces, ¿no me va a ayudar?
-
Pero, ¿en qué te puedo ayudar?
-
Es que me dijeron que podría no ir si tenía
alguna enfermedad y…
-
Y… ¿qué Pedro? ¿Querías que yo certificara que
está enfermo? ¿eso?
-
Pues… sí.
-
Pues, no. No puedo, ni debo. Ellos traen a sus
médicos y serán ellos a quienes corresponde realizar el examen, no a mí. Pero,
no tengas miedo, te repito que no le pasará nada al muchacho.
-
Doctor, ¡por el recuerdo de su santísima madre,
que en Gloria esté!, ¡hágame usted ese favor!, diga que mi Chucho está enfermo
de algo, aunque no sea cierto, yo le puedo pagar; usted me conoce, somos
pobres, pero le pagaremos. Por favor.
-
No Pedro, no es cuestión de dinero, no puedo, el
único que puede es el doctor que le hará el examen. Jesús está muy sano.
-
- -
Sí, debía ser él. “…bigote
delgado, flaco, pelo corto y tiene un pequeña cicatriz en la frente. Pero no se
te ocurra ofrecerle dinero porque es muy capaz de mandar arrestarte”. En
ese momento, ya no le importaba lo que pudiera sucederle, estaba decidido a
todo, a todo.
Hacía dos años le habían platicado que establecerían esa
dizque “educación militar”, y desde aquel momento había temido que se llevaran
a su hijo mayor. Ahora sus dudas habían desaparecido para dar paso a la cruda
realidad. A un año de esa noticia se llevaron a los primeros jóvenes que tenían
18 años. En esa fecha el chico cumplió 17. Cuando regresaron a sus hogares
contaron que los levantaban muy temprano a realizar prácticas militares que los
dejaban exhaustos y que había castigos muy duros para aquellos que no cumplían
con lo que se les encomendaba, o para los rebeldes.
¡Dos años!, dos largos años de zozobra y de temor lacerante
que lo habían hecho envejecer prematuramente. ¿Sería verdad que estaba tomando
las cosas en un sentido diferente?, ¿habría creado él un problema donde no lo
había? Tristemente era verdad, era cierto todo lo que se decía del
comportamiento de los soldados para con los jóvenes. Sí, desafortunadamente,
todo era una espantosa realidad, no era mentira nada; pero, ahora, cierto o no,
se llevarían a todos los que tuvieran 18 años y, desgraciadamente, su
primogénito tenía esa edad. El único que
podría determinar que no fuera era el hombre que tenía enfrente. Se persignó
mentalmente y se le acercó.
-
Doctor, ¿podría hablar con usted un momento?
-
Diga, ¿Qué se le ofrece?
-
Es que… ¿no sé cómo empezar?...
-
Ya empezó, así que sígale o si no… ahí está la
puerta.
-
…fíjese que mi muchacho tiene 18 años -balbuceó-
-
¿Y?
-
Pero… él está enfermo. -dijo esto último ya con
un tono más alto, casi alegre-.
-
¿Qué es lo que tiene?
-
A… ataques, sí, le dan ataques.
-
Ah! Y… ¿cómo se pone?
-
Pues… como un loco, se muerde, tiembla mucho, y…
-
¡Basta! -lo interrumpió tajante el militar- ¡ya
estoy harto! ¿me oyó? ¡Estoy harto de soportar a los puercos, cobardes como
usted!, que sólo piensan en protegerse, en huir, en esconderse, nunca en pelear.
No amigo, no es usted el primero, pero espero que sea el último marica que
viene por aquí. Por eso se creó el Servicio Militar, para formar hombres, pero
hombres de verdad, no viejas vestidas de pantalones ¡como usted!; hombres que
sirvan a la patria, que tengan sangre en lugar de atole en las venas…
-
- -
-
Pedro, ¿qué estás haciendo aquí? ¿por qué no
pasas?
-
Es que… estoy muy cansado. Acabo de llegar.
-
Acabaré de llegar? -No recordaba nada. Le
dolieron tanto las palabras de aquel soldado que perdió la noción del tiempo y
del espacio. ¿Cómo era posible que le llamaran cobarde y vieja? a él, a él que recordaba claramente el olor de la
pólvora y el color de la sangre confundida con la tierra, proveniente de una
masa informe de carne y huesos, sin vida. A él, que había perdido a todos sus hermanos
en la revolución, una revolución que sólo les dejó miseria, destrucción y
muerte. ¿Por qué? Por algo que nunca supieron, pues un buen día se los llevaron
en la leva y jamás regresaron. Sólo supo que habían muerto, en una emboscada,
en el frente ¿y de sus cuerpos? nada. Y ¿a sus padres?, los habían matado
también, pero no fueron siquiera federales, fueron los “revolucionarios”
hambrientos de matar y robar. ¿Revolución? ¡Maldita revolución! ¿Cómo terminó
lo del militar?, no lo recordaba. Hundido en sus pensamientos, ahogado en ese
dolor que nunca se podía sacudir, volvió a la realidad, cuando le habló su
esposa. Se sentía deshecho moralmente y en completa derrota. Una vez más, la
vida le había golpeado duramente pero ahora ya no tenía fuerzas. Muchas veces
había pensado en irse a otro lugar, a otro pueblo, pero… en todas partes sería
lo mismo. A los ranchos entraban por los jóvenes para llevárselos al famoso
servicio, así que no, ahí sería igual que en otra parte, ya no había solución.
En su mente se agolpaban las palabras de los que habían regresado del primer
año, eran dolorosas, tristes. Los trataban como animales, los castigaban
duramente y los convertirían en asesinos. Aquello debía de ser el infierno.
- - -
Hasta entonces fue cuando mi padre se dio por vencido y tuve
que ir al examen médico que resultó positivo, o sea que tenía que dar el
servicio ya que estaba en perfectas condiciones físicas. Mi padre no habia
podido evitar lo que siempre detestó: que me iniciaran en la triste profesión
de matar por oficio y fui al sorteo…
-
Moncada Suárez, José –gritó un obeso sargento-
después un silencio largo, muy largo, tanto como aquella columna de conscriptos
presentes y, después de que unas manos callosas habían girado una enorme esfera
hecha de alambre, se escuchó:
-
¡bola blanca!
(este cuento lo escribí hace muchos años basado en la plática tenida con un ex revolucionario quien no tenía, como se ve, el mejor recuerdo de la Revolución Mexicana. Fue publicado en la revista "El Cuervo" del taller literario que hubo en el Centro Cultural "El Nigromante")
Tiempo libre.
Hace años siendo yo representante del grupo en la Escuela
Normal del Instituto “Las Casas” organicé una semana cultural poco antes de
terminar la carrera y una de las actividades fue conocer cómo se adquirían las
plazas para maestros. Se invitó a un supervisor cuyo nombre no revelaré porque
todavía vive y él nos explicó que había dos posibilidades, ser federal o
estatal; nos dijo que el primer patrón era más seguro y generoso y el segundo
no. Aclaró muchas dudas pero yo que fungía como moderador pregunté por qué
razón no se aprovechaban los meses de vacaciones para que se actualizaran los
docentes lo que causó sorpresa y disgusto en el ponente pues “ese” era un logro
sindical y que no pensaría así cuando estuviera en servicio. Congruente con
aquella idea hace años tuve la oportunidad, formando parte del comité de la
Sección 45, de proponer en un congreso en Chihuahua, Chih. dos proyectos: que
las plazas directivas no fueran permanentes sino que fueran limitadas a cinco o
seis años, aunque pudiera haber reelección como sucede en otros niveles de
educación media superior y superior y, que los efectos de carrera magisterial
no fueran permanentes para que ésta fuera un interés en mejorar las estrategias
del desempeño escolar docente y con ello el esfuerzo económico llegara a los
alumnos. Aunque ambas propuestas quedaron formando parte de la memoria de
aquella reunión la respuesta fue inmediata de parte del Mtro. Ricardo Aldape
del CEN del SNTE quien presidía la mesa de trabajo respondió que yo no sabía lo
que sugería y que estaba seguro que yo no tenía ninguno de los dos beneficios
que tan absurdamente criticaba. Antes de sentarme, entre la risa burlona de
varios compañeros, mencioné que había obtenido en sendos concursos el
nombramiento de director de secundaria y el nivel B de carrera magisterial.
Tiempos nuevos soplan para la educación y ésta ha sido y
seguirá siendo la herramienta fundamental para todos los pueblos. Los padres de
familia y maestros son los responsables de generar los ambientes necesarios y para
que los alumnos aprendan lo que pretenden (y aun lo que no pretenden) los
enseñantes. Reacios a ser evaluados por la sociedad e incluso por las mismas
autoridades educativas algunos maestros rechazaban que se contrataran los
profesores de acuerdo a los resultados de evaluaciones previas. Desde luego
habrá que cuidar que ese cuerpo evaluador, hoy presidido por la Mtra Silvya
Schmelkes sea un espacio independiente e imparcial, despolitizado y justo. Esto
será saludable a largo plazo y permitirá una relación docentes-padres de
familia más estrechas y respetuosa que puedan mejorar el entorno del alumno
pues los casos que conozco en una proporción alta acusan una falta de ambiente
favorable en el seno familiar que ha propiciado un abandono de muchos alumnos
que generan el siempre presente acoso al más débil hoy multicitado en los
medios como bulling. Yo mismo tengo desviado el coxis como secuela de una
“broma” de un grupo de compañeros que lidereaba el más fuerte (o agresivo)
médico hoy. Los días efectivos de clases en años todavía recientes era muy
inferior a los 200 días actuales y los meses de “vacaciones escolares” eran
dolor de cabeza para los padres de familia.
Hace treinta y siete años, al ser todavía un estudiante
normalista, Raúl, un joven inquieto quiso cooperar con sus vecinos del barrio e
invitó a que le enviaran al Parque “Benito Juárez” a sus hijos durante esos
días, así nació su escuela de Iniciación del Tiempo Libre. Sus
pretenciones aparentemente no eran muy ambiciosas quería que aprendieran las
bases de la educación física y algunas técnicas del básquet. Por supuesto casi
tan interesados como los padres (sic) los niños acudieron felices. La buena
noticia se propagó rápidamente y cada vez eran más y más los interesados en
inscribirse, lo que obligó a que Raúl el “Pecas” y Lupita su esposa invitaran a
otros compañeros aspirantes a profesores de Educación Física para que los
apoyaran con la aclaración de que no habría sueldo pues no se les cobraba a
ninguno, así llegaron sus compañeros Valentina Arellano Cortez y José Antonio
(Pepe) Rodríguez Ramírez. Como pudieron solventaron el problema, no menor, de
balones, redes, silbatos, escobas, trapeadores, etc. Al final del curso se pide
que los padres de familia participen en actividades conjuntas con sus hijos y
éstos se esforzan en superar a sus mayores y demostrar sus avances obtenidos.
Sana convivencia que debería ser la constante en todos los hogares. Se les
proporcionaba un diploma con el objeto de estimular a los participantes. Se
empezó a solicitar que, en la medida de sus posibilidades, los padres de los
alumnos apoyaran en los gastos mínimos. Esto cayó en tierra pedregosa pues los
frutos eran magros. Se recurrió a las autoridades correspondientes y tampoco
hubo mejores resultados, para eso no había presupuesto. Este año se les pidió
una cooperación de cincuenta pesos por semana (serán tres) para solventar los
gastos necesarios antes enumerados pues a los chicos también se les dan
manualidades y se les lleva de paseo. Al final se les rifan los balones o sea
que casi se les devuelve lo que aportaron. Poco a poco otras personas fueron
viendo la oportunidad de que se ocuparan ese tiempo para obtener algún ingreso
extra, lo que es lícito, y hoy en día existe una enorme gama de lugares en
donde se ofertan cursos de verano de todo tipo, casi todos pagados.
Por desgracia muchos padres de familia simplemente no se
preocupan por que sus hijos tomen este tipo de cursos o asistan a clases de
regularización, o se guían por dónde duran más los chamacos para no tenerlos en
casa. Normalmente no investigan en dónde pueden ser mejores estudiantes sus
hijos, no revisan sus tareas y llevan a sus muchachos simplemente a que la
escuela los eduque cuando la educación, buena o mala, ya la reciben en sus hogares
y en la escuela se privilegia la instrucción. Los resultados son chicos que no
se quedan en las escuelas y pronto delinquen en una sociedad en la que todos
tenemos una función que desempeñar y no podemos endosársela al vecino.
Hoy, la vida me ha regalado la oportunidad de ver que las
“vacaciones escolares” (receso escolar) es ocupado poco a poco como espacio
para que el magisterio reflexione sobre los resultados escolares, la planeación
del ciclo siguiente y la necesaria actualización académica, igualmente exámenes
de evaluación para los aspirantes a docentes, la reubicación de plazas que no
se justifican, la terminación de los comisionados sindicales y administrativos,
ya hay cursos de inducción para directivos y la desaparición de carrera
magisterial que fue producto de buenos propósitos pero que en la presión
sindical se desvirtuó pues originalmente era sólo para los docentes frente a
grupo y poco a poco fue perdiendo el espíritu de ser un acicate para los
profesores de banquillo. Cambios necesarios que terminarán con muchos vicios,
¿creo entonces que la culpa del deterioro educativo es de los profesores? ¡No!
La autoridad uso a los líderes sindicales como grupos de control político y
ahora los desecha porque ya no le dan los resultados convenientes y el
desprestigio social lo hacía necesario. Una de las últimas determinaciones,
desde mi punto de vista, absurdas y lesivas fue que todos los alumnos pasen
¡sepan o no! Y los padres de familia no han protestado y lo peor, algunos lo
celebran; cómo vamos a progresar con una juventud sin disciplina y exigencia,
ahora a los niños ya no se les puede exigir o llamar la atención ¡porque se les
trauma!, o te demandan en derechos humanos. Una cosa es tolerancia cero para
los abusos que se cometan en su contra y otra, muy distinta, es premiar su
falta de disposición al estudio, hábito que debieron adquirir en su casa y en
los primeros grados.
Casos como el del Profe “Pecas” no hay muchos pero sí hay,
profesores que, sin esperar nada a cambio ofertan sus conocimientos o
habilidades, muchos o pocos, en beneficio de otros, aunque los medios no se
interesan en divulgarlos; como él, otro ejemplo, el Profe Chabelo continuó por
su cuenta con aquel programa de Rincones de lectura y con el apoyo de XESQ
lleva ya dos décadas insistiendo en el beneficio de la lectura, recientemente
impulsa también un proyecto para que los niños conozcan el sabor de la lectura
y se aficionen a ellos. Un fraternal abrazo para éstos y a través de ellos a
todos los que, devuelven a la sociedad un poco de lo que recibieron como
profesores en servicio. Felicidades a Lupita Elizarrarás García y Raúl
Rodríguez Gutiérrez por su iniciativa y continuidad por 37 años en su escuela
de mini básquet y al Profe Chabelo que
después de tantos años han trabajado sin otro interés que el beneficio de los
alumnos para que mañana sean verdaderos hombres de provecho pues un hombre
educado que mejore su entorno, conozca y defienda sus derechos es lo que
necesita nuestra patria.
DON MONICO RAMIREZ
Las Fiestas, Costumbres y Tradiciones del pueblo siempre han
tenido que luchar contra corriente en 1777 el padre Díaz de Gamarra declaraba
saber muy poco sobre la antigua cultura indígena de la región, o por haberse
perdido la memoria o “porque(,) estando ellos (los indígenas) aún sin especial
cultura, no quieren comunicarla(,) recelosos de algún daño”. (“Fiesta y
Tradición”, pág. 7). Las autoras mencionan que “…un recorrido por el calendario
festivo actual y la tradición oral ponen en evidencia la persistencia de una
memoria indígena con mayor fuerza que la que nuestra información documental nos
permite suponer...” Pese a todo, la única explicación que tenemos para ello es:
la devoción, sólo así podemos entender que haya subsistido ese patrimonio
inmanente y que desde lugares muy lejanos, contra viento y marea, con miles de
penurias, sin apoyo de las autoridades, nuestro pueblo regrese año con año a
postrarse a los pies de la imagen de San Miguel Arcángel.
En esta ocasión quiero referirme a Don Mónico Ramírez, es
hijo de josefino Ramírez y Vicenta Ramírez Pérez del rancho de Guerrero. Tierra
de danzantes y tradiciones. Uno de sus abuelos se llamó Mónico y por eso le
pusieron así. Es Capitán General porque lo heredó de sus ancestros y el ser
danzante se lleva en la sangre y el corazón. Hombre apegado a sus raíces quiere
la celebración como la vio y la vivió. Dice:
Durante la fiesta de San Miguel se le daban 3 vueltas al
jardín, como no eran tantas era posible dárselas, hoy en día son tantos grupos que
ya no es posible, menos cuando la autoridad, con el pretexto de obtener el voto,
dice que las tradiciones se harán como fueron originalmente pero cuando llegan
al poder se les olvida su compromiso. Las tres vueltas al jardín tienen su
significado que es: por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Anteriormente
también entrábamos a la presidencia, por el Divino Preso. Hubo ciertos
problemas y ya no seguimos con eso.
Anteriormente iba una danza de pluma y un xúchil y hace
sucesivamente. Si no diera apoyo económico el gobierno se vería quienes lo
hacen por tradición y vocación y quienes lo hacen por dinero. Y el problema se
agranda si vemos que a todos se les apoya con la misma cantidad sin fijarse en los
gastos que tienen las diferentes danzas. Yo tengo gente desde el viernes porque
hago la velación; ya en la noche tengo que darles pan y café o atole mientas se
está trabajando la cucharilla. El sábado en la mañana llega la gente que va a
bailar. Temprano hay que darles de almorzar y antes de salir darles de comer
para estar listos a las cuatro de la tarde. El domingo otra vez hay que darles
el desayuno y luego, al que quiera, se le ofrece sopa o frijoles, lo que uno
pueda porque no se puede más. Nosotros no salimos en el desfile (del domingo)
que sacan desde San Antonio. Nosotros llegamos directamente a centro y bailamos
antes de que lleguen todos y como después ya no quieren ruido, ahí terminamos
para venir ahora si a comer algo más fuerte. Descansamos un rato para estar
listos a las 4 de la tarde cuando ya
terminaron con su ruido, ya ve que suben a los que van ahí pero los que vienen
conmigo esos sí creen en los santos. No nada más vienen a hacer un desfile y ya,
ésos son los que vienen de fuera y los apaches. Terminando su desfile y después
que suben “al monumento de Fray Juan” ya no se les vuelve a ver. No vienen por
devoción. En cambio los de mi grupo si vienen por devoción.
Los que vienen conmigo vienen como se hacía a la antigua.
Durante la fiesta de San Miguel bailamos en la parte de abajo del atrio, en los
escalones o podemos hacerlos junto a la
cruz (atrial) o en el otro lado junto al monumento (del Señor Sollano). Como
algunas danzas son más recientes me dicen: -oye queremos bailar, ¿dónde podemos?,
y yo les concedo, -allá junto a la Sta.
Escuela o junto a la crucecita. Esto se hace porque estamos reconocidos desde
hace muchos años. ¿Cómo sería posible que una danza que se pare de hoy a mañana
le quite el lugar a otra con más tiempo?. ¡Ni los Sres. Curas!. Es que nosotros
tenemos ya muchos años. El año que sacaron que no bailaran los chiquillos o que
los grupos no pasaran de 30 porque ya habían rendido mucho. En esa junta yo les
dije: -ustedes son los que hacen cabeza en los grupos de danza y si ustedes
están de acuerdo y los que están en el poder también, sepan que yo, no estoy de
acuerdo.
En el grupo de don Mónico bailan danzantes de otros lugares
y para seguir con esa costumbre está saliendo todo el año a diferentes lugares
para corresponder las visitas. Agrega: -no sé el número exacto de los que van a
venir pero si vienen más de los que ponen como límite ¿cómo les voy a decir yo
que no bailen porque ya no alcanzaron lugar?, regrésense. ¡No!, toda la gente
que me llegue va a bailar, así sean 100. Ahora, los chiquillos, ésos son los danzantes
del mañana, cuando ya no estemos, cuando ya no podamos, esos son los que van a
seguir. También el recorrido lo quieren cambiar. En todos los años que tenemos
ha sido el mismo pero ahora le hacen cambios; ésos que están en el poder por 3
años y después de eso ya no son nadie. Igualmente en la reseña querían cambiar
el recorrido y yo les dije que no, -lo vamos a cambiar porque ya tiene muchos
años, que -porque es sentido contrario. Pues para eso queremos que vaya Tránsito
si no ¿para qué lo queremos?.
Desgraciadamente hace tiempo se nos quitó la imagen de San
Miguel de la Morisma que pertenecía a Guerrero. Era una imagen de San Miguel
Arcángel hecha de marfil que peregrinaba todo el año quedándose en diferentes
comunidades pero la víspera de la fiesta regresaba a la comunidad porque se le
hacía su velación, actualmente se le llama San Miguel de la Morisma a una
imagen que traen pero esa no es la original, aquella la recogió el señor cura Mercadillo.
La imagen se quedaba toda la semana después de la fiesta al sacarla de la
parroquia. En el panteón viejo se llevaba a cabo el Bendito: se llevaban las
ánimas, a Señor San Miguelito y sus ofrendas. Se hacían las limpias a quienes
llevaban sus veladoras; es lo que ahora se hace a los ocho días como fin de
fiesta, pero lo del Bendito se acabó. Lo que si se sigue haciendo el día de la
reseña es entrar al panteón viejo en donde dejamos una ofrenda para nuestras ánimas
que consiste en veladoras y flores al igual que se entonan diferentes cantos.
En el lugar donde está el puente, durante la administración de Correa se nos dijo que iban
hacer una glorieta como la del Pípila, y se nos preguntó que qué queríamos que
quedara en el centro y le dijimos -que fuera la misma Cruz que ahí estaba que
es la Cruz del Cuarto, pues ahí se hacían los encuentros. Los encuentros eran a
San Miguelito y a las ánimas, después se cambió el lugar del encuentro a
enfrente de donde está la central camionera, ahí duro muchos años. Ahora se
hace junto al puente, pero ese no era el lugar original. Antes la danza que
llegaba se ponía atrás de la que hubiera llegado antes y así se iban formando.
Entonces se sahumaba las imágenes, se recibían las danzas y se hacían las
limpias. Ahora hasta las mojigangas han metido. Se les pidió que entonces
fueran hasta atrás del desfile pues ellos necesitan una banda y rompe con la
tradición original.
Las mismas danzas han sufrido modificaciones pues ahora ya
los danzantes no les gustan usar la nagüilla original de los concheros, y se
visten como aztecas. Su grupo se llama “Danza Chichimeca de Concheros de rancho
de Guerrero” y son de 150 a 200 los integrantes aunque vestuario de concheros
sólo tienen veinte. No todos los del grupo son de aquí muchos vienen de fuera y
vienen pagando la visita que hacen a diferentes lugares de la republica pues
todo el año los de aquí están saliendo a diferentes lugares: México, Toluca,
Guadalajara y Cd. Juárez entre los lugares más alejados y cada quien paga su
pasaje. Aquí en el estado es menos difícil pues es a Dolores, los Apaseos,
Cortázar, Celaya, etc., al llegar a esos
lugares pagan sólo el transporte ya que allá les ofrecen la comida y dónde
dormir. Por eso cuando vienen, todos los gastos van por cuenta de los de aquí.
Hay lugares que solamente se va por devoción y no les apoyan en nada, como el Llanito
a donde antes iban caminando de Guerrero al Llanito cargando con petates,
cobijas y qué comer. Desde hace 10 años ya no van el mero día de la fiesta sino
otra fecha, hacen la visita, dejan una ofrenda y se regresan.
El problema de los apoyos económicos surgió con el 450
aniversario de la fundación de San Miguel, en esa fecha, buscando el lucimiento
se entregaron apoyos a muchos grupos por lo que empezó a verse como un negocio.
Don Mónico dice: -ese año se dieron premios: una pluma de oro, una de plata y otra
de cobre (de bronce), también se premió con dinero en efectivo hasta el 6º
lugar; eso lo descompuso todo. Antes las danzas venían por devoción al fundador
de la ciudad y sin mayor interés que honrar a San Miguel. Venían los viejitos
de Michoacán, la danza del carricito de Purísima de bustos. Cada quien pagaba
sus gastos no como ahorita que estiran la mano para que les den. El último año
que estuvo Verónica Agundis muchos ya no querían bailar ¡porque no había dinero!,
son fiestas del pueblo y siempre se hacían sin que nos dieran nada. Es que yo
vengo de una tradición y repito lo que yo veía, nada se nos daba y se hacía. Lo
mismo que el horario un año nos decían que nos esperáramos para esperar a las
otras danzas que todavía no llegaban yo les dije -esta es mi tradición y se
sale a las 5, esos que no han llegado no traen devoción ni tradición, sólo
vienen por salir en el desfile nosotros sí. Aquí el gobierno no tiene que
entrar para nada.
Nosotros aquí hacemos velaciones, una velación el viernes de
la fiesta, el día de la reseña y para el Señor de la Conquista. Mis hermanos
hacen también su velación en Guerrero y después traen sus ánimas. Ahí elaboran
muchos bastoncitos con los que vienen marcando el camino hasta aquí. En el
rancho de Tirado se levanta un xúchil, ahí dejamos 14 bastones alrededor del
xúchil y lo sahumamos y la danza baila alrededor. Nosotros repetimos lo que nos
tocó ver pero hay muchas otras cosas que al faltar los señores grandes ya no se
hacen, por eso ya no es como se hacía originalmente; yo no vengo a bailar
porque me vean ni para quedar bien con el gobierno, yo vengo a bailarle al
patrón, a San Miguel, éstas son fiestas de las comunidades, son por devoción no
por el dinero que dan. Los santitos agradecen pues aunque ahora ya no hay
dinero, ni siquiera trabajo, no teniendo nada, de pronto no falta quien me hace
fuerte y el dinero sale. Es el santito que agradece, sí señor. Por eso siempre
vengo a persignarme, le prendo su veladora; me encomiendo a ellos cuando salgo
y les vengo a agradecer que me regresen con bien a mi casa. Dejo la casa de don
Mónico que huele a copal, envuelta en un aura de luz, protegida por sus ánimas
que danzan en el infinito al ritmo de las conchas y monótono sonido de los
huesos de fraile.
Mónico Ramírez, orgullo de sus ancestros, orgulloso de ser
conchero y orgullo de San Miguel.
Los “Locos”
de San Pascual
Es el
mediodía. La gente lleva varias horas apartando un lugar, algunos llevan
paraguas y sillas o bancos para las personas mayores que
quieren estar presentes en el desfile y no perder detalle. A la hora de comer
será el platillo principal de la plática y de la sobremesa. Pero por ahora hay
que soportar el calor del fogón porque se está cocinando el desfile. Por fin se
ve allá a lo lejos que vienen los primeros carros alegóricos. La música precede
la columna y no cesará hasta que haya pasado el último. Cada día hay más carros
y más personas. Muchos, vienen de lejos para ver este
desfile pero también varios, muchos, para participar.
Juan Manuel
Serrat dice que: en la fiesta de San Juan
todos comparten su pan, su mujer y su gabán, gentes de cien mil raleas. Y aquí,
no tan compartidos como en esa canción pero sí mezclados, hombres y mujeres,
jóvenes y viejos, lugareños y fuereños se han ido reuniendo en un lugar en las
goteras de la ciudad para llegar en caravana hasta el centro mismo de San Miguel.
Originalmente la fiesta era en el templo de San Antonio y tenían como patrono a
San Pascual Bailón pero hoy muchos no van a la misa que se oficia por ellos y
tampoco regresan, como antes, a seguir bailando en el atrio que entonces no
había pues era un solar muy grande frente al templo. La colonia de San Antonio
estaba poblada de huizaches, mezquites, órganos y magueyes. Como no había los
medios de difusión de hoy, la forma de invitar al pueblo a la festividad era
llevar el “convite”; lo mismo se hacía de parte de otros barrios (el de San
José lo sigue haciendo), el circo y otros espectáculos que llegaban al pueblo.
Pero,
¿quiénes son los “locos”?, ¿los que soportan el calor debajo de un disfraz y bailan
hasta el agotamiento? ¿O quienes están por horas esperando el paso del
atractivo desfile que serpentea por las principales de la población? Nadie los conoce
y todos los vemos. Gente de todas clases sociales participan en los diferentes
cuadros. De todos los rincones salen grupos que se adhieren a algún cuadro. Los
originales son el Cuadro del Parque y de éste se derivan todos los demás como
el Cuadro Antiguo y de éste surgirá el del Tecolote y así, el Cuadro Nuevo
surge en los años cincuentas con don Luis Muñoz a la cabeza y más adelante
hasta su muerte el “Chipotas” y le seguirá doña Angelita, de este cuadro saldrá
otro grupo que se puso el nombre de “La Mojiganga” que encabeza Emilio el
“Gordo”Ledesma. Durante muchos años también el “Cachir” tuvo su grupo hasta su
muerte, tan reciente como prematura.
Hablar de
todos sería imposible pues algunos tienen poco tiempo de participar, de los más
antiguos podemos decir que don Cruz Patlán era uno de los principales; estuvo
al frente del Cuadro del Parque y recientemente falleció. Esta vez hablaré un
poco de uno de ellos, con más de cincuenta años bailando, lo conocemos como el
“Gordo” aunque de gordo tenga muy poco en todo caso le quedaría mejor el
“Largo”. Él me dice que ese apodo se lo puso don Paco Garay cuando era muy
pequeño pues su padre trabajaba como encargado del taller mecánico de la
Fábrica la Aurora.
El “Gordo” nació
en San Miguel de Allende, estudio serigrafía en Bellas Artes con una beca que
le dio don Salvador García, pero como ésta no incluía los materiales estuvo a
punto de desertar cuando una señora que venía de México le pidió que a cambio
de los materiales que necesitara él le limpiara las pantallas –que se lavan con
thinner-. También incursionó en otras artes, le apasionó la dramatización al
grado que tiene varias piezas de su autoría como un “Don Juan Locorio”, una
parodia de la obra de Zorrilla, incluso la llevo al teatro. Su primer contacto
con los “locos” fue un rechazo total; lo tiene presente en la calle de Mesones
en donde vio pasar el convite para la fiesta en San Antonio y su primera
reacción fue: -¿Qué no les dará pena andar en esas fachas?. Cuando enfermó y su
caso no pudo resolver la ciencia médica se puso en manos de San Pascualito y le
ofreció: -si me curas, te bailaré mientras pueda. El santo cumplió y él…
también. Muchos años después a raíz de un accidente, amenazado de amputarle una
pierna volvió su rostro nuevamente a su patrono y el médico no podía creer que
estuviera sano: -usted no puede hacer eso, ¿quién lo curó?, -alguien que sí
puede, respondió.
Otro “loco” de
toda la vida es Braulio Correa Pérez quien participó mientras Dios le dio salud
pues en su caso fue por herencia familiar ya que su abuelo materno fue don
Amado Pérez de oficio panadero su participación fue contribuir en lo que más se
destacaba y era en la elaboración de máscaras, al igual que, al fin colaborador
del “Santero”, adornando los carros alegóricos. Su entusiasmo era proverbial,
al lado de sus hermanas Cata y Pera, desde muchas semanas antes estaba
moldeando en corcho sus máscaras, después en barro y más tarde en yeso. A doña
Cata se le ilumina el rostro cuando recuerda las horas que gustosamente
dedicaba para que todo el grupo estuviera uniformado en un tema, siempre
vistoso, siempre llamativo. Tristemente
componiendo un carro alegórico para el desfile, al bajarse del carro se lastimó
una pierna y, como tenía diabetes interna, se inició un calvario que lo tiene
postrado desde hace ya varios años. Hace poco falleció don Cruz Patlán, el
“Camotero” quien era uno de los más antiguos y quien desde niño participaba en
los “Hortelanos” de donde se derivaron los “locos”. De los jóvenes pero muy
entusiastas podemos mencionar también a: Jesús González Martínez el “Cachir”
quien formó un grupo con familiares y amigos
¿Cuándo
empezó? Al parecer se originó de aquellos personajes que acompañaban a los
Hortelanos en las fiestas de San Pascual Bailón, el Lic. Leobino Zavala
consigna que “…en las postrimerías del
siglo XIX y principios del XX (…) Amado el panadero, aquel Amado narices anchas
que siempre salía de “loco” en la danza de los hortelanos, con su máscara de
cartón (…)su sombrero con una pluma de guajolote, su vestido de percal estilo
payaso, un chicote o una larga vara en la mano, una jaula a la espalda con una
rata muerte o un tecolote en el mismo estado encerrados en ella y una ardilla o
o un tlacuache disecados, repletos de aserrín, que amorosamente arrullaba entre
sus brazos, como si fuera un niño, mientras bailaba incansablemente, haciendo
sonar los cercos de cascabeles que llevaba en los tobillos, sobre unos enormes
zapatos de vaqueta” (Tradiciones
y Leyendas Sanmiguelenses). Por otra parte don Carlos Diez de Sollano en su Cuadros de costumbres
“Las fiestas de San Miguel”, en 1927, al describir la entrada de los xúchiles
en la fiesta de los naturales para el patrono de la ciudad dice: “No faltan, completando la diversión, los
“locos”, especie popular de payasos que visten grotescos trajes y usan
máscaras, algunas muy interesantes, y se mezclan entre la gente (…) tienen un
oficio muy importante: retirar a la gente que poco a poco va oprimiendo el
círculo de la danza y estorba sus
movimientos”.
Al enfermar don Antonino Vázquez trató de que alguien se encargara de
continuar con la danza de los “Hortelanos”.
Durante una fiesta de San Antonio trató de que alguno de los encargados
que organizados en primer capitán, segundo capitán, tercer capitán, etc. nadie
aceptó, entonces se la ofreció a doña
Beatriz quien durante 34 años, apoyada por su esposo don Lupe se ha encargado
de la imagen, la más antigua de las que existen. Sostener la tradición de los
“Hortelanos” es una tarea muy difícil pues el público que esta danza ingenua
tenía ya no existe y la desaparición de músicos como don Inés terminaron por sepultarla.
Hoy en día el gusto se ha cambiado para los “locos” y aunque participaban
algunos en el Cuadro Antiguo se les han sumado otros y han formado el cuadro
del “Tecolote”.
“Locos” historias y anécdotas sobran, espacio falta, así que... habrá más...
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
(Juan
Manuel Serrat)
El rey de los instrumentos.
Los que saben de
música dicen que el instrumento polifónico por excelencia es el piano; de
apariencia noble, el de más rica sonoridad, el más expresivo, el de registro más
extenso y probablemente el más difícil de llegar a dominar; es un instrumento de
cuerda; hay otros instrumentos de teclado que pudieran llevar a pensar que están
relacionados con el piano, como el órgano de tubos, que es un instrumento de
viento. Un órgano es
un instrumento musical de teclado. Los sonidos se generan haciendo pasar aire por tubos de
diferentes longitudes (desde pocos centímetros hasta varios metros). Se
clasifica como instrumento de
viento o
aerófono en la categoría instrumentos
de teclado y
también dentro de la subcategoría aire insuflado, junto al acordeón y al armonio y es considerado
por otros como el rey de los instrumentos.
El órgano consta de diferentes registros o
sonidos, cuyo timbre dependerá de la forma, tamaño, material o mecanismo de
producción del sonido. Se maneja mediante uno o más teclados para tocar con las
manos, y otro consistente en unos pedales en la parte inferior. Después de
la época barroca y de la muerte de los grandes compositores nacionales, el
órgano entró en decadencia en el papel de la música de concierto, donde la
indiferencia de los grandes compositores hace que se le reserve casi
exclusivamente para música religiosa.
A partir de la primera mitad del siglo XX el
órgano se incorpora en bandas sonoras de cine, algunos compositores destinan
brillantes participaciones en algunas de sus bandas sonoras haciendo una
función completamente diferente visto desde entonces. A partir de aquí, el
órgano, conforme avanza el siglo XX encuentra un hueco en más ámbitos
musicales, por ejemplo en la película Piratas del Caribe: El cofre del
hombre muerto, Batman y Batman Regresa, etc. y en los videojuegos como en las consolas Mega Drive, Súper Nintendo, etc.
Sin embargo los órganos tubulares son
considerados pasados de moda; los pocos que existen son vestigios que nos
hablan de un pasado glorioso aunque, por desgracia, no están en condiciones
aceptables por falta de mantenimiento. En nuestra ciudad existen órganos
antiguos en: la parroquia de San Miguel Arcángel, el Oratorio de San Felipe
Neri, Las Monjas, el templo de La Salud y sólo se consigna que hubo uno en
San Juan de Dios que está prácticamente destruido. Desde hace diez años el
maestro Ramiro Granados se ha encargado de ellos pero no hay un presupuesto
para esta tarea. Nos informa que el de la Parroquia de San Miguel está casi
terminado de la intervención a que fue sujetado y en el mismo proceso está el
de La Salud y que en el área rural son importantes los de Atotonilco y
Cerritos. Pese a que son auténticas reliquias del pasado no se les presta la
atención debida.
Muchos pensaríamos que tocar en un órgano
es una actividad que puede realizar cualquiera que pueda tocar en un órgano
electrónico o un piano. Me aclara que muchas personas tocan piano pero para
poder saber tocar en un órgano de este tipo se requiere una formación
especial y que por lo tanto son pocas las personas que pueden hacerlo con
propiedad. Lo anterior porque un órgano tubular tiene una gran cantidad de
registros. Por otra parte, con un buen uso y el mantenimiento mínimo pueden
durar muchísimo tiempo y en cambio los órganos actuales trabajan con tarjetas
electrónicas cuyos fabricantes están obligados por ley de seguirlas
produciendo por diez años más a partir de su aparición pues cada vez salen
nuevos modelos. El Mtro. Jesús Arana fue el encargado del órgano del templo
parroquial durante más de cincuenta años, él había estudiado en la Escuela
Superior de Música en León, en donde fue compañero de Juan Torres, don Chucho
era muy cuidadoso de protegerlo por lo que no permitía que lo tocara
cualquiera.
Estuve en el taller del maestro Moisés en
la colonia Guadalupe en donde generosamente me explicaba algunos detalles del
mantenimiento a que está sometiendo dicho instrumento. Los tubos son de una
aleación de plomo y estaño, entre más pequeños más plomo y entre más largos
más estaño. El sonido que produce los tubos está en función de su grosor, diámetro
y dimensión. Acucioso y profesional el restaurador me explicaba con
fotografías el estado en que lo recibió y cómo fue desarmándolo; se detiene
en algunas fotos para explicar los daños que causan “arreglos” de manos
inexpertas como por ejemplo pegar con pegamento actual (resistol) ciertas
partes que deben ser pegadas a la antigüita, con cola, aquel pegamento que
utilizaban nuestros carpinteros antañones y que fabricaban a partir de
residuos de cueros, huesos y cartílagos de origen animal; en otras, el estado
que tenía la piel con que se recubren ciertas partes y que la duración de ésta
está en función del clima pues la humedad y el calor afectan su vida útil. En
este momento ya se repuso la piel, que debe de ser piel de borrego con un
curtido muy fino, ésta fue importada de Alemania; se requieren herramientas
de precisión que se utilizan para dejar los resortes con la forma y tensión
necesarias, en fin muchos detalles más. Esta información quedará en una
memoria para conocer el antes y el después que tuvo la restauración.
Tenía en su taller tubos ya reparados y
otros arrugados como papel desechado en el cesto de la basura pero,
habilidoso, frente a mis ojos tomó una especie de vara, como un taco de
billar metió el tubo y empezó a golpearlo suavemente con un pedazo de madera
forrado con piel y éste fue recuperando rápidamente su forma cilíndrica.
Después de ello los colocó verticalmente pues, explicaba también por ser un
metal pesado si se colocaran en forma horizontal poco a poco cederían al peso
y tomarían una forma elíptica desfinándose.
Algo que llama la atención ante ese órgano
disperso por todo el taller es una parte que se denomina “el secreto” que es
el corazón en donde el constructor realiza los ajustes más finos para que el
órgano tome el sonido necesario. Es una estructura intrincada, y es en esa
parte en donde los constructores colocan su “firma”, en el caso presente éste
fue obra de: Alberto Sánchez y tiene la fecha 25 de marzo de 1912. Uno de los
músicos más reconocidos en nuestra ciudad fue don Teófilo Montes Luna quien
se sabe que tenía a su cargo los órganos de La Salud, La Ermita y Cerritos y él colocó en ese secreto su
nombre y día de la reparación: miércoles 1 de diciembre de 1943. Este órgano está
siendo reparado gracias a la generosidad de un grupo de amigos del actual
encargado del templo el R.P. Socorro Govea quienes aportaron una cantidad y
otra consiguieron ellos mismos otros patrocinadores, por cierto el padre
Govea acaba de celebrar sus Bodas de Oro sacerdotales, aunque sigue delicado
de salud, esperamos su pronta recuperación.
El Mtro. Granados nos dice que presentó
hace dos administraciones un proyecto para reparar el órgano del Oratorio,
que data del siglo XVIII, y después de varias vueltas a las oficinas no le
apoyaron, aunque reconoce que, en aquel entonces, el Lic. Eleazar Romero
consiguió una cantidad con la que fue posible realizar una primera etapa en
donde se le dio mantenimiento a la caja, se cambiaron algunas piezas de
madera, misma que fue curada para evitar el ataque de la polilla y se
pintaron algunas partes que lo requerían. Siguió tocando puertas para
conseguir financiamiento y en una segunda etapa se repusieron las molduras
faltantes y colocarles oro de hoja con lo que se terminó el exterior, pero
faltaba reparar lo interno que es la mecánica. Para ello un grupo de restauradores
extranjeros presentaron un presupuesto de un poco más de cinco millones; otros
especialistas de Morelia presentaron el suyo, inferior al primero y están en
espera de que el Mtro. Moisés también haga una cotización. La ventaja que se
tendría con él es que ya conocen su trabajo y que ya se vino del D.F. a
radicar a San Miguel, aunque no dejará de visitar su tierra pues es el responsable
de dos de los cinco órganos con que cuenta la Basílica de Guadalupe y otros
órganos en templos queretanos.
Haber conocido un poco los misterios de ese
órgano fue una experiencia muy agradable pero, lo más importante, que pronto
estará totalmente reparado y que el Mtro. Ramiro tiene como meta seguir esta
noble tarea de conseguir recursos y culminar con una serie de conciertos con
los órganos que tiene nuestra ciudad. Ojalá que consiga los apoyos necesarios
oficiales o privados para llevar a cabo esta actividad, por desgracia
conocemos el origen de los recursos que han devuelto al Santuario mucho de su
belleza original pero no fueron recursos oficiales, ojalá que algún día
nuestras autoridades pongan sus ojos en la restauración y mantenimiento necesario
a estas joyas del pasado.
La Candelaria
Miguelito Malo en su obra “Guía
Oficial” de San Miguel de Allende publicada en 1963 por el INAH incluye un
calendario de fiestas locales y en el menciona que el 2 de febrero es la:
fiesta de la Candelaria: día de la
Purificación de Nuestra Señora. Venta de plantas, semillas y flores en la Plaza
de Allende.
La fiesta de la Candelaria o de
la Luz tuvo su origen, según algunos autores en el Oriente en la antigua Roma,
donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las
Lupercales. Esta celebración se unió más tarde a la liturgia de la Presentación
de Jesús en el Templo, asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas
en las manos de los fieles. Su fiesta se celebra, según el calendario o
santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la
Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2; 22-39) y la
purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción
de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12; 1-8).
Otra versión histórica indica que
en el pasado había una fiesta que se dedicaba a la Diosa griega de la
Agricultura, Deméter, a quien se le rendía culto y se le llevaban a bendecir
las semillas. En este rito se utilizaban velas para despedir los fríos y
despertar la tierra, y las candelas, que simbolizaban la luz, alejaban las
tormentas, el mal y los temblores.
La fiesta, nos dice la Wikipedia,
es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la
Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos
estos nombres expresan el significado de la fiesta. Cristo la Luz del mundo
presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o
las candelas, de donde se deriva el nombre de "Candelaria".
En México, el Día de la
Candelaria se acostumbra que, quien obtuvo el niño oculto en la rosca de reyes,
haga una fiesta (tradicionalmente basada en tamales y atole, ambos productos de
maíz. Esta tradición tiene raíces prehispánicas; en muchos pueblos los
habitantes llevan a la iglesia mazorcas para que sean bendecidas a fin de
sembrar sus granos en el ciclo agrícola que inicia, pues el 2 de febrero
coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca, cuando
se celebraba a algunos dioses tlaloques, según fray Bernardino de Sahagún. En
el centro de México se acostumbra vestir al niño Dios del nacimiento navideño y
llevarlo a oír misa, después de lo cual, es colocado en un nicho donde
permanecerá el resto del año.
Si se sabe que la siembra y las
estaciones del año marcan la vida religiosa, social, comercial y cultural de
los pueblos, esto queda demostrado con las festividades del Día de la
Candelaria, que en México se conmemora desde la época colonial.
En algunos lugares, se ha hecho
una tradición que a las personas que les tocó el muñeco durante la partida de
rosca del Día de Reyes se convierta en el padrino del Niño Dios para cumplir el
Día de la Candelaria.
"Para cumplir con su tarea,
el padrino o madrina debe levantar al Niño del pesebre del nacimiento, donde se
colocó el 24 de diciembre luego de arrullarlo, en la casa que ofreció la
merienda del día seis de enero, ya levantado tiene que vestir al Niño
Dios", explica Alma Solís del Manzano, estudiosa de esta tradición
popular.
Todo el ritual que significa la
celebración del Día de la Candelaria es resultado del sincretismo de dos
culturas y religiones: la católica, que remite a cuando la Virgen María llevó
al niño Jesús al templo, y la prehispánica, en la que se llevaban tamales al
rendir culto a los dioses.
La tradición prehispánica
establecía que se debía llevar tamales cuando se rendía culto a Tláloc, a
Chalchiuhtlicue (dioses del agua) y a los tlaloques (ayudantes del primero),
quienes derramaban su lluvia sobre la tierra asegurando así buenas cosechas. Tal
festividad se asocia e integra a la celebración católica que también se hace
coincidir con la fertilidad de la tierra y los beneficios del agua.
Los tamales, alimento que data de
la época precolombina y que forma parte de la dieta de los mexicanos, se sirven
calientes, habiéndolos de diferentes variedades, tales como: rajas con queso,
verdes, mole con pollo o carne de puerco y de dulce. Tradicionalmente se
degustan con atole de distintos sabores o café.
Fray Bernardino de Sahagún, en
sus escritos, se refiere a la gran variedad de tamales que se podían encontrar
en los mercados de aquel entonces y que, incluso, estaban presentes en los
banquetes del emperador Moctezuma. En aquel entonces los tamales los rellenaban
con chile dulce, tomate y semillas de zapallo molidas, mezcladas a las carnes
de faisanes, codornices y pavos.
Los preparaban con semillas de
ayote o zapallo molidas, tomate, miel de abejas y caracoles. Para esto
utilizaban carnes de xoloitzcuintli o perro mudo, tepezcuintle, chompipe y
venado y los envolvían en hojas de plátano o maíz.
Con la llegada de los españoles,
se les agregaron ingredientes traídos de Europa, tales como garbanzos, arroz,
aceitunas, alcaparras, pasas y ciruelas, Por lo tanto, el tamal preparado en
familia es una mezcla entre lo prehispánico y lo español. Sin embargo, hoy día
se degustan regularmente ya sean solos o en torta (se utiliza el bolillo o el virote).
En el día de la Candelaria se
hace el "levantamiento del Niño Jesús", el cual consiste en llevar
las imágenes y figuras del Niño Jesús a bendecir al templo, así como también
levantar y quitar todas las figuras de los nacimientos y guardarlas hasta la
próxima Navidad.
En muchos pueblos los indígenas
tienen la costumbre de llevar a bendecir las mazorcas que servirán de semillas
en la próxima siembra, también se bendicen las velas o candelas, de ahí el
nombre de "Candelaria", estas velas son consideradas como buenas para
apartar el mal, la enfermedad y los temblores.
Según el portal Desde la fe, el
ser padrino es un asunto serio. "Debe considerarse como un honor que nos
hacen nuestros amigos, pero sería bueno tomarlo como un signo de predilección
de Dios", se explica en el sitio, refiriéndose a que el Niño Jesús es
quien escoge a sus padrinos, simbólicamente, durante la repartición de la Rosca
de Reyes. Es así como el Día de la Candelaria en nuestro país, y otros de
América se conserva como una de las principales tradiciones católicas, y que
representa una etapa de vida de Jesús.
Daniela Gutiérrez Cruz,
historiadora de la Universidad de Guadalajara, explicó que la celebración
popular que año con año se lleva a cabo en México, en la que las familias
degustan tamales y atole, la historiadora mencionó que está relacionada con las
tradiciones de algunas culturas prehispánicas, que en el mes de enero
celebraban el inicio de la siembra. En el acto, las comunidades daban como
ofrenda a los dioses tamales y bebidas como el atole, a cambio de recibir una
buena cosecha. Más tarde, en la época colonial se combinó esta tradición con
los festejos españoles a la Virgen de la Candelaria. Aunque no se tienen datos
precisos de la fecha en que comenzó a celebrarse el día de La Candelaria, tal y
como la conocemos hoy en día en el país, calcula que pudo ser a finales del
siglo XVI. La historiadora dice que esta fiesta tiene mayor antigüedad en la
región centro sur del país.
Don Félix Luna nos dice que para
el día de la Candelaria llegaban a San Miguel grupos de viejitas, provenientes
de los alrededores, que se colocaban frente a la parroquia para vender toda
clase de plantas que se daban en sus huertas. Ese día la gente acudía al
tianguis de las flores, donde se compraban también las semillas. Había muchas
señoras vendiéndolas; la gente las compraba y se dirigía al templo para la
bendición, con lo que quedaban listas para ser plantadas. También había fiestas
en las casas, pues, además de presentar a los niños al templo, se acostumbraba
levantar al Niño Dios del nacimiento.
A medida que fueron acabándose
las huertas de los alrededores de San Miguel comenzaron a llegar los vendedores
de Celaya; y desde hace unos veinticinco años la enorme cantidad de plantas que
se vende en el parque Juárez proviene de invernaderos de Toluca y otros lugres
del Estado de México. Esa gran demanda hace que esta venta se prolongue por
varios días más en los que se complementa con actividades artísticas que hacen
que la visita a ese sitio sea todavía más agradable.
San Miguel, no de ahora, desde
hace muchos años es un foco para el turismo que aprecia estas costumbres que se
ha conservado de generación en generación. Nuestra ciudad tiene un legado
histórico y arquitectónico para seguir siendo un filón minero inagotable pero
requiere que se le cuide, que se le respete. Como nadie ama lo que no conoce,
conozcamos y defendamos lo que tenemos.
Toña y Toño.
Toño Correa en su casa
Don Donado Almanza hizo una interesante
crónica sobre las posadas públicas de 1913 que publicó el Vocero del norte en
diciembre de 1960 en la que menciona a las personas, que en plena revolución,
participaban de las posadas con gran fervor llevando el misterio de templo en
templo por las calles sanmiguelenses; en alguna plática con don Genaro le
concedía a Don Eulalio Nava el haber rescatado esa hermosa costumbre que,
lamentaba, se fue corrompiendo por los desórdenes de algunos jóvenes. Don
Eulalio vino de San Felipe y aquí caso con la Srita. Ángela Rodríguez en 1926. Tuvieron
su botica en la calle de Relox donde ahora está la panadería de La Colmena.
Todavía la puerta central de ese negocio tiene una pequeña ventana por donde se
despachaba el medicamento durante las guardias nocturnas que entonces se
acostumbraban para lo cual consultábamos el rol correspondiente en la
inspección de policía. Más adelante compraron la casa de don Federico Silva que
está en la esquina de Relox y Mesones donde hasta hoy sigue como imagen viva de
aquel tiempo, la Botica de Santa Teresita.
Posada pública con los Toños
Don Eulalio fue presidente municipal en el
período 1939-1940, Manuel, su nieto, recuerda que Angelita le contaba que más que obtener un beneficio
económico el puesto requería que se le inyectara dinero de su bolsa por la
precaria situación de la hacienda municipal, así que ella necesitaba estar al
pendiente de no permitir que la botica sufragara gastos comunales. Para que los
vecinos olvidaran un poco los problemas con las incursiones de “los del cerro”, “los pelones” y “los
colgados” le pidió a los vecinos que revivieron las posadas públicas por lo
que visitó a don Antonio Correa Redondo, juez del Registro Civil para que
dirigiera el coro y le “prestara” a su hijo Antonio (Correa Téllez) para que saliera
de San José en el “carrito de la posada”
que era el carretón. Aunque el chico no estaba de acuerdo su papá lo
comprometió y tiempo después llegó el sastre y le tomó las medidas para el
traje josefino. La Virgen María fue representada entonces por la joven Antonia Sánchez. Otra pareja que representó a la
Sagrada Familia fueron: Doña Carlota a Ríos y Don Francisco Nieto.
Se casó con la Srita Antonia Sánchez Grimaldi en
1950 y sus hijos fueron: Enedina, José
Antonio, Gerardo, Felipe, Magdalena, Fernando, Ricardo, Alejandro,
Francisco y Rodrigo. Su interés laboral no era el servicio postal sino
la mecánica y su placer era enfundarse en el overol y aprender con don Guicho
aquel chófer de los camiones municipales pero había que comer y se le presentó
la oportunidad de ingresar al correo como interino y éste se convirtió en base
casi inmediatamente por la renuncia del titular.
Se inició en el servicio postal en 1946 y de
ahí se jubiló en 1977. Su primer sueldo fue de $ 92.50 mensuales. En esos
ayeres había que cargar con aquella mochila de cuero repleta de correspondencia
y repartirla por toda la ciudad, nada fácil; sin embargo eso le ayudo a tener
una magnífica condición física la que le permitió destacar en el deporte del
frontón del que fue muy afecto. Por otra parte le ayudó su carácter alegre pues al hacer las entregas
recibía agradecimientos en especie. Recordaba con una sonrisa los regalos de
Ma. Elena Nava, de doña Petra Banda quien lo agasajar a con un mole delicioso,
en la calle de Hidalgo doña Ma. Auxilio Rodríguez lo agasajaba con tortas, etc.
Vivió en la casa de la abuela paterna en la
calle de Canal junto al hotel de doña Luz Villa, mamá de Lucas Villa. Su
pandilla deportiva la conformaban Javier Álvarez, Víctor de la Sota, el Dr. Ferro, Abelardo el “Casco” y varios más que
eran detestados por los vecinos pues sus prácticas de béisbol las hacían en la
calle de Mesones y la pared para jugar frontón era la pared del teatro; muchas
veces fueron regañados por su “buena puntería” contra los cristales de las
casas cercanas. Su papá don Antonio rechazaba tajante el beis bol porque decía
que era un deporte gringo.
Tiempos lejanos en que la calle era amplia
cancha, toda para ellos; de vez en vez veían pasar la plataforma y el tranvía
que traía viajeros y mercancías. Feliz edad en la que la victoria en un juego
callejero significaba todo. Todo se enviaba por FFCC, muchos recordamos las
largas filas para comprar timbres, enviar giros o registrar correspondencia,
entrega inmediata, vía aérea, etcétera.
El horario de servicio era de 9 a 2 y de 3 a 5. Hubo entonces unos
buzones de metal que estaban ubicados afuera de: el correo, la Posada de San
Francisco y la Balanza Mercantil; éstos eran abiertos dos veces al día para remitir
las piezas a su destino. Los empleados de entonces eran: los Sres. Salvador Soria,
José Méndez, Nacho Sierra, Hermilo López, y los jefes de oficina: Don Luis Calvillo
y Don Rafael López.
Pese a la buena disposición a su labor al
enterarse que una mujer entraría como oficinista sin que se le considerara a él
para el puesto. Se dispuso a ir a la ciudad de México para protestar por lo que
consideraba un atropello a sus derechos. Hizo el comentario de su decisión a
don Felipe Cossío del Pomar, frecuente usuario del servicio postal, pues uno de
los mayores remitentes era el Instituto Allende que estaba en su apogeo.
Valijas completas salían para EEUU las que se enviaban ya clasificadas para
cada estado de la unión americana. Al enterarse de que lo que pretendía hacer
el peruano se ofreció apoyarlo pues casualmente el señor Vidal Murillo,
Director General de Correos, vendría a San Miguel ese fin de semana a invitación
del señor Dickinson a casa de la Sra. Lucha Mojica con quien el funcionario
guardaba buena amistad. Al lunes siguiente Don Felipe le entrego su
nombramiento para estar en ventanilla.
Su trabajo en el correo lo combinaba ayudando
en la tienda de La Balanza, propiedad de su tío Cruz Téllez donde también
laboraban don Francisco Téllez y don Luis López. El mayor placer era cuando le
tocaba despachar petróleo: -¿verde o morado?, preguntaba; aquel combustible que
de diáfano sólo tenía el nombre pues producía un humo negro desagradable sobre
todo por su olor, pero necesario para aquellas estufas Beroa. Y ahí sigue esa
bomba que, resistiendo el paso del tiempo, parece una abuela con sus gafas
rotas que sonríe cuando algunos turistas desean llevarla en sus cámaras como imagen
de aquellos tiempos y de la ciudad.
A Toño lo bautizaron en: ¡no me lo va a creer!
en la casa de Chavalala, en la calle de Hernández Macías. Ahí vivió el mayor Cervantes,
casa de don Salvador de Lara y doña Evelia. Sí, lo bautizaron ahí por la
persecución religiosa pues nació el 13 de junio de 1928. Tiempos difíciles en
que el padre Chanito arriesgaba su vida llevado el culto brincando azoteas.
Fue muy solicitado para controlar las entradas
de diversos espectáculos. De ese tiempo recordaba anécdotas como cuando una persona
pasada de copas trató de entrar a La Fragua y, por supuesto, no lo dejó entrar.
Cuando don Rafa D Arcourt le preguntó si no había llegado Juan Torres le
contestó que no, pero… aceptando que no conocía al famoso organista cayó a la
cuenta que podría ser el parroquiano que quiso entrar antes, por lo que
salieron rápidamente en su búsqueda encontrando a Juan Torres en la barra del
Patio de don Jorge Redondo.
Caso parecido le sucedió cuando en la Plaza
Santa María de Querétaro era empresario don Tomas Valles y siguiendo las
instrucciones de no permitir la entrada a nadie sin boleto llegó una persona tomada
acompañada de un mariachi a la que sin miramientos se le indicó que sin boleto
no entraría; ¿y quién dio esa orden? preguntó molesto, el empresario don Tomas
Valles, le contestó con firmeza. –muchachos, dijo a los músicos, si mi hijo dio esa orden ¡a comprar boletos!
ante esto reconoció a su interlocutor y, por supuesto, lo dejó pasar con todo y
mariachi.
Para terminar, una más: contratado por el Dr.
Pin para una boda cuya fiesta fue en su casa de la calle de Correo. Barbarita y
el Doctor, con frecuencia apelaron al sentido común de Toño cuando se
percataban en la puerta de haber olvidado las tarjetas. Las indicaciones
siempre son nadie sin boleto, sólo que esta vez, al aplicar la instrucción y exigir
la entrada a su propia casa el doctor rio de buena gana aunque a ella no le
hizo mucha gracia.
Toño fue una persona amable y un esposo
enamorado, fue un padre preocupado de su familia la que pudo devolverle ese
cariño durante los doce años que estuvo viudo al llevarlo a conocer muchas de
las bellezas que tiene EEUU y donde sufrió su clima pero también disfrutó de
grandes partidos de su deporte favorito. Finalmente fue a su encuentro donde ahora
mismo ha de estar carcajeándose de este escrito que trata de resumir largas
conversaciones sobre una larga vida de trabajo y amistad.
Los “Locos” de San Pascual
Es el
mediodía. La gente lleva varias horas apartando un lugar, algunos llevan
paraguas y sillas o bancos para las personas mayores que
quieren estar presentes en el desfile y no perder detalle. A la hora de comer
será el platillo principal de la plática y de la sobremesa. Pero por ahora hay
que soportar el calor del fogón porque se está cocinando el desfile. Por fin se
ve allá a lo lejos que vienen los primeros carros alegóricos. La música precede
la columna y no cesará hasta que haya pasado el último. Cada día hay más carros
y más personas. Muchos, vienen de lejos para ver este
desfile pero también varios, muchos, para participar.
Juan Manuel
Serrat dice que: en la fiesta de San Juan
todos comparten su pan, su mujer y su gabán, gentes de cien mil raleas. Y aquí,
no tan compartidos como en esa canción pero sí mezclados, hombres y mujeres,
jóvenes y viejos, lugareños y fuereños se han ido reuniendo en un lugar en las
goteras de la ciudad para llegar en caravana hasta el centro mismo de San Miguel.
Originalmente la fiesta era en el templo de San Antonio y tenían como patrono a
San Pascual Bailón pero hoy muchos no van a la misa que se oficia por ellos y
tampoco regresan, como antes, a seguir bailando en el atrio que entonces no
había pues era un solar muy grande frente al templo. La colonia de San Antonio
estaba poblada de huizaches, mezquites, órganos y magueyes. Como no había los
medios de difusión de hoy, la forma de invitar al pueblo a la festividad era
llevar el “convite”; lo mismo se hacía de parte de otros barrios (el de San
José lo sigue haciendo), el circo y otros espectáculos que llegaban al pueblo.
Pero,
¿quiénes son los “locos”?, ¿los que soportan el calor debajo de un disfraz y bailan
hasta el agotamiento? ¿O quienes están por horas esperando el paso del
atractivo desfile que serpentea por las principales de la población? Nadie los conoce
y todos los vemos. Gente de todas clases sociales participan en los diferentes
cuadros. De todos los rincones salen grupos que se adhieren a algún cuadro. Los
originales son el Cuadro del Parque y de éste se derivan todos los demás como
el Cuadro Antiguo y de éste surgirá el del Tecolote y así, el Cuadro Nuevo
surge en los años cincuentas con don Luis Muñoz a la cabeza y más adelante
hasta su muerte el “Chipotas” y le seguirá doña Angelita, de este cuadro saldrá
otro grupo que se puso el nombre de “La Mojiganga” que encabeza Emilio el
“Gordo”Ledesma. Durante muchos años también el “Cachir” tuvo su grupo hasta su
muerte, tan reciente como prematura.
Hablar de
todos sería imposible pues algunos tienen poco tiempo de participar, de los más
antiguos podemos decir que don Cruz Patlán era uno de los principales; estuvo
al frente del Cuadro del Parque y recientemente falleció. Esta vez hablaré un
poco de uno de ellos, con más de cincuenta años bailando, lo conocemos como el
“Gordo” aunque de gordo tenga muy poco en todo caso le quedaría mejor el
“Largo”. Él me dice que ese apodo se lo puso don Paco Garay cuando era muy
pequeño pues su padre trabajaba como encargado del taller mecánico de la
Fábrica la Aurora.
El “Gordo” nació
en San Miguel de Allende, estudio serigrafía en Bellas Artes con una beca que
le dio don Salvador García, pero como ésta no incluía los materiales estuvo a
punto de desertar cuando una señora que venía de México le pidió que a cambio
de los materiales que necesitara él le limpiara las pantallas –que se lavan con
thinner-. También incursionó en otras artes, le apasionó la dramatización al
grado que tiene varias piezas de su autoría como un “Don Juan Locorio”, una
parodia de la obra de Zorrilla, incluso la llevo al teatro. Su primer contacto
con los “locos” fue un rechazo total; lo tiene presente en la calle de Mesones
en donde vio pasar el convite para la fiesta en San Antonio y su primera
reacción fue: -¿Qué no les dará pena andar en esas fachas?. Cuando enfermó y su
caso no pudo resolver la ciencia médica se puso en manos de San Pascualito y le
ofreció: -si me curas, te bailaré mientras pueda. El santo cumplió y él…
también. Muchos años después a raíz de un accidente, amenazado de amputarle una
pierna volvió su rostro nuevamente a su patrono y el médico no podía creer que
estuviera sano: -usted no puede hacer eso, ¿quién lo curó?, -alguien que sí
puede, respondió.
Otro “loco” de
toda la vida es Braulio Correa Pérez quien participó mientras Dios le dio salud
pues en su caso fue por herencia familiar ya que su abuelo materno fue don
Amado Pérez de oficio panadero su participación fue contribuir en lo que más se
destacaba y era en la elaboración de máscaras, al igual que, al fin colaborador
del “Santero”, adornando los carros alegóricos. Su entusiasmo era proverbial,
al lado de sus hermanas Cata y Pera, desde muchas semanas antes estaba
moldeando en corcho sus máscaras, después en barro y más tarde en yeso. A doña
Cata se le ilumina el rostro cuando recuerda las horas que gustosamente
dedicaba para que todo el grupo estuviera uniformado en un tema, siempre
vistoso, siempre llamativo. Tristemente
componiendo un carro alegórico para el desfile, al bajarse del carro se lastimó
una pierna y, como tenía diabetes interna, se inició un calvario que lo tiene
postrado desde hace ya varios años. Hace poco falleció don Cruz Patlán, el
“Camotero” quien era uno de los más antiguos y quien desde niño participaba en
los “Hortelanos” de donde se derivaron los “locos”. De los jóvenes pero muy
entusiastas podemos mencionar también a: Jesús González Martínez el “Cachir”
quien formó un grupo con familiares y amigos
¿Cuándo
empezó? Al parecer se originó de aquellos personajes que acompañaban a los
Hortelanos en las fiestas de San Pascual Bailón, el Lic. Leobino Zavala
consigna que “…en las postrimerías del
siglo XIX y principios del XX (…) Amado el panadero, aquel Amado narices anchas
que siempre salía de “loco” en la danza de los hortelanos, con su máscara de
cartón (…)su sombrero con una pluma de guajolote, su vestido de percal estilo
payaso, un chicote o una larga vara en la mano, una jaula a la espalda con una
rata muerte o un tecolote en el mismo estado encerrados en ella y una ardilla o
o un tlacuache disecados, repletos de aserrín, que amorosamente arrullaba entre
sus brazos, como si fuera un niño, mientras bailaba incansablemente, haciendo
sonar los cercos de cascabeles que llevaba en los tobillos, sobre unos enormes
zapatos de vaqueta” (Tradiciones
y Leyendas Sanmiguelenses). Por otra parte don Carlos Diez de Sollano en su Cuadros de costumbres
“Las fiestas de San Miguel”, en 1927, al describir la entrada de los xúchiles
en la fiesta de los naturales para el patrono de la ciudad dice: “No faltan, completando la diversión, los
“locos”, especie popular de payasos que visten grotescos trajes y usan
máscaras, algunas muy interesantes, y se mezclan entre la gente (…) tienen un
oficio muy importante: retirar a la gente que poco a poco va oprimiendo el
círculo de la danza y estorba sus
movimientos”.
Al enfermar don Antonino Vázquez trató de que alguien se encargara de
continuar con la danza de los “Hortelanos”.
Durante una fiesta de San Antonio trató de que alguno de los encargados
que organizados en primer capitán, segundo capitán, tercer capitán, etc. nadie
aceptó, entonces se la ofreció a doña
Beatriz quien durante 34 años, apoyada por su esposo don Lupe se ha encargado
de la imagen, la más antigua de las que existen. Sostener la tradición de los
“Hortelanos” es una tarea muy difícil pues el público que esta danza ingenua
tenía ya no existe y la desaparición de músicos como don Inés terminaron por sepultarla.
Hoy en día el gusto se ha cambiado para los “locos” y aunque participaban
algunos en el Cuadro Antiguo se les han sumado otros y han formado el cuadro
del “Tecolote”.
“Locos” historias y anécdotas sobran, espacio falta, así que... habrá más...
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
(Juan
Manuel Serrat)
El rey de los instrumentos.
Los que saben de
música dicen que el instrumento polifónico por excelencia es el piano; de
apariencia noble, el de más rica sonoridad, el más expresivo, el de registro más
extenso y probablemente el más difícil de llegar a dominar; es un instrumento de
cuerda; hay otros instrumentos de teclado que pudieran llevar a pensar que están
relacionados con el piano, como el órgano de tubos, que es un instrumento de
viento. Un órgano es
un instrumento musical de teclado. Los sonidos se generan haciendo pasar aire por tubos de
diferentes longitudes (desde pocos centímetros hasta varios metros). Se
clasifica como instrumento de
viento o
aerófono en la categoría instrumentos
de teclado y
también dentro de la subcategoría aire insuflado, junto al acordeón y al armonio y es considerado
por otros como el rey de los instrumentos.
El órgano consta de diferentes registros o sonidos, cuyo timbre dependerá de la forma, tamaño, material o mecanismo de producción del sonido. Se maneja mediante uno o más teclados para tocar con las manos, y otro consistente en unos pedales en la parte inferior. Después de la época barroca y de la muerte de los grandes compositores nacionales, el órgano entró en decadencia en el papel de la música de concierto, donde la indiferencia de los grandes compositores hace que se le reserve casi exclusivamente para música religiosa.
A partir de la primera mitad del siglo XX el
órgano se incorpora en bandas sonoras de cine, algunos compositores destinan
brillantes participaciones en algunas de sus bandas sonoras haciendo una
función completamente diferente visto desde entonces. A partir de aquí, el
órgano, conforme avanza el siglo XX encuentra un hueco en más ámbitos
musicales, por ejemplo en la película Piratas del Caribe: El cofre del
hombre muerto, Batman y Batman Regresa, etc. y en los videojuegos como en las consolas Mega Drive, Súper Nintendo, etc.
Sin embargo los órganos tubulares son
considerados pasados de moda; los pocos que existen son vestigios que nos
hablan de un pasado glorioso aunque, por desgracia, no están en condiciones
aceptables por falta de mantenimiento. En nuestra ciudad existen órganos
antiguos en: la parroquia de San Miguel Arcángel, el Oratorio de San Felipe
Neri, Las Monjas, el templo de La Salud y sólo se consigna que hubo uno en
San Juan de Dios que está prácticamente destruido. Desde hace diez años el
maestro Ramiro Granados se ha encargado de ellos pero no hay un presupuesto
para esta tarea. Nos informa que el de la Parroquia de San Miguel está casi
terminado de la intervención a que fue sujetado y en el mismo proceso está el
de La Salud y que en el área rural son importantes los de Atotonilco y
Cerritos. Pese a que son auténticas reliquias del pasado no se les presta la
atención debida.
Muchos pensaríamos que tocar en un órgano
es una actividad que puede realizar cualquiera que pueda tocar en un órgano
electrónico o un piano. Me aclara que muchas personas tocan piano pero para
poder saber tocar en un órgano de este tipo se requiere una formación
especial y que por lo tanto son pocas las personas que pueden hacerlo con
propiedad. Lo anterior porque un órgano tubular tiene una gran cantidad de
registros. Por otra parte, con un buen uso y el mantenimiento mínimo pueden
durar muchísimo tiempo y en cambio los órganos actuales trabajan con tarjetas
electrónicas cuyos fabricantes están obligados por ley de seguirlas
produciendo por diez años más a partir de su aparición pues cada vez salen
nuevos modelos. El Mtro. Jesús Arana fue el encargado del órgano del templo
parroquial durante más de cincuenta años, él había estudiado en la Escuela
Superior de Música en León, en donde fue compañero de Juan Torres, don Chucho
era muy cuidadoso de protegerlo por lo que no permitía que lo tocara
cualquiera.
Estuve en el taller del maestro Moisés en
la colonia Guadalupe en donde generosamente me explicaba algunos detalles del
mantenimiento a que está sometiendo dicho instrumento. Los tubos son de una
aleación de plomo y estaño, entre más pequeños más plomo y entre más largos
más estaño. El sonido que produce los tubos está en función de su grosor, diámetro
y dimensión. Acucioso y profesional el restaurador me explicaba con
fotografías el estado en que lo recibió y cómo fue desarmándolo; se detiene
en algunas fotos para explicar los daños que causan “arreglos” de manos
inexpertas como por ejemplo pegar con pegamento actual (resistol) ciertas
partes que deben ser pegadas a la antigüita, con cola, aquel pegamento que
utilizaban nuestros carpinteros antañones y que fabricaban a partir de
residuos de cueros, huesos y cartílagos de origen animal; en otras, el estado
que tenía la piel con que se recubren ciertas partes y que la duración de ésta
está en función del clima pues la humedad y el calor afectan su vida útil. En
este momento ya se repuso la piel, que debe de ser piel de borrego con un
curtido muy fino, ésta fue importada de Alemania; se requieren herramientas
de precisión que se utilizan para dejar los resortes con la forma y tensión
necesarias, en fin muchos detalles más. Esta información quedará en una
memoria para conocer el antes y el después que tuvo la restauración.
Tenía en su taller tubos ya reparados y
otros arrugados como papel desechado en el cesto de la basura pero,
habilidoso, frente a mis ojos tomó una especie de vara, como un taco de
billar metió el tubo y empezó a golpearlo suavemente con un pedazo de madera
forrado con piel y éste fue recuperando rápidamente su forma cilíndrica.
Después de ello los colocó verticalmente pues, explicaba también por ser un
metal pesado si se colocaran en forma horizontal poco a poco cederían al peso
y tomarían una forma elíptica desfinándose.
Algo que llama la atención ante ese órgano
disperso por todo el taller es una parte que se denomina “el secreto” que es
el corazón en donde el constructor realiza los ajustes más finos para que el
órgano tome el sonido necesario. Es una estructura intrincada, y es en esa
parte en donde los constructores colocan su “firma”, en el caso presente éste
fue obra de: Alberto Sánchez y tiene la fecha 25 de marzo de 1912. Uno de los
músicos más reconocidos en nuestra ciudad fue don Teófilo Montes Luna quien
se sabe que tenía a su cargo los órganos de La Salud, La Ermita y Cerritos y él colocó en ese secreto su
nombre y día de la reparación: miércoles 1 de diciembre de 1943. Este órgano está
siendo reparado gracias a la generosidad de un grupo de amigos del actual
encargado del templo el R.P. Socorro Govea quienes aportaron una cantidad y
otra consiguieron ellos mismos otros patrocinadores, por cierto el padre
Govea acaba de celebrar sus Bodas de Oro sacerdotales, aunque sigue delicado
de salud, esperamos su pronta recuperación.
El Mtro. Granados nos dice que presentó
hace dos administraciones un proyecto para reparar el órgano del Oratorio,
que data del siglo XVIII, y después de varias vueltas a las oficinas no le
apoyaron, aunque reconoce que, en aquel entonces, el Lic. Eleazar Romero
consiguió una cantidad con la que fue posible realizar una primera etapa en
donde se le dio mantenimiento a la caja, se cambiaron algunas piezas de
madera, misma que fue curada para evitar el ataque de la polilla y se
pintaron algunas partes que lo requerían. Siguió tocando puertas para
conseguir financiamiento y en una segunda etapa se repusieron las molduras
faltantes y colocarles oro de hoja con lo que se terminó el exterior, pero
faltaba reparar lo interno que es la mecánica. Para ello un grupo de restauradores
extranjeros presentaron un presupuesto de un poco más de cinco millones; otros
especialistas de Morelia presentaron el suyo, inferior al primero y están en
espera de que el Mtro. Moisés también haga una cotización. La ventaja que se
tendría con él es que ya conocen su trabajo y que ya se vino del D.F. a
radicar a San Miguel, aunque no dejará de visitar su tierra pues es el responsable
de dos de los cinco órganos con que cuenta la Basílica de Guadalupe y otros
órganos en templos queretanos.
Haber conocido un poco los misterios de ese
órgano fue una experiencia muy agradable pero, lo más importante, que pronto
estará totalmente reparado y que el Mtro. Ramiro tiene como meta seguir esta
noble tarea de conseguir recursos y culminar con una serie de conciertos con
los órganos que tiene nuestra ciudad. Ojalá que consiga los apoyos necesarios
oficiales o privados para llevar a cabo esta actividad, por desgracia
conocemos el origen de los recursos que han devuelto al Santuario mucho de su
belleza original pero no fueron recursos oficiales, ojalá que algún día
nuestras autoridades pongan sus ojos en la restauración y mantenimiento necesario
a estas joyas del pasado.
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La Candelaria
Miguelito Malo en su obra “Guía Oficial” de San Miguel de Allende publicada en 1963 por el INAH incluye un calendario de fiestas locales y en el menciona que el 2 de febrero es la: fiesta de la Candelaria: día de la Purificación de Nuestra Señora. Venta de plantas, semillas y flores en la Plaza de Allende.
La fiesta de la Candelaria o de
la Luz tuvo su origen, según algunos autores en el Oriente en la antigua Roma,
donde la procesión de las candelas formaba parte de la fiesta de las
Lupercales. Esta celebración se unió más tarde a la liturgia de la Presentación
de Jesús en el Templo, asociada a los cirios, antorchas y candelas encendidas
en las manos de los fieles. Su fiesta se celebra, según el calendario o
santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la
Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2; 22-39) y la
purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción
de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12; 1-8).
Otra versión histórica indica que
en el pasado había una fiesta que se dedicaba a la Diosa griega de la
Agricultura, Deméter, a quien se le rendía culto y se le llevaban a bendecir
las semillas. En este rito se utilizaban velas para despedir los fríos y
despertar la tierra, y las candelas, que simbolizaban la luz, alejaban las
tormentas, el mal y los temblores.
La fiesta, nos dice la Wikipedia,
es conocida y celebrada con diversos nombres: la Presentación del Señor, la
Purificación de María, la fiesta de la Luz y la fiesta de las Candelas; todos
estos nombres expresan el significado de la fiesta. Cristo la Luz del mundo
presentada por su Madre en el Templo viene a iluminar a todos como la vela o
las candelas, de donde se deriva el nombre de "Candelaria".
En México, el Día de la
Candelaria se acostumbra que, quien obtuvo el niño oculto en la rosca de reyes,
haga una fiesta (tradicionalmente basada en tamales y atole, ambos productos de
maíz. Esta tradición tiene raíces prehispánicas; en muchos pueblos los
habitantes llevan a la iglesia mazorcas para que sean bendecidas a fin de
sembrar sus granos en el ciclo agrícola que inicia, pues el 2 de febrero
coincide con el undécimo día del primer mes del antiguo calendario azteca, cuando
se celebraba a algunos dioses tlaloques, según fray Bernardino de Sahagún. En
el centro de México se acostumbra vestir al niño Dios del nacimiento navideño y
llevarlo a oír misa, después de lo cual, es colocado en un nicho donde
permanecerá el resto del año.
Si se sabe que la siembra y las
estaciones del año marcan la vida religiosa, social, comercial y cultural de
los pueblos, esto queda demostrado con las festividades del Día de la
Candelaria, que en México se conmemora desde la época colonial.
En algunos lugares, se ha hecho
una tradición que a las personas que les tocó el muñeco durante la partida de
rosca del Día de Reyes se convierta en el padrino del Niño Dios para cumplir el
Día de la Candelaria.
"Para cumplir con su tarea,
el padrino o madrina debe levantar al Niño del pesebre del nacimiento, donde se
colocó el 24 de diciembre luego de arrullarlo, en la casa que ofreció la
merienda del día seis de enero, ya levantado tiene que vestir al Niño
Dios", explica Alma Solís del Manzano, estudiosa de esta tradición
popular.
Todo el ritual que significa la
celebración del Día de la Candelaria es resultado del sincretismo de dos
culturas y religiones: la católica, que remite a cuando la Virgen María llevó
al niño Jesús al templo, y la prehispánica, en la que se llevaban tamales al
rendir culto a los dioses.
La tradición prehispánica
establecía que se debía llevar tamales cuando se rendía culto a Tláloc, a
Chalchiuhtlicue (dioses del agua) y a los tlaloques (ayudantes del primero),
quienes derramaban su lluvia sobre la tierra asegurando así buenas cosechas. Tal
festividad se asocia e integra a la celebración católica que también se hace
coincidir con la fertilidad de la tierra y los beneficios del agua.
Los tamales, alimento que data de
la época precolombina y que forma parte de la dieta de los mexicanos, se sirven
calientes, habiéndolos de diferentes variedades, tales como: rajas con queso,
verdes, mole con pollo o carne de puerco y de dulce. Tradicionalmente se
degustan con atole de distintos sabores o café.
Fray Bernardino de Sahagún, en
sus escritos, se refiere a la gran variedad de tamales que se podían encontrar
en los mercados de aquel entonces y que, incluso, estaban presentes en los
banquetes del emperador Moctezuma. En aquel entonces los tamales los rellenaban
con chile dulce, tomate y semillas de zapallo molidas, mezcladas a las carnes
de faisanes, codornices y pavos.
Los preparaban con semillas de
ayote o zapallo molidas, tomate, miel de abejas y caracoles. Para esto
utilizaban carnes de xoloitzcuintli o perro mudo, tepezcuintle, chompipe y
venado y los envolvían en hojas de plátano o maíz.
Con la llegada de los españoles,
se les agregaron ingredientes traídos de Europa, tales como garbanzos, arroz,
aceitunas, alcaparras, pasas y ciruelas, Por lo tanto, el tamal preparado en
familia es una mezcla entre lo prehispánico y lo español. Sin embargo, hoy día
se degustan regularmente ya sean solos o en torta (se utiliza el bolillo o el virote).
En el día de la Candelaria se
hace el "levantamiento del Niño Jesús", el cual consiste en llevar
las imágenes y figuras del Niño Jesús a bendecir al templo, así como también
levantar y quitar todas las figuras de los nacimientos y guardarlas hasta la
próxima Navidad.
En muchos pueblos los indígenas
tienen la costumbre de llevar a bendecir las mazorcas que servirán de semillas
en la próxima siembra, también se bendicen las velas o candelas, de ahí el
nombre de "Candelaria", estas velas son consideradas como buenas para
apartar el mal, la enfermedad y los temblores.
Según el portal Desde la fe, el
ser padrino es un asunto serio. "Debe considerarse como un honor que nos
hacen nuestros amigos, pero sería bueno tomarlo como un signo de predilección
de Dios", se explica en el sitio, refiriéndose a que el Niño Jesús es
quien escoge a sus padrinos, simbólicamente, durante la repartición de la Rosca
de Reyes. Es así como el Día de la Candelaria en nuestro país, y otros de
América se conserva como una de las principales tradiciones católicas, y que
representa una etapa de vida de Jesús.
Daniela Gutiérrez Cruz,
historiadora de la Universidad de Guadalajara, explicó que la celebración
popular que año con año se lleva a cabo en México, en la que las familias
degustan tamales y atole, la historiadora mencionó que está relacionada con las
tradiciones de algunas culturas prehispánicas, que en el mes de enero
celebraban el inicio de la siembra. En el acto, las comunidades daban como
ofrenda a los dioses tamales y bebidas como el atole, a cambio de recibir una
buena cosecha. Más tarde, en la época colonial se combinó esta tradición con
los festejos españoles a la Virgen de la Candelaria. Aunque no se tienen datos
precisos de la fecha en que comenzó a celebrarse el día de La Candelaria, tal y
como la conocemos hoy en día en el país, calcula que pudo ser a finales del
siglo XVI. La historiadora dice que esta fiesta tiene mayor antigüedad en la
región centro sur del país.
Don Félix Luna nos dice que para
el día de la Candelaria llegaban a San Miguel grupos de viejitas, provenientes
de los alrededores, que se colocaban frente a la parroquia para vender toda
clase de plantas que se daban en sus huertas. Ese día la gente acudía al
tianguis de las flores, donde se compraban también las semillas. Había muchas
señoras vendiéndolas; la gente las compraba y se dirigía al templo para la
bendición, con lo que quedaban listas para ser plantadas. También había fiestas
en las casas, pues, además de presentar a los niños al templo, se acostumbraba
levantar al Niño Dios del nacimiento.
A medida que fueron acabándose
las huertas de los alrededores de San Miguel comenzaron a llegar los vendedores
de Celaya; y desde hace unos veinticinco años la enorme cantidad de plantas que
se vende en el parque Juárez proviene de invernaderos de Toluca y otros lugres
del Estado de México. Esa gran demanda hace que esta venta se prolongue por
varios días más en los que se complementa con actividades artísticas que hacen
que la visita a ese sitio sea todavía más agradable.
San Miguel, no de ahora, desde
hace muchos años es un foco para el turismo que aprecia estas costumbres que se
ha conservado de generación en generación. Nuestra ciudad tiene un legado
histórico y arquitectónico para seguir siendo un filón minero inagotable pero
requiere que se le cuide, que se le respete. Como nadie ama lo que no conoce,
conozcamos y defendamos lo que tenemos.
Toña y Toño.
Toño Correa en su casa |
Posada pública con los Toños |
Se casó con la Srita Antonia Sánchez Grimaldi en
1950 y sus hijos fueron: Enedina, José
Antonio, Gerardo, Felipe, Magdalena, Fernando, Ricardo, Alejandro,
Francisco y Rodrigo. Su interés laboral no era el servicio postal sino
la mecánica y su placer era enfundarse en el overol y aprender con don Guicho
aquel chófer de los camiones municipales pero había que comer y se le presentó
la oportunidad de ingresar al correo como interino y éste se convirtió en base
casi inmediatamente por la renuncia del titular.
Se inició en el servicio postal en 1946 y de
ahí se jubiló en 1977. Su primer sueldo fue de $ 92.50 mensuales. En esos
ayeres había que cargar con aquella mochila de cuero repleta de correspondencia
y repartirla por toda la ciudad, nada fácil; sin embargo eso le ayudo a tener
una magnífica condición física la que le permitió destacar en el deporte del
frontón del que fue muy afecto. Por otra parte le ayudó su carácter alegre pues al hacer las entregas
recibía agradecimientos en especie. Recordaba con una sonrisa los regalos de
Ma. Elena Nava, de doña Petra Banda quien lo agasajar a con un mole delicioso,
en la calle de Hidalgo doña Ma. Auxilio Rodríguez lo agasajaba con tortas, etc.
Vivió en la casa de la abuela paterna en la
calle de Canal junto al hotel de doña Luz Villa, mamá de Lucas Villa. Su
pandilla deportiva la conformaban Javier Álvarez, Víctor de la Sota, el Dr. Ferro, Abelardo el “Casco” y varios más que
eran detestados por los vecinos pues sus prácticas de béisbol las hacían en la
calle de Mesones y la pared para jugar frontón era la pared del teatro; muchas
veces fueron regañados por su “buena puntería” contra los cristales de las
casas cercanas. Su papá don Antonio rechazaba tajante el beis bol porque decía
que era un deporte gringo.
Tiempos lejanos en que la calle era amplia
cancha, toda para ellos; de vez en vez veían pasar la plataforma y el tranvía
que traía viajeros y mercancías. Feliz edad en la que la victoria en un juego
callejero significaba todo. Todo se enviaba por FFCC, muchos recordamos las
largas filas para comprar timbres, enviar giros o registrar correspondencia,
entrega inmediata, vía aérea, etcétera.
El horario de servicio era de 9 a 2 y de 3 a 5. Hubo entonces unos
buzones de metal que estaban ubicados afuera de: el correo, la Posada de San
Francisco y la Balanza Mercantil; éstos eran abiertos dos veces al día para remitir
las piezas a su destino. Los empleados de entonces eran: los Sres. Salvador Soria,
José Méndez, Nacho Sierra, Hermilo López, y los jefes de oficina: Don Luis Calvillo
y Don Rafael López.
Pese a la buena disposición a su labor al
enterarse que una mujer entraría como oficinista sin que se le considerara a él
para el puesto. Se dispuso a ir a la ciudad de México para protestar por lo que
consideraba un atropello a sus derechos. Hizo el comentario de su decisión a
don Felipe Cossío del Pomar, frecuente usuario del servicio postal, pues uno de
los mayores remitentes era el Instituto Allende que estaba en su apogeo.
Valijas completas salían para EEUU las que se enviaban ya clasificadas para
cada estado de la unión americana. Al enterarse de que lo que pretendía hacer
el peruano se ofreció apoyarlo pues casualmente el señor Vidal Murillo,
Director General de Correos, vendría a San Miguel ese fin de semana a invitación
del señor Dickinson a casa de la Sra. Lucha Mojica con quien el funcionario
guardaba buena amistad. Al lunes siguiente Don Felipe le entrego su
nombramiento para estar en ventanilla.
Su trabajo en el correo lo combinaba ayudando
en la tienda de La Balanza, propiedad de su tío Cruz Téllez donde también
laboraban don Francisco Téllez y don Luis López. El mayor placer era cuando le
tocaba despachar petróleo: -¿verde o morado?, preguntaba; aquel combustible que
de diáfano sólo tenía el nombre pues producía un humo negro desagradable sobre
todo por su olor, pero necesario para aquellas estufas Beroa. Y ahí sigue esa
bomba que, resistiendo el paso del tiempo, parece una abuela con sus gafas
rotas que sonríe cuando algunos turistas desean llevarla en sus cámaras como imagen
de aquellos tiempos y de la ciudad.
A Toño lo bautizaron en: ¡no me lo va a creer!
en la casa de Chavalala, en la calle de Hernández Macías. Ahí vivió el mayor Cervantes,
casa de don Salvador de Lara y doña Evelia. Sí, lo bautizaron ahí por la
persecución religiosa pues nació el 13 de junio de 1928. Tiempos difíciles en
que el padre Chanito arriesgaba su vida llevado el culto brincando azoteas.
Fue muy solicitado para controlar las entradas
de diversos espectáculos. De ese tiempo recordaba anécdotas como cuando una persona
pasada de copas trató de entrar a La Fragua y, por supuesto, no lo dejó entrar.
Cuando don Rafa D Arcourt le preguntó si no había llegado Juan Torres le
contestó que no, pero… aceptando que no conocía al famoso organista cayó a la
cuenta que podría ser el parroquiano que quiso entrar antes, por lo que
salieron rápidamente en su búsqueda encontrando a Juan Torres en la barra del
Patio de don Jorge Redondo.
Caso parecido le sucedió cuando en la Plaza
Santa María de Querétaro era empresario don Tomas Valles y siguiendo las
instrucciones de no permitir la entrada a nadie sin boleto llegó una persona tomada
acompañada de un mariachi a la que sin miramientos se le indicó que sin boleto
no entraría; ¿y quién dio esa orden? preguntó molesto, el empresario don Tomas
Valles, le contestó con firmeza. –muchachos, dijo a los músicos, si mi hijo dio esa orden ¡a comprar boletos!
ante esto reconoció a su interlocutor y, por supuesto, lo dejó pasar con todo y
mariachi.
Para terminar, una más: contratado por el Dr.
Pin para una boda cuya fiesta fue en su casa de la calle de Correo. Barbarita y
el Doctor, con frecuencia apelaron al sentido común de Toño cuando se
percataban en la puerta de haber olvidado las tarjetas. Las indicaciones
siempre son nadie sin boleto, sólo que esta vez, al aplicar la instrucción y exigir
la entrada a su propia casa el doctor rio de buena gana aunque a ella no le
hizo mucha gracia.
Toño fue una persona amable y un esposo
enamorado, fue un padre preocupado de su familia la que pudo devolverle ese
cariño durante los doce años que estuvo viudo al llevarlo a conocer muchas de
las bellezas que tiene EEUU y donde sufrió su clima pero también disfrutó de
grandes partidos de su deporte favorito. Finalmente fue a su encuentro donde ahora
mismo ha de estar carcajeándose de este escrito que trata de resumir largas
conversaciones sobre una larga vida de trabajo y amistad.
TEMPLO DE LA SALUD.
El 26 de mayo de 1712 se otorgó a la congregación del
Oratorio la capilla de la Virgen de la Soledad y del Señor Ecce Homo, los
recién llegados pusieron manos a la obra y levantaron en dos años el templo que
hoy vemos. La fachada bellísima de estilo barroco. El Dr. De la Maza dice que
inmediatamente que se fundó la congregación del oratorio se dedicaron los
padres a enseñar a los niños, tanto españoles y criollos como indígenas, las
primeras letras y la doctrina cristiana gratuitamente. También enseñaba latín y
artes y estudios mayores con general aprovechamiento especialmente de los que no
podían ir a la Universidad de México, por lo que en 1718 el padre Espinosa
pedía se concediese fundar colegio en forma con la revalidación necesaria en la
Universidad real y Pontificia, donde se enseñase “Gramática, Retórica,
Filosofía y Teología Escolástica y Moral, con calidad de que los que allí
estudiasen hubiesen de gozar del privilegio de poderse graduar en la expresada
Universidad” lo que les fue concedido.
El Padre fundador Don Juan Antonio Pérez de Espinosa inicia
rápidamente la construcción de la capilla de la Virgen de la Salud. La primera
piedra se coloca el 8 de abril de 1717 por el visitador del obispado don Mateo
Espinosa e Hijar. Pasaré por alto los detalles de las desavenencias con el
señor cura D. Cristóbal Ramírez quien despues de invitar a los oratorianos a
fundar su congregación en la villa mudó su parecer lo que determinó que la
licencia concedida para edificar la iglesia de Nuestra Señora de la Salud
(1717) tuviera ciertas especificaciones que garantizaban que no corría peligro
de perder las prebendas que como cura beneficiado tenía derecho: no se podía
decir misa de paga, predicar, etc., y respecto a la fábrica del edificio éste
debería no tener torre (a veces se piensa que tiene una torre inconclusa) sino
campanil con dos campanas pequeñas.
Cinco años después se vencen las limitantes de oficiar misa,
predicar y hacer ejercicios y el R.P. Prepósito Maciel Betancourt, la bendice.
Esta construcción no es la que hoy admiramos pues aquella era muy rústica y
pequeña techada con viguería y tejamanil, pero el trabajo de sus ocupantes, el
Oratorio Parvo, dan frutos pronto e inician la costumbre del rezo cantado del
rosario por las calles de la villa, los días 19 de cada mes en honor de Señor
San José. Al igual que el espacio donde ahora está la sacristía del Oratorio,
el de la iglesia de la Salud también era calle, nos dice el padre Govea y aún
pueden verse restos que testifican dicho aserto.
La historia de este templo se entrelaza con la llegada del
Bachiller Luis Felipe Neri de Alfaro quien es admitido por esa Congregación el
26 de mayo de 1730. No se tiene un dato preciso de la fecha de la ordenación
sacerdotal. El Mtro. José de Santiago Silva señala que en 1733 fue ordenado
diácono y electo diputado de la congregación oratoriana; el 15 de junio fue
electo prefecto de la sacristía y señalado como presbítero, por lo tanto,
afirma, debió haberse ordenado ese mismo año. La devoción a la Virgen de la
Salud de parte del padre Alfaro se debe a compromisos con la Madona pues es
bien conocida su precaria salud; un buen día en una universidad chilena fue
encontrado un documento del padre Alfaro conteniendo una Novena a Nuestra
Señora de la Salud, según nos relata el padre Socorro.
Quiso la providencia que D. Miguel Custodio Durán estuviese
en la villa para construir la Santa Casa de Loreto, encargo del señor de la
Canal y el Padre Alfaro le solicitó le hiciera los planos de una nueva capilla
más amplia, más sólida y de mejor aspecto. Por lo que solicita permiso para que
se derribe la iniciada por el fundador y se levante otra.
La obra se concluyó con muchos esfuerzos, el Padre Rómulo
Núñez menciona al padre Juan de Dios Arzila y Velasco quien recorrió la
diócesis pidiendo limosna para este fin, del padre Alfaro dice: se ejercitaba
en solicitar limosnas, buscar materiales, agradar bienhechores, como en la
puntual asistencia de sus oficiales, saliendo los sábados con el Niño Jesús a
pedir limosna para pagar maestros y peones; y se dedicó el 5 de octubre de 1737,
previo novenario en donde participaron, dice don Cornelio: el pueblo de la
villa con sus fiestas callejeras y lo más selecto de los oradores sagrados,
pertenecientes a las comunidades religiosas residentes en San Miguel: franciscanos,
dominicos y el clero diocesano, además de los mismos padres filipenses.
El R.P. D. José María Correa dice que en esa solemne dedicación
el padre Antonio Ramos de Castilla dio cuenta del costo de la obra: $ 9,025.00,
distribuido de la siguiente forma:
Limosna de los pobres: $ 3,076.00
Bienhechores acaudalados: $ 3,398.00
Aportaciones personales del Padre Alfaro: $ 1,226.00
Total recaudado: $
7,700.00
Deudas por pagar: $
1,325.00
Don Cornelio hace una comparación de la fachada de La Salud
con otras obras de D. Miguel Custodio en la ciudad de México: la fachada
hornacina de San Juan de Dios (1729) rematada por una esplendorosa concha
similar a la Salud (1735) y el arco mixtilíneo del pórtico de la capilla del
Santo del Agua, igual a la capilla sanmiguelense. Pese a que en las obras
mencionadas Custodio Durán utilizó el estilo salomónico aquí encontramos
pilastras estípites con fustes de estrías ondulantes o zigzagueantes. Miguelito
Malo considera que es de un churriguera incipiente porque esboza los estípites
tallados. La portada termina en amplia concha. En sus hornacinas están los
siguientes santos: arriba, la Inmaculada Concepción al centro y a sus lados
Santa Ana y San Joaquín; abajo: el Sagrado Corazón y San Juan Evangelista.
Escuadran la puerta de madera cuarteronada laboriosos herrajes. La linternilla semeja
una tuna y finaliza la cúpula de vidriada cerámica azul y amarilla.
Santo Domingo de
Guzmán afirmó que la Virgen María se le apareció en 1208 con un rosario en las
manos, en el siglo XVI, San Pío V instauró su fecha el 7 de octubre,
aniversario de la victoria en la batalla de Lepanto. La imagen de la Virgen de
la Salud fue traída por el padre Alfaro de la ciudad de México; originalmente
representaba a la Virgen María en su advocación del Rosario pues en una de sus
manos sostenía ese objeto piadoso; de ahí nació el impulso que esta devoción
mariana recibió en la capilla de la Salud. Con el tiempo el rosario fue
sustituido por la rosa mística. Dado que no hay una fecha especial para
celebrar la fiesta de la Virgen de la Salud en esta capilla se le festeja el
tercer domingo de octubre, el mes del rosario.
En 1737, casi a punto de terminarse la construcción, el
señor de la Canal solicitó que el padre Alfaro se hiciera cargo de la Santa
Casa de Loreto como primer capellán dejando concluido el retablo del altar
mayor, el lateral oriente dedicado a Jesús, el Buen Pastor y faltando los demás
altares del cuerpo de la iglesia.
En este templo se encuentran una Virgen de Guadalupe, pintura
de Antonio de Torres –autor de los lienzos de “La Vida de San Francisco” en el
templo franciscano de San Luis Potosí-, a quien le fue encomendado inspeccionar
la pintura de la Virgen del Tepeyac; un Cristo en claroscuro de Tomás Xavier de
Peralta, un San Francisco Javier pintado por Miguel Cabrera y una pintura
monumental que ocupa toda la pared de la sacristía representando a San
Ildefonso recibiendo la casulla de manos de la Virgen, rodeado de otros santos,
obra de 1752 por un artista de nombre Agapito. En la primitiva sacristía está
la pila de agua bendita de cantera y en el anexo la pintura de “La Virgen de la
Salud” por Juan Baltazar Gómez.
Cuando el doctor Juan Benito Díaz de Gamarra llevó hasta la
cima el prestigio del colegio de San Francisco de Sales el templo de la Salud
sirvió como aula magna, marco solemne para los exámenes públicos de los alumnos
y lugares de conferencias filosóficas y eventos religioso especiales del propio
colegio. El padre Gamarra murió el 1º. De noviembre de 1783 y es tradición
centenaria que fue sepultado en esta capilla.
Don Cornelio recuerda que: a mediados del siglo pasado se
incrementó su culto y las prácticas piadosas siendo capellán el virtuoso
sacerdote don Antonio Bustamante Montes, C.O. el “Padre Toñito” como
cariñosamente le llamaban niños y adultos, pobres y ricos, borrachines y
funcionarios. Los lunes, a la hora de la “caminata de San Nicolás”, la pequeña
capilla era incapaz de contener los grandes contingentes de fieles, de todas
edades y de todas las condiciones sociales. En los últimos años ha estado a
cargo del padre Socorro Govea quien pasa por algunos problemas de salud que
deseamos sean pasajeros y el actual encargado es el padre Lorenzo Saldaña quien
sigue con el espíritu oratoriano de servicio a la comunidad sanmiguelense.
LOS VOLUNTARIOS
-
¿Qué se le ofrecía?
-
¿Aquí vive José Moncada Suárez?
-
Sí
-
Dígale que tiene que presentarse mañana a las
ocho de la mañana en el cuartel.
-
O -
Sí, pensaba que ahí era mejor. Tal vez en el consultorio habría
gente que no tiene por qué enterarse a lo que iba; en cambio, en su casa,
tendría más tiempo, más atención, en fin, era mejor. Sin embargo todavía no
llegaba y él hubiera querido ir a buscarlo, porque cada minuto estaba más
desesperado pero ¿y si se venía por otra calle?, perdería más tiempo; además, también
pudiera enojarse si le trataba el asunto en plena calle. Pero, ¿qué podría haber
sucedido?, a esa hora normalmente ya había cerrado el consultorio ¿por qué
todavía no llegaba? Encendió el enésimo cigarrillo y al hacerlo se percató que
estaba temblando. Las volutas de humo se elevaban y desvanecían con una
lentitud exasperante y parecían jugar, burlándose de su pena. Cada vez le era
más difícil mantener una postura estable.
Como lo conocían, lo pasaron al recibidor. El cuarto era grande, habia en el centro una mesita con flores frescas que habían esparcido su aroma por todo el recinto. Como en ocasiones anteriores, todo estaba en perfecto orden y muy limpio. Las paredes encaladas y desnudas de adornos. Solamente frente a la segunda puerta que servía de acceso al portalito pendía un crucifijo. Habia media docena de sillas, una de las cuales él ocupaba junto a la única ventana hacia la calle que, entreabierta, repartía aire y luz suficientes. En el rincón opuesto, un estante con algunos libros, cuyos títulos, grabados en sus lomos repasó en dos ocasiones tratando de mantenerse entretenido pensando en algo diferente, a pesar de la dificultad de lo poco común de los nombres y haber estudiado sólo el silabario de San Miguel.
Por fin oyó pasos de alguien que se acercaba y presintiendo
quien era, salió rápidamente por el portal para encontrarlo.
-
Doctor, buenas tardes.
-
Pedro, ¿qué milagro que vienes a ésta tu casa…
pero, qué te pasa? ¿estás enfermo?
-
No, sólo venía a pedirle que me hiciera un gran
favor.
-
Claro, hombre, dime, ¿de qué se trata?, pero,
siéntate.
-
Es… que… se van a llevar a Jesús
-
¿Quiénes? ¿a dónde?
-
Los… soldados. Quieren que vaya a la guerra.
-
¡A la guerra!, ¿cuál guerra?
-
Si, lo van a llevar a entrenar junto con otros
muchachos.
-
¡Ah, vamos! Pero no, no es la guerra; sólo les
darán instrucción militar. Además no se los van a llevar mucho tiempo será solo
un año.
-
Pero es que nunca se ha separado de nosotros, y
es muy joven, casi un niño.
-
No Pedro, Chucho ya no es un niño y muy pronto será
todo un hombre. Ya verás cómo todo sale bien y no le pasará nada.
-
Entonces, ¿no me va a ayudar?
-
Pero, ¿en qué te puedo ayudar?
-
Es que me dijeron que podría no ir si tenía
alguna enfermedad y…
-
Y… ¿qué Pedro? ¿Querías que yo certificara que
está enfermo? ¿eso?
-
Pues… sí.
-
Pues, no. No puedo, ni debo. Ellos traen a sus
médicos y serán ellos a quienes corresponde realizar el examen, no a mí. Pero,
no tengas miedo, te repito que no le pasará nada al muchacho.
-
Doctor, ¡por el recuerdo de su santísima madre,
que en Gloria esté!, ¡hágame usted ese favor!, diga que mi Chucho está enfermo
de algo, aunque no sea cierto, yo le puedo pagar; usted me conoce, somos
pobres, pero le pagaremos. Por favor.
-
No Pedro, no es cuestión de dinero, no puedo, el
único que puede es el doctor que le hará el examen. Jesús está muy sano.
-
- -
Sí, debía ser él. “…bigote
delgado, flaco, pelo corto y tiene un pequeña cicatriz en la frente. Pero no se
te ocurra ofrecerle dinero porque es muy capaz de mandar arrestarte”. En
ese momento, ya no le importaba lo que pudiera sucederle, estaba decidido a
todo, a todo.
Hacía dos años le habían platicado que establecerían esa dizque “educación militar”, y desde aquel momento había temido que se llevaran a su hijo mayor. Ahora sus dudas habían desaparecido para dar paso a la cruda realidad. A un año de esa noticia se llevaron a los primeros jóvenes que tenían 18 años. En esa fecha el chico cumplió 17. Cuando regresaron a sus hogares contaron que los levantaban muy temprano a realizar prácticas militares que los dejaban exhaustos y que había castigos muy duros para aquellos que no cumplían con lo que se les encomendaba, o para los rebeldes.
¡Dos años!, dos largos años de zozobra y de temor lacerante que lo habían hecho envejecer prematuramente. ¿Sería verdad que estaba tomando las cosas en un sentido diferente?, ¿habría creado él un problema donde no lo había? Tristemente era verdad, era cierto todo lo que se decía del comportamiento de los soldados para con los jóvenes. Sí, desafortunadamente, todo era una espantosa realidad, no era mentira nada; pero, ahora, cierto o no, se llevarían a todos los que tuvieran 18 años y, desgraciadamente, su primogénito tenía esa edad. El único que podría determinar que no fuera era el hombre que tenía enfrente. Se persignó mentalmente y se le acercó.
-
Doctor, ¿podría hablar con usted un momento?
-
Diga, ¿Qué se le ofrece?
-
Es que… ¿no sé cómo empezar?...
-
Ya empezó, así que sígale o si no… ahí está la
puerta.
-
…fíjese que mi muchacho tiene 18 años -balbuceó-
-
¿Y?
-
Pero… él está enfermo. -dijo esto último ya con
un tono más alto, casi alegre-.
-
¿Qué es lo que tiene?
-
A… ataques, sí, le dan ataques.
-
Ah! Y… ¿cómo se pone?
-
Pues… como un loco, se muerde, tiembla mucho, y…
-
¡Basta! -lo interrumpió tajante el militar- ¡ya
estoy harto! ¿me oyó? ¡Estoy harto de soportar a los puercos, cobardes como
usted!, que sólo piensan en protegerse, en huir, en esconderse, nunca en pelear.
No amigo, no es usted el primero, pero espero que sea el último marica que
viene por aquí. Por eso se creó el Servicio Militar, para formar hombres, pero
hombres de verdad, no viejas vestidas de pantalones ¡como usted!; hombres que
sirvan a la patria, que tengan sangre en lugar de atole en las venas…
-
- -
-
Pedro, ¿qué estás haciendo aquí? ¿por qué no
pasas?
-
Es que… estoy muy cansado. Acabo de llegar.
-
Acabaré de llegar? -No recordaba nada. Le
dolieron tanto las palabras de aquel soldado que perdió la noción del tiempo y
del espacio. ¿Cómo era posible que le llamaran cobarde y vieja? a él, a él que recordaba claramente el olor de la
pólvora y el color de la sangre confundida con la tierra, proveniente de una
masa informe de carne y huesos, sin vida. A él, que había perdido a todos sus hermanos
en la revolución, una revolución que sólo les dejó miseria, destrucción y
muerte. ¿Por qué? Por algo que nunca supieron, pues un buen día se los llevaron
en la leva y jamás regresaron. Sólo supo que habían muerto, en una emboscada,
en el frente ¿y de sus cuerpos? nada. Y ¿a sus padres?, los habían matado
también, pero no fueron siquiera federales, fueron los “revolucionarios”
hambrientos de matar y robar. ¿Revolución? ¡Maldita revolución! ¿Cómo terminó
lo del militar?, no lo recordaba. Hundido en sus pensamientos, ahogado en ese
dolor que nunca se podía sacudir, volvió a la realidad, cuando le habló su
esposa. Se sentía deshecho moralmente y en completa derrota. Una vez más, la
vida le había golpeado duramente pero ahora ya no tenía fuerzas. Muchas veces
había pensado en irse a otro lugar, a otro pueblo, pero… en todas partes sería
lo mismo. A los ranchos entraban por los jóvenes para llevárselos al famoso
servicio, así que no, ahí sería igual que en otra parte, ya no había solución.
En su mente se agolpaban las palabras de los que habían regresado del primer
año, eran dolorosas, tristes. Los trataban como animales, los castigaban
duramente y los convertirían en asesinos. Aquello debía de ser el infierno.
- - -
Hasta entonces fue cuando mi padre se dio por vencido y tuve
que ir al examen médico que resultó positivo, o sea que tenía que dar el
servicio ya que estaba en perfectas condiciones físicas. Mi padre no habia
podido evitar lo que siempre detestó: que me iniciaran en la triste profesión
de matar por oficio y fui al sorteo…
-
Moncada Suárez, José –gritó un obeso sargento- después un silencio largo, muy largo, tanto como aquella columna de conscriptos presentes y, después de que unas manos callosas habían girado una enorme esfera hecha de alambre, se escuchó:
Moncada Suárez, José –gritó un obeso sargento- después un silencio largo, muy largo, tanto como aquella columna de conscriptos presentes y, después de que unas manos callosas habían girado una enorme esfera hecha de alambre, se escuchó:
-
¡bola blanca!
(este cuento lo escribí hace muchos años basado en la plática tenida con un ex revolucionario quien no tenía, como se ve, el mejor recuerdo de la Revolución Mexicana. Fue publicado en la revista "El Cuervo" del taller literario que hubo en el Centro Cultural "El Nigromante")
(este cuento lo escribí hace muchos años basado en la plática tenida con un ex revolucionario quien no tenía, como se ve, el mejor recuerdo de la Revolución Mexicana. Fue publicado en la revista "El Cuervo" del taller literario que hubo en el Centro Cultural "El Nigromante")
Tiempo libre.
Hace años siendo yo representante del grupo en la Escuela
Normal del Instituto “Las Casas” organicé una semana cultural poco antes de
terminar la carrera y una de las actividades fue conocer cómo se adquirían las
plazas para maestros. Se invitó a un supervisor cuyo nombre no revelaré porque
todavía vive y él nos explicó que había dos posibilidades, ser federal o
estatal; nos dijo que el primer patrón era más seguro y generoso y el segundo
no. Aclaró muchas dudas pero yo que fungía como moderador pregunté por qué
razón no se aprovechaban los meses de vacaciones para que se actualizaran los
docentes lo que causó sorpresa y disgusto en el ponente pues “ese” era un logro
sindical y que no pensaría así cuando estuviera en servicio. Congruente con
aquella idea hace años tuve la oportunidad, formando parte del comité de la
Sección 45, de proponer en un congreso en Chihuahua, Chih. dos proyectos: que
las plazas directivas no fueran permanentes sino que fueran limitadas a cinco o
seis años, aunque pudiera haber reelección como sucede en otros niveles de
educación media superior y superior y, que los efectos de carrera magisterial
no fueran permanentes para que ésta fuera un interés en mejorar las estrategias
del desempeño escolar docente y con ello el esfuerzo económico llegara a los
alumnos. Aunque ambas propuestas quedaron formando parte de la memoria de
aquella reunión la respuesta fue inmediata de parte del Mtro. Ricardo Aldape
del CEN del SNTE quien presidía la mesa de trabajo respondió que yo no sabía lo
que sugería y que estaba seguro que yo no tenía ninguno de los dos beneficios
que tan absurdamente criticaba. Antes de sentarme, entre la risa burlona de
varios compañeros, mencioné que había obtenido en sendos concursos el
nombramiento de director de secundaria y el nivel B de carrera magisterial.
Tiempos nuevos soplan para la educación y ésta ha sido y
seguirá siendo la herramienta fundamental para todos los pueblos. Los padres de
familia y maestros son los responsables de generar los ambientes necesarios y para
que los alumnos aprendan lo que pretenden (y aun lo que no pretenden) los
enseñantes. Reacios a ser evaluados por la sociedad e incluso por las mismas
autoridades educativas algunos maestros rechazaban que se contrataran los
profesores de acuerdo a los resultados de evaluaciones previas. Desde luego
habrá que cuidar que ese cuerpo evaluador, hoy presidido por la Mtra Silvya
Schmelkes sea un espacio independiente e imparcial, despolitizado y justo. Esto
será saludable a largo plazo y permitirá una relación docentes-padres de
familia más estrechas y respetuosa que puedan mejorar el entorno del alumno
pues los casos que conozco en una proporción alta acusan una falta de ambiente
favorable en el seno familiar que ha propiciado un abandono de muchos alumnos
que generan el siempre presente acoso al más débil hoy multicitado en los
medios como bulling. Yo mismo tengo desviado el coxis como secuela de una
“broma” de un grupo de compañeros que lidereaba el más fuerte (o agresivo)
médico hoy. Los días efectivos de clases en años todavía recientes era muy
inferior a los 200 días actuales y los meses de “vacaciones escolares” eran
dolor de cabeza para los padres de familia.
Hace treinta y siete años, al ser todavía un estudiante
normalista, Raúl, un joven inquieto quiso cooperar con sus vecinos del barrio e
invitó a que le enviaran al Parque “Benito Juárez” a sus hijos durante esos
días, así nació su escuela de Iniciación del Tiempo Libre. Sus
pretenciones aparentemente no eran muy ambiciosas quería que aprendieran las
bases de la educación física y algunas técnicas del básquet. Por supuesto casi
tan interesados como los padres (sic) los niños acudieron felices. La buena
noticia se propagó rápidamente y cada vez eran más y más los interesados en
inscribirse, lo que obligó a que Raúl el “Pecas” y Lupita su esposa invitaran a
otros compañeros aspirantes a profesores de Educación Física para que los
apoyaran con la aclaración de que no habría sueldo pues no se les cobraba a
ninguno, así llegaron sus compañeros Valentina Arellano Cortez y José Antonio
(Pepe) Rodríguez Ramírez. Como pudieron solventaron el problema, no menor, de
balones, redes, silbatos, escobas, trapeadores, etc. Al final del curso se pide
que los padres de familia participen en actividades conjuntas con sus hijos y
éstos se esforzan en superar a sus mayores y demostrar sus avances obtenidos.
Sana convivencia que debería ser la constante en todos los hogares. Se les
proporcionaba un diploma con el objeto de estimular a los participantes. Se
empezó a solicitar que, en la medida de sus posibilidades, los padres de los
alumnos apoyaran en los gastos mínimos. Esto cayó en tierra pedregosa pues los
frutos eran magros. Se recurrió a las autoridades correspondientes y tampoco
hubo mejores resultados, para eso no había presupuesto. Este año se les pidió
una cooperación de cincuenta pesos por semana (serán tres) para solventar los
gastos necesarios antes enumerados pues a los chicos también se les dan
manualidades y se les lleva de paseo. Al final se les rifan los balones o sea
que casi se les devuelve lo que aportaron. Poco a poco otras personas fueron
viendo la oportunidad de que se ocuparan ese tiempo para obtener algún ingreso
extra, lo que es lícito, y hoy en día existe una enorme gama de lugares en
donde se ofertan cursos de verano de todo tipo, casi todos pagados.
Por desgracia muchos padres de familia simplemente no se
preocupan por que sus hijos tomen este tipo de cursos o asistan a clases de
regularización, o se guían por dónde duran más los chamacos para no tenerlos en
casa. Normalmente no investigan en dónde pueden ser mejores estudiantes sus
hijos, no revisan sus tareas y llevan a sus muchachos simplemente a que la
escuela los eduque cuando la educación, buena o mala, ya la reciben en sus hogares
y en la escuela se privilegia la instrucción. Los resultados son chicos que no
se quedan en las escuelas y pronto delinquen en una sociedad en la que todos
tenemos una función que desempeñar y no podemos endosársela al vecino.
Hoy, la vida me ha regalado la oportunidad de ver que las
“vacaciones escolares” (receso escolar) es ocupado poco a poco como espacio
para que el magisterio reflexione sobre los resultados escolares, la planeación
del ciclo siguiente y la necesaria actualización académica, igualmente exámenes
de evaluación para los aspirantes a docentes, la reubicación de plazas que no
se justifican, la terminación de los comisionados sindicales y administrativos,
ya hay cursos de inducción para directivos y la desaparición de carrera
magisterial que fue producto de buenos propósitos pero que en la presión
sindical se desvirtuó pues originalmente era sólo para los docentes frente a
grupo y poco a poco fue perdiendo el espíritu de ser un acicate para los
profesores de banquillo. Cambios necesarios que terminarán con muchos vicios,
¿creo entonces que la culpa del deterioro educativo es de los profesores? ¡No!
La autoridad uso a los líderes sindicales como grupos de control político y
ahora los desecha porque ya no le dan los resultados convenientes y el
desprestigio social lo hacía necesario. Una de las últimas determinaciones,
desde mi punto de vista, absurdas y lesivas fue que todos los alumnos pasen
¡sepan o no! Y los padres de familia no han protestado y lo peor, algunos lo
celebran; cómo vamos a progresar con una juventud sin disciplina y exigencia,
ahora a los niños ya no se les puede exigir o llamar la atención ¡porque se les
trauma!, o te demandan en derechos humanos. Una cosa es tolerancia cero para
los abusos que se cometan en su contra y otra, muy distinta, es premiar su
falta de disposición al estudio, hábito que debieron adquirir en su casa y en
los primeros grados.
Casos como el del Profe “Pecas” no hay muchos pero sí hay,
profesores que, sin esperar nada a cambio ofertan sus conocimientos o
habilidades, muchos o pocos, en beneficio de otros, aunque los medios no se
interesan en divulgarlos; como él, otro ejemplo, el Profe Chabelo continuó por
su cuenta con aquel programa de Rincones de lectura y con el apoyo de XESQ
lleva ya dos décadas insistiendo en el beneficio de la lectura, recientemente
impulsa también un proyecto para que los niños conozcan el sabor de la lectura
y se aficionen a ellos. Un fraternal abrazo para éstos y a través de ellos a
todos los que, devuelven a la sociedad un poco de lo que recibieron como
profesores en servicio. Felicidades a Lupita Elizarrarás García y Raúl
Rodríguez Gutiérrez por su iniciativa y continuidad por 37 años en su escuela
de mini básquet y al Profe Chabelo que
después de tantos años han trabajado sin otro interés que el beneficio de los
alumnos para que mañana sean verdaderos hombres de provecho pues un hombre
educado que mejore su entorno, conozca y defienda sus derechos es lo que
necesita nuestra patria.
DON MONICO RAMIREZ
Las Fiestas, Costumbres y Tradiciones del pueblo siempre han
tenido que luchar contra corriente en 1777 el padre Díaz de Gamarra declaraba
saber muy poco sobre la antigua cultura indígena de la región, o por haberse
perdido la memoria o “porque(,) estando ellos (los indígenas) aún sin especial
cultura, no quieren comunicarla(,) recelosos de algún daño”. (“Fiesta y
Tradición”, pág. 7). Las autoras mencionan que “…un recorrido por el calendario
festivo actual y la tradición oral ponen en evidencia la persistencia de una
memoria indígena con mayor fuerza que la que nuestra información documental nos
permite suponer...” Pese a todo, la única explicación que tenemos para ello es:
la devoción, sólo así podemos entender que haya subsistido ese patrimonio
inmanente y que desde lugares muy lejanos, contra viento y marea, con miles de
penurias, sin apoyo de las autoridades, nuestro pueblo regrese año con año a
postrarse a los pies de la imagen de San Miguel Arcángel.
En esta ocasión quiero referirme a Don Mónico Ramírez, es
hijo de josefino Ramírez y Vicenta Ramírez Pérez del rancho de Guerrero. Tierra
de danzantes y tradiciones. Uno de sus abuelos se llamó Mónico y por eso le
pusieron así. Es Capitán General porque lo heredó de sus ancestros y el ser
danzante se lleva en la sangre y el corazón. Hombre apegado a sus raíces quiere
la celebración como la vio y la vivió. Dice:
Durante la fiesta de San Miguel se le daban 3 vueltas al
jardín, como no eran tantas era posible dárselas, hoy en día son tantos grupos que
ya no es posible, menos cuando la autoridad, con el pretexto de obtener el voto,
dice que las tradiciones se harán como fueron originalmente pero cuando llegan
al poder se les olvida su compromiso. Las tres vueltas al jardín tienen su
significado que es: por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Anteriormente
también entrábamos a la presidencia, por el Divino Preso. Hubo ciertos
problemas y ya no seguimos con eso.
Anteriormente iba una danza de pluma y un xúchil y hace
sucesivamente. Si no diera apoyo económico el gobierno se vería quienes lo
hacen por tradición y vocación y quienes lo hacen por dinero. Y el problema se
agranda si vemos que a todos se les apoya con la misma cantidad sin fijarse en los
gastos que tienen las diferentes danzas. Yo tengo gente desde el viernes porque
hago la velación; ya en la noche tengo que darles pan y café o atole mientas se
está trabajando la cucharilla. El sábado en la mañana llega la gente que va a
bailar. Temprano hay que darles de almorzar y antes de salir darles de comer
para estar listos a las cuatro de la tarde. El domingo otra vez hay que darles
el desayuno y luego, al que quiera, se le ofrece sopa o frijoles, lo que uno
pueda porque no se puede más. Nosotros no salimos en el desfile (del domingo)
que sacan desde San Antonio. Nosotros llegamos directamente a centro y bailamos
antes de que lleguen todos y como después ya no quieren ruido, ahí terminamos
para venir ahora si a comer algo más fuerte. Descansamos un rato para estar
listos a las 4 de la tarde cuando ya
terminaron con su ruido, ya ve que suben a los que van ahí pero los que vienen
conmigo esos sí creen en los santos. No nada más vienen a hacer un desfile y ya,
ésos son los que vienen de fuera y los apaches. Terminando su desfile y después
que suben “al monumento de Fray Juan” ya no se les vuelve a ver. No vienen por
devoción. En cambio los de mi grupo si vienen por devoción.
Los que vienen conmigo vienen como se hacía a la antigua.
Durante la fiesta de San Miguel bailamos en la parte de abajo del atrio, en los
escalones o podemos hacerlos junto a la
cruz (atrial) o en el otro lado junto al monumento (del Señor Sollano). Como
algunas danzas son más recientes me dicen: -oye queremos bailar, ¿dónde podemos?,
y yo les concedo, -allá junto a la Sta.
Escuela o junto a la crucecita. Esto se hace porque estamos reconocidos desde
hace muchos años. ¿Cómo sería posible que una danza que se pare de hoy a mañana
le quite el lugar a otra con más tiempo?. ¡Ni los Sres. Curas!. Es que nosotros
tenemos ya muchos años. El año que sacaron que no bailaran los chiquillos o que
los grupos no pasaran de 30 porque ya habían rendido mucho. En esa junta yo les
dije: -ustedes son los que hacen cabeza en los grupos de danza y si ustedes
están de acuerdo y los que están en el poder también, sepan que yo, no estoy de
acuerdo.
En el grupo de don Mónico bailan danzantes de otros lugares
y para seguir con esa costumbre está saliendo todo el año a diferentes lugares
para corresponder las visitas. Agrega: -no sé el número exacto de los que van a
venir pero si vienen más de los que ponen como límite ¿cómo les voy a decir yo
que no bailen porque ya no alcanzaron lugar?, regrésense. ¡No!, toda la gente
que me llegue va a bailar, así sean 100. Ahora, los chiquillos, ésos son los danzantes
del mañana, cuando ya no estemos, cuando ya no podamos, esos son los que van a
seguir. También el recorrido lo quieren cambiar. En todos los años que tenemos
ha sido el mismo pero ahora le hacen cambios; ésos que están en el poder por 3
años y después de eso ya no son nadie. Igualmente en la reseña querían cambiar
el recorrido y yo les dije que no, -lo vamos a cambiar porque ya tiene muchos
años, que -porque es sentido contrario. Pues para eso queremos que vaya Tránsito
si no ¿para qué lo queremos?.
Desgraciadamente hace tiempo se nos quitó la imagen de San
Miguel de la Morisma que pertenecía a Guerrero. Era una imagen de San Miguel
Arcángel hecha de marfil que peregrinaba todo el año quedándose en diferentes
comunidades pero la víspera de la fiesta regresaba a la comunidad porque se le
hacía su velación, actualmente se le llama San Miguel de la Morisma a una
imagen que traen pero esa no es la original, aquella la recogió el señor cura Mercadillo.
La imagen se quedaba toda la semana después de la fiesta al sacarla de la
parroquia. En el panteón viejo se llevaba a cabo el Bendito: se llevaban las
ánimas, a Señor San Miguelito y sus ofrendas. Se hacían las limpias a quienes
llevaban sus veladoras; es lo que ahora se hace a los ocho días como fin de
fiesta, pero lo del Bendito se acabó. Lo que si se sigue haciendo el día de la
reseña es entrar al panteón viejo en donde dejamos una ofrenda para nuestras ánimas
que consiste en veladoras y flores al igual que se entonan diferentes cantos.
En el lugar donde está el puente, durante la administración de Correa se nos dijo que iban
hacer una glorieta como la del Pípila, y se nos preguntó que qué queríamos que
quedara en el centro y le dijimos -que fuera la misma Cruz que ahí estaba que
es la Cruz del Cuarto, pues ahí se hacían los encuentros. Los encuentros eran a
San Miguelito y a las ánimas, después se cambió el lugar del encuentro a
enfrente de donde está la central camionera, ahí duro muchos años. Ahora se
hace junto al puente, pero ese no era el lugar original. Antes la danza que
llegaba se ponía atrás de la que hubiera llegado antes y así se iban formando.
Entonces se sahumaba las imágenes, se recibían las danzas y se hacían las
limpias. Ahora hasta las mojigangas han metido. Se les pidió que entonces
fueran hasta atrás del desfile pues ellos necesitan una banda y rompe con la
tradición original.
Las mismas danzas han sufrido modificaciones pues ahora ya
los danzantes no les gustan usar la nagüilla original de los concheros, y se
visten como aztecas. Su grupo se llama “Danza Chichimeca de Concheros de rancho
de Guerrero” y son de 150 a 200 los integrantes aunque vestuario de concheros
sólo tienen veinte. No todos los del grupo son de aquí muchos vienen de fuera y
vienen pagando la visita que hacen a diferentes lugares de la republica pues
todo el año los de aquí están saliendo a diferentes lugares: México, Toluca,
Guadalajara y Cd. Juárez entre los lugares más alejados y cada quien paga su
pasaje. Aquí en el estado es menos difícil pues es a Dolores, los Apaseos,
Cortázar, Celaya, etc., al llegar a esos
lugares pagan sólo el transporte ya que allá les ofrecen la comida y dónde
dormir. Por eso cuando vienen, todos los gastos van por cuenta de los de aquí.
Hay lugares que solamente se va por devoción y no les apoyan en nada, como el Llanito
a donde antes iban caminando de Guerrero al Llanito cargando con petates,
cobijas y qué comer. Desde hace 10 años ya no van el mero día de la fiesta sino
otra fecha, hacen la visita, dejan una ofrenda y se regresan.
El problema de los apoyos económicos surgió con el 450
aniversario de la fundación de San Miguel, en esa fecha, buscando el lucimiento
se entregaron apoyos a muchos grupos por lo que empezó a verse como un negocio.
Don Mónico dice: -ese año se dieron premios: una pluma de oro, una de plata y otra
de cobre (de bronce), también se premió con dinero en efectivo hasta el 6º
lugar; eso lo descompuso todo. Antes las danzas venían por devoción al fundador
de la ciudad y sin mayor interés que honrar a San Miguel. Venían los viejitos
de Michoacán, la danza del carricito de Purísima de bustos. Cada quien pagaba
sus gastos no como ahorita que estiran la mano para que les den. El último año
que estuvo Verónica Agundis muchos ya no querían bailar ¡porque no había dinero!,
son fiestas del pueblo y siempre se hacían sin que nos dieran nada. Es que yo
vengo de una tradición y repito lo que yo veía, nada se nos daba y se hacía. Lo
mismo que el horario un año nos decían que nos esperáramos para esperar a las
otras danzas que todavía no llegaban yo les dije -esta es mi tradición y se
sale a las 5, esos que no han llegado no traen devoción ni tradición, sólo
vienen por salir en el desfile nosotros sí. Aquí el gobierno no tiene que
entrar para nada.
Nosotros aquí hacemos velaciones, una velación el viernes de
la fiesta, el día de la reseña y para el Señor de la Conquista. Mis hermanos
hacen también su velación en Guerrero y después traen sus ánimas. Ahí elaboran
muchos bastoncitos con los que vienen marcando el camino hasta aquí. En el
rancho de Tirado se levanta un xúchil, ahí dejamos 14 bastones alrededor del
xúchil y lo sahumamos y la danza baila alrededor. Nosotros repetimos lo que nos
tocó ver pero hay muchas otras cosas que al faltar los señores grandes ya no se
hacen, por eso ya no es como se hacía originalmente; yo no vengo a bailar
porque me vean ni para quedar bien con el gobierno, yo vengo a bailarle al
patrón, a San Miguel, éstas son fiestas de las comunidades, son por devoción no
por el dinero que dan. Los santitos agradecen pues aunque ahora ya no hay
dinero, ni siquiera trabajo, no teniendo nada, de pronto no falta quien me hace
fuerte y el dinero sale. Es el santito que agradece, sí señor. Por eso siempre
vengo a persignarme, le prendo su veladora; me encomiendo a ellos cuando salgo
y les vengo a agradecer que me regresen con bien a mi casa. Dejo la casa de don
Mónico que huele a copal, envuelta en un aura de luz, protegida por sus ánimas
que danzan en el infinito al ritmo de las conchas y monótono sonido de los
huesos de fraile.
Mónico Ramírez, orgullo de sus ancestros, orgulloso de ser
conchero y orgullo de San Miguel.
LAS TARDEADAS
El mes pasado se cumplieron 55 años de que el Gobernador del
Estado, Lic. Jesús Rodríguez Gaona otorgó en comodato el edificio de lo que fue
el Rastro Municipal pues se le había construido uno más apropiado en la Calz.
De la Luz. Tras algunas modificaciones fue inaugurado como Biblioteca Pública
de San Miguel de Allende que desde entonces ha sido un punto de referencia para
la cultura de nuestra ciudad. Incontables profesionistas obtuvieron ahí los
apoyos necesarios para terminar sus carreras. Muchas escuelas rurales fueron
beneficiadas con un pie de biblioteca gracias a la visionaria mente de un
sanmiguelense por adopción, el Sr. Dickinson.
Antes que ser un centro cultural fue un centro espiritual
gracias a otro benefactor el R.P. Hipólito Aguado, C.O. Quien con sus propios recursos construyó el
Templo y Beaterio de Santa Ana y por muchos años, hasta las leyes de reforma
proveyó a muchas mujeres de casa, vestido y sustento. Años más tarde, el padre
Aguado sería fundador de la Congregación del Oratorio de Querétaro.
Hace medio siglo, los estudiantes de la Secundaria Oficial y
de Las Casas nos reuníamos para bailar en espacios particulares donde se hacían
tardeadas con tocadiscos, algún organizador voluntario conseguía un lugar
apropiado y cooperábamos para tener refrescos y cada quien debía llevar alegría
y mucha disposición de divertirse. En estas circunstancias fue que Javier
Martínez Tapia tuvo la idea de realizar una tardeada con el apoyo de don Manuel
Zavala Zavala y el Sr. Stirling Dickinson; el primero con la publicidad en la
radio y el segundo permitiendoles el uso del patio de la Biblioteca Pública.
El éxito de esta primera tardeada fue tremendo, porque se
hizo mucha publicidad y porque no había muchos lugares en donde divertirse los
jóvenes. Don Manuel, como siempre, abrió las puertas de la radio al proyecto y
don Braulio Zavala, que entonces trabajaba en Radio 590 “la pantera” del Núcleo
Radio Mil, consiguió que se anunciara en esa frecuencia y en Radio Mil. Igual
apoyo obtuvo de la Sra. Ana María Ramos de Olivares en Radio Juventud de
Celaya. La coca cola local contribuyó con la publicidad impresa, el boletaje y
todo el producto a consignación, en iguales condiciones apoyaron la Srita. Lucina
Sánchez con el vino y la corona con la cerveza.
Javier llevó publicidad a Morelia, Acámbaro, Salvatierra,
Irapuato, Salamanca, Querétaro, San Juan del Río, Dolores Hidalgo, Comonfort,
etc.; aquí se promovió en los Turismos “Allende” que llegaban a la Terraza, la
Flecha Amarilla que tenía su base en la Plazuela de San Felipe y la Herradura
de Plata. Se promovió, en serio. El evento tuvo una respuesta favorable. Estaba
anunciada a las 7 de la tarde y desde las 6.00 la calle de insurgentes,
entonces no tan concurrida como ahora, estaba llena de autos de jóvenes que
vinieron de fuera al grado de estorbar el paso de los autobuses de La Alteña
que tenían su oficina en una lonchería que estaba junto a la Biblioteca. Los
propietarios de algunos autos tuvieron que salir a buscar otro estacionamiento.
Estaba programado para que terminara a las once de la noche pero los de fuera
empezaron a retirarse antes. Fue todo un acontecimiento. Prendieron a los
asistentes con aquella canción de “Quisiera” que estaba de moda y… a bailar.
Las entradas eran a $ 5.00. Cuando se hizo el corte, los
German’s que iban casi por amor al arte les tocaron $ 600. Todo un capital.
Javier también entregó un donativo a la casa hogar de $500 que recibió la madre
Teresa Calderón, otro de $ 100 pesos para la Biblioteca que el Sr Dickinson
rechazó porque, dijo, era en beneficio de la juventud, pero se los entregaron a
Tere Gutiérrez Tinoco que ahí laboraba, el Profr. Nacho Espínola, que les apoyó
en la puerta también alcanzó $ 50. Javier Martínez, inquieto por naturaleza
dice que le nació la idea porque entonces los jóvenes no tenían donde
divertirse pues sus actividades eran: la misa, el cine y dar vueltas en el
jardín. A partir de entonces se repitieron eventos similares pues aunque ya no
se le daba la difusión que tuvo éste eran muy concurridos y dieron impulso a
muchos grupos.
Durante algún tiempo estuvieron realizando tardeadas en la
Biblioteca pero llegó un momento en que el espacio era insuficiente y se
contrató el frontón. Javier Martínez trataba de traer grupos de moda de
diferentes ciudades circunvecinas que alternaban con los German´s. don Pancho
Mota era el secretario general de los músicos y exentó de la cuota de paso a
los grupos que venía para apoyar esta fiebre juvenil que había. Y es que había
una razón muy fuerte, los grupos foráneos que tocaban venían porque eran amigos
de Javier y no había un contrato porque no había la certeza de que asistieran
siempre. Afortunadamente nunca se fueron con las manos vacías, se les daba
$1,500 ó $2,000 pesos. Claro que San Miguel tenía un atractivo que no tienen
los vecinos: las gringas. A las tardeadas asistían muchas jóvenes estudiantes y
fácilmente los “artistas” ligaban a alguna de las extranjeras que venían a los
cursos de verano del Instituto “Allende” y la Academia Hispanoamericana en
donde se colocaban carteles anunciándolas.
Los German´s, estaba formados por: Chucho Yáñez (requinto y
voz) –sobreviviente de Los Electrones-, Aurelio Silva (bajo), Rubén Licea
(guitarra de acompañamiento), Bernardino Godínez “el compis” (órgano) y Felipe
Espínola el “Neri” (batería). Más adelante llegaron Felipe Solís en lugar de
Bernardino Godínez y en lugar de Felipe Espínola entró José Luis Bautista
“Huichol”. A su desintegración Javier contrata otros grupos que fueran
atractivos y llegan a San Miguel, “Los Monjes”, un grupo del Salamanca donde
tocaban Carlos Bracho del D.F., Agustín Frías, de aquí de San Miguel su hermano
Tony que trabajaba en Bancomer.
Entusiasmados por ese auge de la música orientada hacia los
jóvenes hubo otros promotores como Trini Arellano que trabajaba en la
presidencia, el Profe Benjamín García que estaba en la XESQ y otros que
siguieron haciendo tardeadas en la Biblioteca o el frontón, Javier recuerda que
con Trini hizo una tardeada muy importante que se hacía los Jueves de Corpus,
tal vez iniciada por los Escuderos de los Caballeros de Colón para sus socios
ellos hacían sus tardeadas en Sollano y luego en Pila Seca. Trini Arellano y él
hicieron el evento en el Frontón; pero para atraer a más gente “Los Swan´s” que
ya se habían dado a conocer fueron anunciados como “Los Cisnes”, fue un
exitazo.
No todo fue miel sobre hojuelas. En una ocasión Javier pasó
muchos apuros pues puso sobre el asador a: “Smoke”, “La Generación” (Irapuato),
“La Crema” (Salvatierra), “Los Estudiantes” y “Los Libertadores” (Dolores
Hidalgo). El boletero era el profe Benjamín. Contra todos los pronósticos, a
las 7:30 no había un solo boleto vendido; 7:45, desierto el frontón. De pronto
empezaron a llegar al grado que la fila que se formó estaba desde la entrada
hasta la calle de reloj. A las 8:15 no cabía un alma. Lleno total.
El desarrollo de la tecnología propicia muchos cambios,
modifica cambios, la primera tardeada con los actuales sonidos la hizo el Club
de Estudiantes Sanmiguelenses de la Universidad de Guanajuato, cuando la
presidía Jaime Martínez Tapia, fue con el sonido Bulldog que alternó con “Los
Swan’s”. Hoy en día la mayoría de las fiestas las “amenizan” los sonidos que,
ignoro las razones, tienen la comisión de dejarnos sordos pues suben el sonido
hasta niveles superiores que es imposible conversar con los comensales que
compartimos la mesa. Qué tiempos aquellos cuando entre canción y canción había
el tiempo necesario para platicar. Aunque no faltaba alguna que otra “sordita”
a la que había que hablarle casi en el oído. Tiempos idos. Recuerdos gratos.
Después de un percance Javier se retiró de la organización
de las tardeadas pero mientras estuvo al frente siempre les llevó donativos a
la Casa Hogar. Víctor Luján de radio Éxtasis de Guadalajara lo entrevistó pues
su nombre era ampliamente conocido en el ambiente musical. Sólo cambió de giro
pues sigue de organizador ahora de apoyos para quienes, como él, tienen
problemas visuales. Uno de los últimos fue para apoyar con lentes intraoculares
y bastones de parte de la Asociación Santa Lucía. El evento fue en el Ring en
donde actuó la “Revolución 4”
interpretando música de los Beatles y fue un éxito total.
Hoy Javier sigue luchando porque todos apreciemos más
nuestros órganos, como la vista, pidiendo para dar caridad. Tenemos que
aprender el valor de las personas y las cosas antes de que nos falten. Pensar
en la noche cuando todavía brilla el sol. Prevenir. En 1998 tuve un accidente
de trabajo que me dejó como recuerdo unas hernias discales y complicado por la
falta de ejercicio, me llevó a tener osteoporosis; por si fuera poco, mi
columna sufrió otro embate cuando en alguna parte me contagiaron el virus de la
tuberculosis y éste se alojó en mi lumbar 4, algo no muy frecuente, lo usual es
que lo haga en los pulmones; total que eso, me tiene con problemas de
locomoción. Pero quizás tuve que llegar a este estado para valorar la vida, la
familia y desde luego el valor de la salud sobre cualquier otro bien.
Sigo aprendiendo. Javier enseña con su vida, limitada
físicamente pero poderosa en su capacidad y decisión con la Asociación de
Invidentes “Santa Lucía”, A.C. Aprendo que esto es una etapa y que lo
importante es adaptarse y devolver todos los días el amor que estamos
recibiendo. Ver la hoja blanca y no el punto negro en esa página. Somos tan
importantes que un Dios nos compró con su sangre. Trabajemos hasta el último
momento de nuestra existencia por buscar aportar algo por mejorar nuestro
entorno. Algo podemos y debemos hacer. Pues no basta morir para estar muerto,
muerto es aquel que no vive la vida en plenitud, quien sólo la vive para sí
mismo, quien la esconde y la malgasta, quien ha perdido horizontes de
eternidad.
El otro Javier también enseña, dirigiendo este boletín:
comprometido, solidario, generoso. Cómo es cierto aquello de que “nadie sabe el
bien que tiene, hasta que lo ve perdido”, pero la vida nada nos debe, estemos
en paz.
Pan, pan, panadero…
El pan de muerto es un tipo especial de pan que se prepara
en México. No es un pan de consumo cotidiano (aunque se prepara desde julio),
puesto que está asociado íntimamente a la celebración de la festividad conocida
como Día de Muertos, festividad que puede durar desde un día hasta una semana
durante el mes de noviembre, dependiendo de la región mexicana en cuestión. La
difusión del pan de muerto está especialmente concentrada en el centro y sur de
la República Mexicana, donde el Día de Muertos es celebrado con mayor
intensidad.
El pan de muerto, que es para los mexicanos un verdadero placer, tiene su origen en la época de la Conquista, inspirado por rituales prehispánicos, y hoy en día es uno de los componentes más importantes de las ofrendas dedicadas a los Fieles Difuntos. Comer 'muertos' es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar.
Las poblaciones mexicanas especialmente del centro y sur del país han tenido un gusto particular por ese pan de fiesta, pan dedicado a los difuntos que regresan a reencontrarse con sus familias el 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre, de acuerdo con la tradición de "Día de Muertos" que se ha heredado de generación a generación desde hace varios siglos.
El gusto por la elaboración de un pan especial para el caso se remonta a la época de los sacrificios humanos y a la llegada de los españoles a la entonces Nueva España (ahora México), en 1519. Cuentan que era un ritual en el México de antes de la conquista que una princesa fuera ofrecida a los dioses, su corazón aun latiendo se introducía en una olla con amaranto y después quien encabezaba el rito mordía el corazón en señal de agradecimiento a un dios.
Los españoles rechazaron ese tipo de sacrificios y elaboraban un pan de trigo en forma de corazón bañado en azúcar pintada de rojo, simulando la sangre de la doncella. Así surgió el pan de muerto. José Luis Curiel Monteagudo, en su libro "Azucarados Afanes, Dulces y Panes", comenta: "Comer muertos es para el mexicano un verdadero placer, se considera la antropofagia de pan y azúcar. El fenómeno se asimila con respeto e ironía, se desafía a la muerte, se burlan de ella comiéndola".
Otros historiadores han revelado que el nacimiento de ese
pan se basa en un rito que hacían los primeros pobladores de Mesoamérica a los
muertos que enterraban con sus pertenencias. En el libro "De Nuestras
Tradiciones" se narra la elaboración de un pan compuesto por semillas de
amaranto molidas y tostadas, mezclado con la sangre de los sacrificios que se
ofrecían en honor a Izcoxauhqui, Cuetzaltzin o Huehuetéotl.
También hacían un ídolo de Huitzilopochtli de "alegría", al que después encajaban un pico y, a manera de sacrificio, le sacaban el corazón en forma simbólica, pues el pan de amaranto era el corazón de ídolo. Luego se repartían entre el pueblo algunos pedazos del pan para compartir la divinidad.
Se cree que de allí surgió el pan de muerto, el cual se fue modificando de diversas maneras hasta llegar al actual. El pan de muerto tiene un significado, el círculo que se encuentra en la parte superior del mismo es el cráneo, las canillas son los huesos y el sabor a azahar es por el recuerdo a los ya fallecidos.
México es un país panadero, tanto para producirlo como para degustarlo. No hay desayuno ni merienda sin una pieza de pan dulce de la panadería más cercana o…no importa si queda lejos, la familia entera acude al tan querido “Vamos por el pan”, o la pregunta del enamorado que le pregunta a la cortejada: ¿a qué horas sales por el pan? Y en no pocas ocasiones el regaño paternal de ¿qué, fuiste a hacer el pan?
Según diferentes investigadores la variedad de panes fluctúa entre 1,200 y 2,400 incluso en una misma panadería pueden encontrarse hasta 40 ó 50 masas diferentes, desde la infaltable masa salada del pan blanco hasta la más elaborada como la de mil hojas.
Indudablemente el origen de los nombres del pan dulce se pierde en el tiempo, cada panadero personaliza sus creaciones con su facilidad para imaginar figuras ahí dónde sólo él las ve. Propensos como somos los mexicanos a la travesura, con picardía, cuando no albureando, bautizan las pequeñas esculturas comestibles con nombres que remiten las formas originales o son producto de la irresistible imaginación de los ayudantes
Andrea Balanzario nos da también algunos de los muchos nombres que tienen las piezas de pan: nalgas de bebé (porque tiene una rayita en medio) revolcadas, calzones, tetas de monja, mamones, panochas, pañalitos (pueden ser dulces o de jamón con queso), ojos de mula, de Pancha; cabeza de negro, chorreadas, hojaldras, campechanas, novias, chichis, pellizcadas, corbatas, rosquitas, cuernos, acambaritas, besos, nudos, barquillos, cemas (¿o semas?), espejos, flautas, abanicos, rollos, roles, terrones, banderillas o flautas, aviones, bigotes, yoyos, elotitos, nopales, coronas, tornillos de coco, chilindrinas, medias noches, niño envuelto, panqués, baguetes, polvorones, huesos, esponjitas, banderitas, colchones, bísquets, piedras y roscas de manteca, cocoles de anís o de miel, pambazo, alamares, fruta de horno, pan de pulque, pan de nata, palos, empanadas de todo lo que a uno de se pueda ocurrir, puerquitos y cientos de nombres más que seguramente usted que me lee podría agregar. El pan más buscado en todo el año es el bolillo, indispensable para las tortas o la telera que se llama así porque tiene tres hileras, pero las campeonas… ¡son las conchas, blancas o de chocolate!
Aquí en San Miguel tenemos el mismo gusto por el pan. Cada quien tiene su preferencia por el sabor de los alguna panadería, recordamos brevemente las de “La Colmena” de don Antonio Rayas, “La Purísima”, de don Trini Campos, en el barrio de San Juan de Dios la de don Fermín Zavala, en la calle de Hidalgo a don Juan Alvarado, “La Espiga” y varias más.
Permítanme en esta ocasión referirme a la de don Trini que algunas personas llaman todavía “Las Quince Letras” le pregunté a don Juan Campos la razón de esa forma de decirle y él me explicó que se debe a que ahí hubo una pulquería que se llamaba así, “Las Quince Letras”. Cuando por alguna razón decidieron venderla, su mamá doña Chole se enteró y le dijo a don Trini: -fíjate que venden la casa de la pulquería, ¿por qué no la compras?, a lo que don Trini le contestó -¿comprarla? ¿y con qué?, su esposa agregó –yo tengo unos ahorritos (economías que hacen muchas esposas prudentes). Ese capital sirvió para amarrar el trato y resto fue cubierto en abonos. En aquel tiempo (1935) la familia Campos Hernández vivía cerca (rentaba una casa hoy totalmente en ruinas en la prolongación de Hernández Macías frente a la casa-taller de don Rafa Sierra).
Don Trini estableció ahí la panadería oficio que ya venía desempeñando. Él era originario de esta ciudad y doña Chole nació en Tampico pero fue traída a radicar a San Miguel aun pequeña. Ellos procrearon a: Lupe y Guille que ya fallecieron, Gracia y Maricela, casada con Martín Gutiérrez; Pedro, que vive frente a la gasolinera, Juan, que siguió el oficio de su papá, Humberto, que es Arquitecto y ahora vive en Querétaro., Víctor, que es Ingeniero de minas y vive en Mexicali, y Luis, el más chico, que tiene una imprenta.
Como muchos muchachos de entonces don Juan empezó a trabajar muy pequeño, en las vacaciones de quinto grado fue enviado como aprendiz de mecánico con don Pancho Olvera, experiencia que no le dejó buenos recuerdos. Al año siguiente lo mandaron a la carpintería que estaba en la calle de reloj con don Guadalupe Rodríguez mejor conocido como el "pitos" a quien se le conoció mejor como artesano de aquellos monos de papel maché y los globos de cantoya que lo llevaron incluso a los EEUU. Recuerda que aprendió a cortar troncos de mezquite con aquellas “sardinas” que se usaban antes de las sierras eléctricas. Su sueldo eran dos pesos cada ocho días. El sueldo no me gustó pero si aprendió a trabajar. Varios de los estantes que tiene, me dice orgulloso, -yo los hice.
Después de probar en otros oficios se quedó a trabajar como panadero, en ese tiempo, aunque la seguía administrando don Trini, la panadería la dirigía su hermano Pedro. Su sueldo no mejoró pues le daba tres pesos el sábado y él se llevaba 40. En ese tiempo se empezaba a trabajar a la una de la mañana y terminaban a las dos de la tarde. Para hacer una actualización de los sueldos hace un comparativo: -una coca costaba un tostón ($ 0.50). En aquel tiempo el pan se entregaba en aquellas bolsas de papel periódico pegadas con engrudo, después se usó el papel de estraza, luego ya se compraban bolsas hechas también de papel y hoy en bolsas de plástico.
La panadería se inició ahí el primer día del carnaval de 1935, don Trini se retiró en 1974 es cuando don juan se hizo cargo de la panadería, hasta la fecha. Muchos buenos recuerdos y mejor sabor. Provecho.
Rock en San Miguel.
A finales de los años 50, el rock and roll llegó a México
por influencia de Elvis Presley y Bill Halley. Empezaban a aparecer jóvenes que
formaron grupos como Los Camisas Negras, Los Locos del Ritmo y Los Teen Tops, donde
destacó Enrique Guzmán, Los Rebeldes del Rock, etc. para inicios de los 60´s
las canciones que la juventud cantaba eran: "Yo no soy rebelde", "El rock
de la cárcel”, "Hiedra venenosa", etc.
A mediados de los 60, aparecen músicos de rock and roll en
el interior de la república. Tal fue el caso de Los Gibson Boys (Guadalajara),
Los Rocking Devils (Tijuana) o Los Apson Boys (Sonora). En la capital surgieron:
Los Crazy Boyz, Los Blue Caps, Los Hermanos Carrión, Los Sparks, Los Hooligans
y Los Spitfires. Poco después los vocalistas se hacen solistas cantando baladas
y surgen: Angélica María, Alberto
Vázquez, César Costa, Enrique Guzmán, Julissa, Ricardo Roca, etc. No obstante
la inercia del rock siguió recorriendo la geografía mexicana y se forman: Los
Yaki (Reynosa), Los Tijuana Five, la primera banda de Javier Bátiz; Los Johny
Jets, Los Ovnis entre otros. El ritmo empieza a evolucionar y se popularizan el
cantante y guitarrista Javier Bátiz, Three Souls in my Mind de Alejandro Lora y
el también guitarrista Carlos Santana.
Los jóvenes sanmiguelenses, contagiados por esa fiebre se reúnen y en el 61, Chucho Yáñez es: el primer roquero de la historia de San Miguel, a juicio de Javier Martínez Tapia quien no sólo vivió sino que fue promotor del rock en esta ciudad. Chucho forma Los Electrones con: Salvador Soto (guitarra), Salvador García, Pepe Lámbarri en la batería y su suplente era Humberto Campos, Rafael Vázquez cantante del rumbo de la estación de los FFCC, don Antonio Elías Huerta era el encargado de la parte técnica; hicieron una presentación en la XESQ y de ahí se derivó un contrato para tocar en el frontón y les pagaron $500. Las canciones que interpretaban eran las canciones de Los Locos del Ritmo, de los Rebeldes del Rock, los Hooligans, Chucho cantaba algunos temas en inglés.
Al desintegrarse Los Electrones porque sus integrantes se fueron a estudiar, Chucho Yáñez (requinto y voz) se quedó con la inquietud de la música y se reúne con Aurelio Silva (bajo), Rubén Licea (guitarra de acompañamiento), Bernardino Godínez “el compis” (órgano) y Felipe Espínola el “Neri” (batería) y forman Los German’s que tuvo mucho éxito porque tocaban música en inglés. Tocaban en tardeadas. Los cambios que tuvo este grupo original fue Felipe Solís en lugar de Bernardino Godínez y en lugar de Felipe Espínola entró José Luis Bautista “Huichol”. En algunas actuaciones estuvo un bajista que venía de Celaya, igualmente Javier Palacios participó con ellos. Después de una exitosa carrera se desintegran en los 70´s.
Por la efervescencia rocanrolera nacen Los Swan´s, lo formaban: Jesús Avilés el “Barato” (guitarra, requinto y después órgano), David Cruz el “Beatle” (bajo), José Luis Morales Montes el “Chícharo” (bajo y guitarra), Raúl Mota (batería). Felipe Solís (órgano); También llegaron a estar Federico Salas el “Cupido” (batería) y Wenceslao Santana, Pipo. Tuvieron mucho éxito en “El Patio”, más adelante llega Ricardo Olvera, el Ojón. Después cambian de nombre y se ponen: Génesis con: Felipe Solís, Vicente Olalde, David Cruz, Salvador Soria y Ricardo. Como había ya registrado ese nombre que pertenecía a un grupo de Guanajuato, se anunciaron como Felipe Solís y su grupo Génesis. Llegaron a alternar con los Buques y otros grupos que trajo don Pepe Bailón. Ricardo los resucita más adelante con nuevos elementos.
El género musical go-go tiene orígenes estilísticos en el funk de mediados y finales de la década de los 70's, surgiendo en los mismos años y destacando en las discotecas de la época. Se transmitía un programa en la televisión nacional que se llamaba Orfeón a Go-go y hubo una fiebre de jóvenes que formaron grupos. Francisco Bautista el “Canguro” forma Los Invasores con: el “Águila” (bajo), Javier Espinosa Palacios (guitarra), el Cangurito en la batería, Francisco Huerta (órgano), Vicente Olalde (voz y luego batería). Más adelante se desintegra el grupo y la mayoría de sus elementos forma: Nautiluz, con Vicente Olalde, Javier Espinosa Palacios, el Águila y Francisco Huerta Bautista.
La Escondida de don Miguel Correa estaba de moda y traía a
grupos de Celaya como Los Cobra, La Onda 70, Los Fink´s, que llegaron a San
Miguel por 62 ó 63 y tuvieron una época muy bonita; Bossa 5, en donde tocaba
Gilberto Flores Patiño, igualmente trajo a Javier Bátiz, La Revolución de
Emiliano Zapata, Los Hermanos Carrión –ellos vinieron por primera vez en el
69-, la Sonora de Querétaro, la Sonora Eléctrica (Celaya), los Lens, los
Pentágonos (Querétaro), la Comparsa de la Laguna (Torreón), los Versátiles
(Tijuana), el Siglo XX, la Tierra (Querétaro), los Rangers (San Juan del Río),
los Hiders (Dolores Hidalgo) –que después se pusieron Los Libertadores-. Smoke.
En los 70´s nace también el Smoke, integrado por: Chucho Yáñez, Felipe Solís y
Concho y el Huichol y el promotor Javier Martínez. Aunque eran músicos
conocidos por el rock de los 60´s acababa de pasar el encuentro de Avándaro y
eso imprimió un cambio en el gusto de la juventud y se estiló un rock un poco
más pesado, covers de The Doors, Deep Purple, el gran Punk. En ese tiempo había
una americana que se llamaba Felisa que le mandaba a Chucho Yáñez la música que
estaba de moda en los EEUU; entonces estaba de moda los Creedence. Aurelio
también le enviaba los discos ya con la letra. Su debut fue en el Frontón y
recibieron la “alternativa” del grupo de moda: Los Aragón, con motivo de la
coronación de la reina del Club Rotario, Rocío Ávila. Cuando se salió Concho
entró en su lugar el Pipo, Wenceslao Santana. Rafa D´Arcourt tomó a este grupo
y lo contrató para todos fines de semana, por lo que ya sólo podían tocar unas
dos horas en las tardeadas y de ahí salían rápido a La Fragua, al poco tiempo
evolucionan y se convierten en: Smoke Band. Empezaron metiendo a José Luis Méndez
(trompeta), Juan José Solís (saxo), don Cuco Lara, Juan Pizano, Pedro Laguna,
el Mambo, era una banda muy interesante que interpretaba los éxitos de Chicago,
Sangre, Sudor y Lágrimas, Led Zepelin, Black Sabbath. Fue una temporada muy
importante porque salieron a tocar a muchas partes de aquí de Guanajuato.
Llegaron a tocar en la ciudad de México, dice Javier, nos dieron $5,000 pesos
cuando aquí en la Fragua ganaban $100 por noche, cada uno.
Pequeño Imo fue otro grupo de los 70´s que hizo historia en nuestra ciudad fue el que formaron: Erik Scooler (requinto), Kelly Perol (cantante), Chucho Morales –de Querétaro- (batería) y Pepe Uribe (bajo); empezaron tocando los fines de semana en La Escondida y quien les puso ese nombre fue don Agustín Valadez porque primero eran: Erik y la Silla Eléctrica, después se presentaron en Celaya con el nombre de Los French´s. Promovido también por Javier, se presentaron en el Club de Leones de Querétaro alternando con Roberto Carlos. Ahí cobraron $ 10,000. A los quince días se presentaron en la Casa Rotaria de Celaya alternando con Mocedades y cuando Roberto Carlos se presentó en Celaya también ellos abrieron el show.
El espacio se termina pero no la lista de grupos por ejemplo los Goldfinger´s estuvo integrado por J. Guadalupe Trejo Esparza “Concho”, Vicente Nava (bajo y voz) y el “Johnny”. Los hijos de don Pastor Bautista formaron Los Cristals. El Sonido 4 estuvo Formado por Fidel Perales, Azael Carreón, Alfredo Perales, Juan Benítez. Kohiutek, integrado por Manuel Méndez, Margarito (trabajaba en OMUR), Juan Benítez, Salvador Montiel y el Champo; cuando doña Tere Shoup se hizo cargo de las tardeadas en el frontón este era el grupo de base. Los Ovnis formada por Pepe Vázquez, el Barato y el Choluca pero luego se cambiaron a Banda Galaxia. Otro grupo que venía de Celaya se llamaba el Mexicano ahí tocaban Mancilla y el Pichi, frecuentemente estaban en La Escondida. Ahí mismo estuvieron varias veces Las Loquetes (Baby Bátiz, Norma Valdez y Macaria) del rock fuerte de los 70, Los Spiders (Guadalajara) inolvidables por su éxito Back; los Shake (Salvatierra). La Tropa Loca vino por primera vez a San Miguel invitados por el Chilo y alternaron con Bossa 5. Pepe Vázquez y Toño Gutiérrez “Manzanita”, Rafael Bustamante el “Gato” y Santos Licea (batería) formaron el conjunto Los Things. También Pepe Vázquez forma el grupo Army y Hombres Trabajando: Pepe, Ricardo Olvera el Ojón (bajo), el Chiligas, Jesús Patlán (cantante), Juan Benítez. Posteriormente se pusieron El Jinete. Otro más estuvo formado por Miguel Chávez (de la Col. Guadalupe), Luis Salazar, el Picho y Juan Gómez, el Memín, ellos tocaban pura música instrumental y se llamaban: Maracaná. Mario Hernández Muñoz, un electricista que vivía en Barranca y David Cruz, formaron el grupo Los Rockers. El profe Javier Almanza formó aquel grupo ATM con el que tocaba en La Fragua.
Si bien las tardeadas se iniciaron en la Biblioteca y al popularizarse se mudaron al Frontón pero ahí se siguieron haciendo, hubo también otros lugares donde los jóvenes bailaban, por ejemplo: El Sindicato, que tuvo un tiempo de música juvenil con aquel grupo los Yasaky Five (Sinaloa); El Chorro, La Flama, con los Germans, los Finks, los 4x4 (Querétaro), los Toks, etc. Actualmente el grupo que nos hace recordar aquellos temas que llenaron toda una época son los hijos de uno de los integrantes del Trío “Aurora” don Julio Villafranco, son: José Manuel y Gerardo Villafranco Guerrero, cuando llegaron de México estuvo en la batería Esteban Casas y ahora es Alberto Arana Olivares, a veces se suman Mario Ricaldi y algún organista son: Mánix. Al llegar tocaron en algunos de los bares que había entonces y en fiestas familiares.
Para finales de los 70 surge la música disco derivada del rhythm y el blues, mezclado con funk, soul y toques latinos en algunos casos que se hace muy popular en las discotecas. Ejemplo de ella fueron: Donna Summer, The Jackson 5, Gloria Gaynor, Barry White, KC and The Sunshine Band, Village People, Electric Light Orchestra, etc. Películas, como Fiebre de la noche del sábado y ¡Por fin es Viernes!, contribuyeron al despegue de la música disco entre el público. Aunque la popularidad de la música disco declinó a comienzo de los años 80, mantuvo una importante influencia en el desarrollo de la música de baile electrónica de los años 80 y 90. En San Miguel surgieron lugares como Laberinto´s Disco de don Manuel Martínez Mayen que tenía la Hostería del Parque, el Ring y los centros nocturnos que ya había se adecuaron al nuevo ritmo: El Patio, de Jorge Redondo; la Fragua de don Paz Cuéllar y finalmente de Rafa D´Arcourt, y la Escondida de don Miguel Correa que después tuvo La Ermita y la Princesa.
Han cambiado los gustos musicales de la juventud pero a los chamacos de entonces y a varios de hoy les sigue gustando este género. Surgieron otros ritmos como el twist, el yenka, el ska, el yerk y muchos más pero no dejaron la huella que tuvo el rock, el ritmo que llegó para quedarse. Saludo a Javier Martínez y a todos los rockeros que disfrutaron con aquellas canciones de hace ya… medio siglo.
El Conjunto Allende"
En la XELG de León, Gto. |
En esta oportunidad quiero compartir con
los jovenes de hoy y recordar con los jovenes de ayer la horas de alegria que
nos hicieran pasar un grupo de sanmiguelenses: genaro ramirez que
tocaba la trompeta; heriberto almaguer, el bajo; javier escobedo, la guitarra;
antonio gomez “el diacono”; el cantante, hilario vazquez con el requinto y los
bongos ; pedro cabrera, la bateria; felipe zavala, el contrabajo y julian
cervantes, el organo ellos fueron los integrantes del: conjunto “allende”. Mas
adelante se integro el famoso “pescado”: jesus aguado con las tumbas, bongos y
maracas.
Me platica don julian que fue en 1946
cuando se reunieron aquel grupo de amigos para disfrutar un platillo comun: la
musica. En aquel entonces solo tocaban guitarra, por lo que empezaron llevando
serenatas. Don julian cervantes recuerda a un señor de nombre jesus que era un
cliente frecuente con el que llevaron serenata a diferentes lugares en dolores,
san felipe, ocampo, etc. En dolores, incluso, le llevaba serenata a la
presidenta municipal que hubo en ese tiempo. De esa forma se fueron dando a
conocer en el norte del estado. Despues empezaron a tocar en bodas, muchas
bodas, las mejores bodas.
A pesar de todo, por el sur no pasaban de
escobedo y soria, fue hasta 1954 o 55 cuando hubo un baile en el fronton con
dos orquestas, anteriormente solo se hacia con una y casi siempre era la
orquesta de valle de santiago. En ese año se trajo a la orq. “brasil”, de
irapuato, gto. Y el conjunto “allende” alterno con ellos. En aquel tiempo solo
habia dos bailes al año: el del sabado de gloria y el de feria. En esa
oportunidad tocaron el sabado de gloria y al lunes siguiente vino el señor arce
que los contrato para un centro social que se acababa de inaugurar en celaya
denominado “el portal”, era un restaurante-bar con pista para baile. Tocaron
tambien el jueves siguiente. En aquel tiempo en todo el estado, solo se
permitia musica hasta las once de la noche. El sr. Arce, gerente de ese lugar,
les pidio que tambien tocaran el sabado y domingo siguiente y, al terminar, el
domingo, los llamo y les pidio que firmaran un contrato a lo que se reusaron
ellos aduciendo que no era necesario dijeron: -confiamos en su palabra. Nosotros
venimos, tocamos y si ya no le parece ya no regresamos. No es necesario ningun
contrato. ¡que tiempos aquellos, del valor de la
palabra!
A partir de entonces y durante dos años
estuvieron tocando en ese lugar. Habian dado un paso importante y por ello
cobraban $ 800.00; esto les alcanzaba para pagarse un salario y cubrir el
desplazamiento de los 8 integrantes. El mismo sr. Arce los contrato despues
para que tocaran en una fiesta particular y el mismo les sugirio que cobraran $
2,500.00, esto espanto a los integrantes del conjunto “allende” pero el
gerente les dijo:
-no cobren menos, eso es lo que vale su
trabajo y mas.
Tampoco acepto una comision por
conseguirles dicho trabajo. Su horizonte se ampliaba pero en san miguel pocas
personas se daban cuenta de esto pues no habia tanto movimiento como en celaya
pero alla hubo semanas en que estuvieron diariamente. Uno de los presidentes de
celaya organizaba con mucha frecuencia bailes en el edificio de la presidencia
con objeto de recabar fondos para realizacion de diversas obras y ellos eran
los alternantes fijos de muchas orquestas de postin. Por esa razon cuando se
inauguro “la quinta jordan”, de celaya, el carnet musical fue integrado por:
los “solistas de agustin lara” y el conjunto “allende”. Por cierto en ese
evento hubo otros dos musicos sanmiguelenses pues en el grupo de los “solistas
de lara” iban pancho y guadalupe montes, hijos de don teofilo; pancho era el
primer flautista y lupe el primer saxofon. Francisco era a la sazon el
secretario general del sindicato nacional de musicos, el delegado era
otro “solista” y desde entonces excelente arreglista: chucho ferrer quien desde
entonces fue gran amigo de los musicos sanmiguelenses con quienes “los solistas
de agustin” volvieron a alternar en san luis de la paz y aquí en esta ciudad.
Aquí en san miguel no tocaron en el fronton sino en una fiesta particular, la
boda de don ernesto alcala. En aquel evento inaugural de celaya, por el que
cobraron $ 8,000.00, fue el detonador para ser conocidos y solicitados en todo
el bajio, irapuato, salamanca, valle, penjamo, acambaro; en fin, fueron
entonces ajonjoli de todos los moles y asi, para ellos, verdaderamente se abrio
una puerta de oro en el bajio.
Durante 34 años estuvieron saliendo.
Agregaron cada vez nuevas plazas a donde siempre regresaron pues el gran
ambiente que hacian les generaba nuevos contratos. En queretaro estuvieron no
solo en la capital sino en san juan del rio, tequisquiapan, cadereyta, etc. En
michoacan: la piedad, sahuayo y otras mas llegando incluso a zacatecas y el
distrito federal. Estaban en su agenda las principales fechas de las ferias de
esas ciudades que reclamaban su presencia no hubo ninguna semana en donde no
salieran fuera de san miguel cuando menos una vez. De no ser asi se hubieran
desintegrado pues el trabajo de san miguel no era suficiente; en ese tiempo
solo estaban “el patio” de jorge redondo, despues “la fragua” de paz cuellar y
luego de rafael d´arcourt y mas tarde: “la escondida” de miguel correa.
Los bailes grandes se hacian en el
fronton, con las orquestas “brasil” de irapuato, “el son club” de san luis
potosi, “valle de santiago”, “pepe castillo”, “luis arcaraz”, “chucho
zarzosa”, “chucho ferrer”, “carlos campos”, “damaso perez prado”, “la sonora
santanera”, y con grupos como: “los aragon”, “los babys”, “los socios del
ritmo”, “la comparsa estudiantil”, “la comparsa de la laguna”, etc. Antes que
ahí, bailes grandes con dos orquestas solo se recuerda uno, para un quince de
septiembre, se hizo en el teatro “angela peralta” en donde retiraron las
butacas y emparejaron ese espacio con madera al nivel del foro en donde se
instalaron las orquesta de don benjamin aguilar, que despues fue conocida como
la orquesta de “valle de santiago” y la “rio rita” en los espacios de plateas
se instalaron mesas. La orquesta “rio rita” fue fundada por don genaro ramirez
en 1943 y duro hasta 1948.
A proposito de esas grandes orquestas hay
una anécdota singular que tal vez no conozcan muchos sanmiguelenses: carlos
campos quien le da nueva vida al danzon se hizo popular al lado de un gran
musico sanmiguelense, pedro montes, otro hijo del popular “tio”, incluso, en
sus inicio la orquesta era anunciada como: pedro y carlos o carlos y pedro,
porque aunque carlos era el director pedro era el solista que tocaba el saxofon
soprano e incluso hay un danzon que se llama asi: carlos y pedro.
Acompañando a "Tehua" en el Kiosko |
Un alternante
frecuente con el conjunto allende fue el organista juan torres, oriundo de
ocampo, gto. Con él tocaron desde que sólo lo acompañaban un bajista y un
baterista, quienes moririan tragicamente en un accidente. La ultima vez que
coincidieron musicalmente con juan torres fue en el baile que organizo marcos
cohen (qepd) en la escuela “hermanos aldama”.
Durante mucho
tiempo el conjunto allende” siguio utilizando los mismos instrumentos de
sus inicios pese a que otros grupos similares utilizaban enseres mas modernos y
habia una razon muy poderosa: las serenatas. Si, al terminar los bailes alguno
de los asistentes en casi todos los lugares se acercaban a ellos y les
solicitaban llevar “gallos”, ese era un ingreso adicional y que les facilitaba
el llevar los instrumentos que ya tenian. Mas adelante julian hizo un esfuerzo
economico y compro un organo y heriberto compro una camioneta usada a la que le
pusieron un remolque en la que se transportaron por muchos años y nunca
tuvieron queja de su “nave”.
Como era natural el “conjunto allende” no
era el unico ya, surgieron poco a poco nuevos grupos: en irapuato el “conjunto
america”, en leon la orq. De “ramon lopez”, en celaya “la sonora electricista”,
en queretaro “los pentagonos”, etc. Sin embargo la demanda por los
sanmiguelenses no decrecia pues eran solicitados para alternar con ellos. ¿cual
era el secreto de su éxito? Seguramente era el enorme repertorio que tenian
pues eran muy versatiles y un sonido muy especial. En aquel tiempo estaba de
moda la musica tropical, como el ritmo del mambo, para el que se requieren
muchas trompetas y saxofones y el conjunto se defendia con el cha-cha-cha
cantado, claro que despues de una tanda muy agitada de la otra orquesta o grupo
alternante, ellos sostenian el nivel con potpurries de canciones rancheras,
redovas, zapateados, cumbias, que entonces empezaban. No faltaban la samba, el
bossanova, pasodobles, etc. El sonido era muy especial, aunque el conjunto
tenia pocos elementos la creatividad hizo que “creciera” el sonido pues con
cajas de ritmos suplieron a posibles compañeros y en algunos temas de sambas
javier agarraba los dos cencerritos, jesus agarraba la calabaza, julian
agarraba el silvato. El sonido era impresionante de verdad pues los sonidos de
las taronas, la tambora, los saxofones causaba expectacion ¡porque nadie
los veia!
En el Teatro "Angela Peralta" |
El Mercado:
La semana pasada acompañé a mi esposa quien fue al Mercado “Ignacio Ramírez” para ordenar con la Sra. Josefina Valle un arreglo floral. Caminar por ese mercado me hizo recordar aquellas ocasiones en que acompañaba a mi madre al mercado antiguo a comprar lo necesario para cocinar. Evocar aquellas escenas fue volver a decir para mis adentros que fue un robo en despoblado el que se cometió con los comerciantes y, más aún, con todo los sanmiguelenses; porque si bien es cierto que el mercado requería techos nuevos, las enormes columnas de piedra labrada eran sólidas, tanto, que hoy todavía, seguramente exornan algún hotel o rancho particular. Haberlo conservado hubiese sido un acierto. Uno de los cronistas de entonces se manifestó a favor de proyecto el que alabó por ser un espacio digno para la estatua ecuestre del Generalísimo Allende y en donde se podrían realizar eventos cívicos masivos. La realidad me dice otra cosa diferente: se destruyó un hermoso edificio y el espacio es totalmente inútil para esos fines pues es a todas luces insuficiente. La estatua ecuestre de don Ignacio podría haberse colocado en muchos otros sitios pues sólo una visión tan estrecha piensa únicamente en el centro de San Miguel para su progreso.
Pero dejemos de lado esa decisión que por haber sido ya ejecutada nada podemos remediar. Déjeme recordar a mi madre quien subía por aquella escalera que estaba en la cara suroeste del bello inmueble. Amplios pasillos con piso de mosaicos en rojo y blanco. Las planchas eran terminadas en cemento pulido teñido de rojo. Todo era actividad. Chuy Téllez recuerda que los primeros puestos de fruta eran de don Hilario Téllez y don Leonardo González, después había dos de abarrotes la de la familia de don Cutberto Espínola y “Los Panchos” de mi suegro don Pancho Téllez, luego estaba don Pepe López en su zapatería y enseguida don Jesús y su esposa Lolita, al final del pasillo, en el rincón, estaban “Los Tres Diamantes” de don Manuel Retana quien tenía dos locales, en ellos, recuerda José Luis Bautista Llamas, el “Huichol”, durante celebraciones como la de la Virgen de Guadalupe y otras se llegaron a presentar grupos como: los “Swans”, el Conjunto “Allende” y tal vez los “Germans”. Eran tiempos en que no había el tonelaje de aparatos electrónicos que hoy usan y ese espacio era suficiente. La gente daba vueltas en los pasillos, como los domingos en el jardín principal. De esto también se acuerda el “Gordo” Ledesma.
María de Jesús, hija de don Hilario, se acuerda que frente a su papá estaba don Domingo con la varilla, luego doña Lucita, la zapatería de Luis Rosas y la carnicería de los Osuna, después la de don Alfredo Ruiz y luego del pasillo la de don Baldomero y más adelante doña Domitila, don Martín con sus deliciosas gelatinas, luego Concho Ceballos con sus abarrotes. Regresándose al oriente estaba don José López con sus cambayas y las Chenchas. En el pasillo paralelo a la calle de Insurgentes estaba don Socorro, Mariquita y don Tomás con su verdura, enseguida doña Juanita, Lola y Pachita a quienes llamaban las “blanditas” –ignoro por qué les decían así-, luego venía la escalera que estaba frente a la puerta del Colegio de San Francisco de Sales.
En el mercado actual tuve oportunidad de platicar con doña Reyes Vargas, menuda de cuerpo pero con una buena memoria cierra los ojos para contestar mi pregunta de quién se acuerda y empieza a enumerar muchos nombres de sus compañeros y compañeras que ha tenido desde que tiene uso de razón pues su mamá la inició en el comercio en ese mercado, desde muy chica. Recuerda que ella vendía tortillas que traía en una canasta, junto al puesto de mantas en uno de los pasillos. Actualmente trabaja en una de las fondas del mercado “Ignacio Ramírez” y mucha gente la conoce como doña Reyes Arias que es su apellido materno pues no usa el Vargas. Recuerda que su abuela y sus tíos Úrsula, Jesús y Goyo, eran los que surtían de cebolla, cilantro y verdura en general que llevaban de la huerta que estaba en el Obraje. Recuerda que su papá y sus tíos usaban el mecapal con que se cargaban los canastos para venir a surtir a los diferentes puestos de verdura.
Después de la puerta que daba a la Salud seguía los chocomiles “El Pingüino”, de doña Teófila, luego don Narciso que vendía fruta, enseguida la mercería “El Refugio” de don Salvador Soria, junto a Toñita y Chuchita que vendían verduras y venían de Comonfort y dando la vuelta, en paralelo con la calle de Colegio estaban: los abarrotes de los Muñiz: don Julio y don Gabino y luego las verduras de don Odilón Rojas; después había una puerta a la mitad de ese pasillo en donde había una llave del agua de donde se abastecían los locatarios y por esa entrada estaba doña Lore y don Rafa, luego estaba don Chencho, enseguida estaba doña Celedonia, enfrente estaba don Juan, quien vendía pan, luego estaba la carnicería de los Muñiz y enfrente estaba doña Brígida, doña Chayo con su café con leche, mamá de Remedios, luego doña Mary.
Entrando por la puerta de Colegio en el pasillo hacia la izquierda estaba “La Famosa” de la familia Mendoza, doña Lupe Cervantes, mamá de los esparza y frente a ella estaba don Mercedes que vendía verdura y al fondo estaba la “Negrita” que atendía Chava López. Paralelo a la calle de Mesones estaban las zapaterías, la del señor Cuéllar, el “Cubano”, don Albertano Olvera, luego don Benito Olvera y su esposa Águeda enfrente estaban los chocomiles de la Familia Mora y a la derecha los de “Bambi”. La maestra Paty Ramírez me menciona que su abuelita doña Eduviges vendía pan y yerbas de olor, y era mamá de don Genaro Ramírez quien fundó y dirigió la Orquesta “Río Rita” y formó parte de la Orquesta “Savoy”, otros más fueron: don Juan López quien fuera también presidente de la Unión de Locatarios, papá de José López, muchos años taxista; don Domingo, quien vendía estambres. Después de la puerta, a la izquierda vendían semilla don Gorgonio Zúñiga y don José, y junto a la puerta suroeste doña Manuelita.
Si entrábamos por la calle de Insurgentes encontrábamos a la izquierda la carnicería de don Santiago Ramírez, el “Arco Iris” y a la derecha la de don Chano Ruiz, en el “Pavo Real”. Si lo hacíamos por la calle de Colegio estaba la carnicería de don Jorge Muñiz a la derecha y, pasillo de por medio, la de don Antonio Sánchez; a la izquierda el puesto de semillas de don Pancho Matehuala con mi tía Chole y frente a él don Luis Ramírez e hijos. También estaba don José Cabrera, papá de Pedrito que por muchos años tocara en el Conj Allende.
En el centro había dos imágenes en cantera de la Virgen de Guadalupe una mirando hacia el norte y la otra hacia el sur. Una de ellas estuvo mucho tiempo en la rinconada de Insurgentes y Pepe Llanos. Chuy mi cuñado me platica que primero hubo ahí unas pilas de agua para servicio de los locatarios y Panchito lo escuchó de don Chano y que asimismo conserva un programa de cuando se inauguró el monumento de la Morenita, seguramente en 1954.
Alrededor de la Virgen se ponían personas que vendían atole: doña Mary, doña Chencha, etc. Panchito Ruiz, dirigente de los locatarios en dos ocasiones se acuerda de la Sra. Juana Vargas y, sin ser parientes, don Juan Vargas, la Sra. Prisciliana Gutiérrez, don Juan Santana, también María y su hermano Miguel Martínez que por vender bisutería a él le decían sus compañeros el “joyero”, Miguel Ramírez y su tío don Dimas, también Manuel González con una tiendita de abarrotes que se llamaba “La Rosa del Tepeyac”.
Si bien en algún momento el mercado debió ser muy amplio el crecimiento normal de la población hacía que cada vez fuera insuficiente y por lo que el mercado se fue desbordando, los accesos fueron tomados como locales y encontramos, por el lado de Mesones, por la escalera grande, a don Rómulo y a doña Amparo vendiendo fruta, lo mismo que por la calle de Colegio los escalones estaban llenos de fruterías. Me llamaban la atención la forma cómo los “Vitrolas” y el “Aguileño" exhibían las cañas, atadas en las puntas de arriba con un mecate, se me figuraban las casas de los indios norteamericanos que veía en las películas. En los escalones también estaba don Atilón, luego don Beto y doña Concha vendiendo tripas.
Me faltan muchos otros, sí; me comprometo a retomar este tema, por hoy se me acabó el espacio y me sobran personas por recordar y dos desgracias: un ventarrón y un incendio, los puestos de afuera, las fondas, las cantinas, los lugares que tuvieron que ocupar cuando fueron desalojados de su “casa”. Hay mucho hay que agregar. Igualmente ocuparme de negocios familiares que han pasado de generación en generación y que siguen funcionando, unos en el mismo lugar otros en diferentes sitios; algunos centenarios y otros ya casi. Por hoy pido disculpas a don Xavier por excederme del espacio que me concede, en esta ocasión quería recordar que los comerciantes acaban de cumplir 60 años de haberse organizado como Unión pero se nos presenta otra oportunidad pues el 12 de septiembre cumplirán 43 años de haber llegado al nuevo mercado.
Francisco Ruiz Flores, en dos ocasiones líder de los comerciantes recuerda que don Enrique Rangel, papá de Juanita, fue el fundador y por muchos años presidente y Secretario General de la Unión de locatarios. La unión nació en marzo de 1953. Su representante actual es don Daniel Gutiérrez Correa quien después de haber sido tesorero y secretario general nuevamente está en el cargo.
El comercio bajó del mercado por los escalones y lo abrazó por las calles colindantes de Mesones, Colegio e Insurgentes. Por Colegio avanzó hasta la Plazuela del Fresno (por allá estaban don Alberto Arteaga y varios más). Afuera de la Balanza Mercantil de don Cruz Téllez todo era comercio, ahí estaban las fruterías de los Santoyo: Cirilo, Pancho y Mario, también Raúl (hijo de don Hilario, quien después tuvo una marisquería en la misma calle), don Ildefonso Tovar “El Cerillo”, estaba el único teléfono que había, en el del Mesón de San José y los locatarios se corrían la voz cuando había alguna llamada para alguno de ellos. Ahí, en el mesón, estaban los baños públicos. En la bocacalle de Colegio: “La Casa del Pueblo” de don Arturo Suárez.
En la calle de la Soledad, frente al Templo de la Salud, se veían las fondas que estaban ubicadas debajo de los locales que estaban al poniente. Las fondas eran de doña Josefina, con un mole exquisito, de guajolote; enfrente estaba doña Vicenta, y doña Clara, doña lucía Arteaga, doña Lourdes -tía de Irma Valenzuela-, doña Toña; enseguida doña Consuelo Yáñez -en donde hoy es la cremería, doña Chole, doña María Luisa Chávez con su sabroso menudo, doña Jacinta, que vendía raspas -mamá de Concho Ceballos-. Afuera de las fondas: encontrábamos carnitas, barbacoa, y una multitud de vendedoras que llegaban de los ranchos y el fin de semana ofrecían sus productos en medio de la calle llenándola de colorido, olores de hierbas recién cortadas y los clásicos pregones de los marchantes que ofertaban “los mejores precios”. A la mitad de esa calle había una bodega en donde el “Che” Téllez donde guardaba tambos de petróleo que expendía en la esquina de Juárez y Mesones, cuya bomba queda como recuerdo de tiempos idos.
Mientras las señoras vendían o compraban algunos maridos las acompañaban y otros, esperaban “pacientemente” en alguna expendio de bebidas “refrescantes” como la pulquería “La Paloma” del papá del “Gordo” Ledesma que estaba en la esquina de Insurgentes y Colegio y que surtía del sabroso líquido don Gabino Arteaga, o enfrente en la cantina de Retana, otros lo hacían en: "El Tenampa" (don Eleuterio), “El Gato Negro” (don Othón), “Las Gaviotas” (don Enrique), “El Farolito (don Antonio)”, “El Infierno” (don Rodolfo) o en “Mi Ranchito”. Las historias de estos centros requieren un espacio especial pues al igual que otros que no estaban cercanos al mercado también eran lugares donde se apagaba la sed y se encendían las penas. Tantos parroquianos no caben en el breve espacio de este párrafo por lo que este tema lo desarrollaré después.
El mercado había sufrido, varios percances, entre otros, un ventarrón se llevó el techo que era de láminas; en esa ocasión uno de las vigas cayó sobre el refrigerador de la Carnicería de “El Pavo”, de don Chano Ruiz, lo mismo que destrozos en otros locales; y un incendio que terminó con el patrimonio de varios comerciantes. Este último sucedió en 1950, don Pancho Téllez lo tiene muy presente por ser uno de los afectados, recuerda que fue la noche del día en que se festejó a la Virgen de la Luz, a medianoche, viviendo en la calle de Sollano escuchó que fueron a avisarle a otro compañero quien vivía enfrente y al escuchar que el mercado se estaba quemando fue rápidamente pero todo era inútil el incendio había consumido ya los locales de la parte oriente y sur del mercado. Fue una tragedia que si no cobró vidas sí terminó con no pocos patrimonios. Rudyard Kipling escribió hace tiempo que: “…Si todas tus ganancias poniendo en un montón las arriesgas osado en un golpe de azar, y las pierdes, y luego con bravo corazón, sin hablar de tus pérdidas vuelves a comenzar…” y sí, hubo que volver a empezar. Con más años, con muchas deudas e hijos algunos tuvieron que recomenzar, para los que lo hicieron el poeta inglés tuvo una expresión: “…tuya es la tierra y todos sus codiciados frutos, y los que más importa: ¡Serás hombre!”. Suena bien, se dice fácil pero… fue, producto de muchos sacrificios y, por qué negarlo, seguramente muchas lágrimas.
Panchito Ruiz recuerda haber escuchado que su papá don Chano le comentó que los padres oratorianos participaron activamente en esa desgracia pues, en cuanto se dieron cuenta del incendio estuvieron llamando a rebato con las campanas del Oratorio y enviando a los seminaristas a ayudar colaborando en poner a salvo mucha de la mercancía que corría peligro salvando el patrimonio de algunos comerciantes.
Cuando fueron informados que se derruiría el mercado para levantar ahí la plaza cívica actual, muchos, por no decir todos, se inconformaron, pero todo fue inútil. Les ofrecieron que les levantarían un mercado más amplio y funcional (¿?) y que mientras se llevaban a cabo las obras se les “daría permiso” de instalarse provisionalmente en las calles de Insurgentes y Mesones. A regañadientes algunos empezaron a cambiarse y sin haberse salido todos se iniciaron las obras. Muchos, no teniendo otra fuente de empleo ni medios para conseguir construir un espacio en otro lugar siguieron en el lugar. Omito el nombre de una viejecita quien siguió en su lugar de siempre, ya sin techos el mercado y, lo peor, sin compradores, ya no fue necesario reubicarla pues el Creador la llamó a su seno.
Las fondas se instalaron afuera de la Santa Casa, había puestos todo Insurgentes desde la soledad hasta la Biblioteca Pública, las carnicerías entre Loreto y Relox, se llenó de puestos la plazuela de Zaragoza y Pepe Llanos y la calle de Mesones el lado de San Francisco desde Juárez hasta Reloj. Ese cambio perjudicó a muchos pues con puestos improvisados, a la intemperie, sufrieron las de Caín. Algunos prefirieron ubicarse en otro local rentado o propio. Particularmente los que se encontraron en las orillas, perdieron clientes. Como era de esperarse el nuevo inmueble no fue entregado a tiempo ni mucho menos era mejor. La Plaza Cívica se inauguró el 21 de enero de 1969 ¿y el mercado?, que los comerciantes se esperen, pues lo fue hasta el 16 de septiembre de 1970. Lógicamente fue insuficiente y, por desgracia a quienes se quedaron en Insurgentes sufrirían otro incendio a finales de los 80’s.
El bello mercado “Ignacio Ramírez” fue construido a finales del siglo XIX por el tío abuelo del “Revo” Méndez; sí, era una obra más de don Zeferino Gutiérrez el responsable de la torre parroquial, la cúpula de las Monjas y muchos edificios más. Don Zefe usó el espacio que ocupó la Plaza de la Soledad. La enorme columnata exterior era de cantera negra, estilo toscano, que hoy todavía se pueden admirar y que adorna… bueno, eso es otra historia. En el interior, las columnas eran de tabique pero del mismo estilo. El techo de lámina que, ciertamente alguna vez fue lo que el viento se llevó, pero eso tenía solución pues la estructura era muy sólida. En el centro tenía una fuente y un enorme libro abierto dibujado por don Lorenzo Barajas donde retrató al “Nigromante” don Ignacio Ramírez, algunos datos biográficos y versos del político sanmiguelense. Después, como ya se dijo, se levantó la imagen de la Morenita, probablemente en el centenario de la promulgación del dogma mariano, en 1954.
Don Pepe López Espinosa escribió que el mercado nunca lució muy limpio, esto, aunque suena mal es cierto. Dicen que la verdad no peca pero incomoda. Don Franco Barajas, en sus Viñetas Sanmiguelenses lo dijo así: San Miguel de Allende es una ciudad sucia, ese es su lado negativo. y subraya: es sucia porque sus habitantes no tienen hábitos de limpieza. En el número de enero de este año TAlvarez escribe que a la crítica de su esposa Carmelita acerca de que San Miguel era muy sucio contestó: no lo había notado porque tal vez, dice, estaba acostumbrado. No quiero ofender a los comerciantes pues los dos escritores citados al último se refieren a toda la ciudad. Es más, Franquito asegura que era frase común: “échalo a la calle”. Tampoco busco hacer enojar a los doce lectores que hayan llegado hasta aquí. Muchas cosas han cambiado y muchas más deberán cambiar en San Miguel para mejorar. Cada uno, en su trinchera, debemos hacer algo porque al final de cada día sintamos que nuestro esfuerzo diario valió la pena.
Algo en lo que no debemos arriar banderas es luchar por lo nuestro. Los comerciantes fueron sorprendidos y atracados. Se les destruyó su centro de trabajo por un acto arbitrario de la autoridad que contó con debilidad o complicidad de líderes venales. O, por la falta de solidaridad de sus coterráneos. Se les cambió por un edificio que, con todo respeto, no puede ni compararse con el anterior. Las autoridades no debieran actuar por ocurrencias y, mucho menos, por intereses personales. Una de sus primeras funciones debe de ser escuchar al pueblo y una obligación de éste es mantener bien abiertos los ojos y no dejarse deslumbrar con espejitos u obras de ornato, ni dejarse despojar de esa rica herencia que le ha dado a nuestra ciudad un perfil propio. Seamos lo suficientemente críticos para que sea el interés general el que predomine y no la opinión del general la que domine. Amicus Plato sed magis amica veritas, locución latina cuya traducción literal es: "Platón es (mi) amigo, pero la verdad (es) más (mi) amiga". Citada por Ammonio en su obra La vida de Aristóteles.
Para terminar permítanme preguntar: ¿cuántos negocios de más de cien años conoce? (claro, en esta ciudad). Ese será tema de una próxima entrega. Hay varios de muchos años. De varias generaciones. Entre ellos uno que se inició en la ciudad capital del estado y que, al cambiarse para nuestra ciudad, se estableció en la calle del Relox y luego se cambió a otra casa, en la misma calle, que fue propiedad de don Federico Silva. Es una historia centenaria muy interesante que compartiremos con los, tal vez, dos únicos lectores que llegaron hasta este adiós y alguno que otro que se haya interesado por el tema. Gracias a todos.
DE BOTICAS Y BOTICARIOS:
San
miguel de allende ha sido, desde su fundacion como villa un centro de produccion
muy importante y, salvo el periodo de independencia que termino con un abandono
pues, a parafraseando a de la maza: “…los españoles, vida del comercio, no
estaban; los criollos, alegres y bullangueros, que, junto con los primeros
formaban lo mejor de la sociedad, andaban en la guerra. Las industrias se
paralizaron, el comercio apenas existia y la pobreza se apodero de la villa por
primera vez en su historia. Su heroismo la llevo a la miseria, y la
independencia, que le dio la gloria, le quitó sus antiguos esplendores”.
Poco a
poco san miguel fue recobrandose apoyado en un tesoro arquitectonico y cultural
poco difundido y, al darse a conocer, permitio
que algunas empresas se mudaran para la ahora ciudad de allende. Por ejemplo,
en 1864, en la ciudad de guanajuato, el dr. Jose herrera inicio su propia
botica que se conocio como la “botica del jardin”, años despues su hermano
menor, tomas, tambien medico, se queda con ella, denominandose entonces como
botica de “san antonio”. Para pasarsela mas adelante al dr. Araujo, quien al
poco tiempo se traslado a san miguel de allende. Según parece a la casa que,
desde hace mas de cien años, ocupa la panaderia de don toño rayas “la colmena”.
Tiempo
despues se cambia a la esquina de relox y mesones, edificio que era propiedad
de don federico silva. Fue entonces cuando don eulalio nava fue invitado a
trabajar en la botica, don eulalio era tenedor de libros y tuvo que hacer un
curso de quimico practico. Con el apoyo de doña angelita, su esposa, muy
trabajadora, atendieron la botica; pasados cinco años, el dr. Araujo les
ofrecio quedarse con la botica. Al correr de los años, don federico silva tuvo
que irse de san miguel y vendio sus propiedades, ofreciendoles a don eulalio y
doña angelita que se quedaran con la casa y tambien la compraron.
Angelita
descendia de la familia de los dueños de la otrora enorme y famosa hacienda de
jaral de berrio pues su apellido compuesto era rodriguez moncada, no asi don
eulalio quien era de familia muy humilde pero muy trabajador. La vida de
angelita fue una entrega total a su botica de la que no se separaba sino solo
para ir temprano a misa con la comunidad lauretana a las 7:30 a la santa casa
de loreto. Para ella no existian fiestas ni viajes. Su familia, su casa, su
botica. Mujer fuerte que padecio estoica la muerte de cuatro de sus hijos:
euclides, manuel, eulalio y eduardo y despues la de su esposo don eulalio.
Dentro de lo grave de estas despedidas, solo comprendidas por quien las han
vivido, quiero contar una anécdota que me parece no esta fuera de lugar y
detalla la fortaleza de esta gran mujer. Cuando bajaban la caja con los restos
mortales de don eulalio no podia dejar de lanzar grandes sollozos “vitas”
(nieves ortega), quien fue nana de todos sus hijos y cocinera de la familia
–llego a trabajar a esa casa a los 12 años y salio en un ataud a los 92-, eran
tan fuertes sus gemidos que angelita se acerco a ella y dijo a su insepable
comañera: “oye, ¿quien es la viuda, tu o yo?
Cuando
usted entra en la botica de “santa teresita” se transporta a un mundo
fascinante, a otra epoca remota. Seguramente mis abuelos y mis padres tuvieron
la misma imagen que hoy mis ojos contemplan. Empezando por ese letrero de
prisma triangular, de lamina con adornos ondulados del mismo material, tipico
de los anuncios antiguos; y traspasando el umbral el añoso mostrador exhibiendo
los productos curativos. Los estantes que muestran los botamenes (embases de
porcelana elaborados principalmente en alemania y algunos en francia) de los
diversos productos que, mezclados con las diversas formulas magistrales que
solo los boticarios conocen, devolvieron la salud a tantos y a tantas
sanmiguelenses por años y años. Hoy si no encuentra usted una medicina la busca
en otra y en otra. Antes se hacian los pedidos a europa y seis meses despues se
recibia la mercancia dentro de esos hermosos frascos, los botamenes.
Toda la
familia nava paso por esa empresa, los hijos de doña angelita: enrique, maria
elena, emmanuel, evangelina, eugenio, eduardo, euclides y eulalio; todos
aprendieron algo en la botica. Unos se hicieron doctores como enrique y
emmanuel y ya no regresaron a residir a san miguel. Fallecieron lalo y
euclides. Evangelina se caso y se fue a residir a australia (aunque ahora
reside en canada y regresa a san miguel a pasar algunas temporadas), eugenio
“toto” puso su propia farmacia y en la botica, despues de la muerte de don
eulalio, solo quedo doña angelita apoyada por maria elena. El responsable de la
botica fue miguelito malo zozaya de muy grata memoria y en este lugar tuvo
lugar aquella anécdota que registra don polo samaniego en su libro de “buenos,
malos y regulares” acerca de julita la polveada.
El
actual propietario, manuel martinez nava, es la sexta generacion que atiende la
botica. En sus años de estudiante “sufrio” la botica pues era el castigo cuando
las calificaciones escolares le eran adversas. Estaba a punto de terminar la
preparatoria y pensando en irse a estudiar como sus tios enrique y emanuel y
ser el, licenciado en finanzas. Pero, comprendio que al salir de san miguel
seria el fin de ese negocio familiar, decidiendose por tomar en serio la botica
y se enamora de tal forma que ha preservado para los de aquí y los que nos
visitan una imagen real de una botica del siglo xix en el siglo xxi.
Desde
hace 28 años, contra lo que opinara el sentido comun, tomo la decision de
seguir la tradicion familiar y no ser una farmacia moderna sino una botica
tradicional. El avance de la ciencia medica, el surgimiento de la mercadotecnia
ofrecen a los pacientes actuales tal cantidad de alternativas y productos que
han quedado en desuso los procedimientos tradicionales que utilizaban nuestros
abuelos: purgas, cataplasmas, chiqueadores, tonicos, etc. Pero ¿si?, ¿han caido
en desuso?. El abuso de la medicina alopata ha hecho que se opte por la
medicina homeopata que se dice: es mas lenta pero mas natural y, lo mejor, mas
amable con nuestro organismo. Y entonces han ido surgiendo voces “descubriendo”
las bondades de las medicinas “antiguas”. Hoy en dia estamos regresando a lo
natural, estamos buscando lo organico. Como muchos negocios similares, la
botica vivio no dias, sino meses y años en que las ventas cayeron
escandalosamente y estuvo a punto de cerrar. La tenacidad de manuel y la
necesidad de regresar al origen permitio que siguiera abierta. Hace treinta o
cuarenta años no habia en mexico ninguna tienda de medicina naturista. En los
ultimos años se ha puesto de moda, originada en francia tambien, lo natural.
En la
botica de santa teresita se siguen buscando: el agua de contraespanto y el agua
para la bilis (que no es mas que un tonico de cuasia, genciana y colombo, y que
se le puede llamar tambien vino de cuasia). Yo recuerdo que mi abuelo agapito
me enviaba a la botica por lo necesario para cierto brevaje que se preparaba
cuando se sentia enfermo y que quedo grabado en mi memoria infantil: cuasia,
genciana, copalche y colombo. Hoy manuel me entera de que era el remedio para
que el abuelo se recuperara de sus corajes, entre otros beneficios. Manuel
sigue preparando aceites para problemas musculares, cremas para problemas
dermatologicos, jarabes para la tos, cremas para estrias, cremas para la piel
seca, etc. Ya entrados en confianza le pregunte cual era el secreto de doña
angelita para ese cutis que lucio siempre, y sabe cual fue la respuesta: el
agua de rosas y, de vez en cuando, una pomada famosisima, que es buena como el
pan, pero que no competira nunca en precios con las cremas actuales, que por la
publicidad y el preci0, pensamos, debieran ser mejores; si, adivino: la crema
de la campana. Pero, y ¿que son las formulas magistrales? Pues no es otra cosa
que la raiz de la medicina actual, la farmacopea antigua que obtenia las
recetas de los productos menos procesados y que no provocan los daños
colaterales de los medicamentos modernos.
Manuel
martinez nava es nieto de don eulalio nava y esta casado con carmen zavala
ortiz, nieta de don martin zavala camarena quien fue presidente municipal en el
periodo 1952-54 y tuvo a don eulalio como tesorero municipal. En aquel periodo
y como parte de un acto modernizador de san miguel cambiaron la piedra que
habia en las calles del centro por adoquin para facilitar el trafico de un
visitante que llego para quedarse: el automovil. Don eulalio ya habia sido
presidente municipal interino en 1939 y una de las cosas que se recuerdan fue
que revivio las posadas publicas. No es dificil pensar que la gente que
entonces vivia olvidara de un dia para otro los lugares comunes como el jardin
principal con colgados y ajusticiados, pero tampoco era sano vivir siempre con
aquellas imágenes. Las posadas publicas resultaron todo un éxito pero doña
angelita no estuvo contenta hasta que don eulalio dejo de ser presidente
interino pues era tal la indigencia administrativa municipal que la botica de
santa teresita cubria varios gastos que eran obligacion municipal. Creo que las
cosas han cambiado un poco y hoy tenemos muchos “voluntarios” que se esfuerzan
por convencernos de su “espiritu de servicio”.
Por
supuesto que la botica de “santa teresita” no era la unica en san miguel muchos
recordaran la de don pancho carbajo, la de lupita vega y mucho mas atrás las
que relata don polo samaniego en su libro: “buenos, malos y regulares”, dice:
“hubo, en su tiempo, tres boticas y tres farmaceuticos o “profesores” en san
miguel y boticas y profesores son dignas “felice recordacion”. Las boticas eran
las de san juan de dios”, del profesor don desiderio hernandez; la de
“guadalupe”, del profr. Don antonio rodriguez y la del “sagrado corazon”, del
de igual titulo don jose maria vega”, de ellas y su tertulia nos ocuparemos en
otra ocasión,
En bella casa de la familia nava, viva litografia de las residencias antañonas, nada ha cambiado, el tiempo se ha detenido. En su enorme biblioteca existen varias pinturas con las imágenes de don eulalio, enrique, euclides, eugenio “toto”, eduardo, eulalio, congelados por pincel de don david paz gran pintor que fue maestro en bellas artes. No termino el de maria elena y no pinto a evangelina porque se enfermo el pintor y, finalmente, fallecio. Como tambien acaba de fallecer el mes pasado, eugenio nava rodriguez, mejor conocido como “Toto” quien abrió en la calle de hidalgo por muchos años una farmacia muy moderna, con medicina de patente y perfumería, la farmacia “de Dios”, quizá mas conocida como la farmacia de “Toto” con una imagen muy contemporánea y que por muchos años sirvió a los sanmiguelenses. Cuando la cerro, hace mas de treinta años, se fue a vivir a monterrey. Los que lo conocimos nos dejo la grata impresión de haber tratado con un hombre bueno, atento y respetuoso, descanse en paz.
Los
Jefes Políticos y los Presidentes Municipales.
Antecedentes:
La Constitución española de
1812, fue promulgada por las Cortes Generales de España, reunidas
extraordinariamente en Cádiz, el 19 de marzo de 1812. Se le ha otorgado una
gran importancia histórica por tratarse de la primera constitución promulgada
en España, además de ser una de las más liberales de su tiempo.
Oficialmente estuvo en vigor
sólo dos años, desde su promulgación hasta su derogación en Valencia, el 4 de
mayo de 1814, tras el regreso a España de Fernando VII. Sin embargo, apenas si
entró en vigor de facto, puesto que en su período de gestación buena parte de
España se encontraba en manos del gobierno pro-francés de José I de España
–conocido también como “Pepe botellas” por cierta afición que tenía-, otra en
mano de juntas interinas más preocupadas en organizar su oposición a José I y
el resto de los territorios de la corona española (los virreinatos) se hallaban
en un estado de confusión y vacío de poder causado por la invasión napoleónica.
La constitución establecía la
soberanía en la Nación (ya no en el rey), la monarquía constitucional, la
separación de poderes, la limitación de los poderes del rey, el sufragio
universal masculino indirecto, la libertad de imprenta, la libertad de
industria, el derecho de propiedad o la fundamental abolición de los señoríos,
entre otras cuestiones, por lo que "no incorporó una tabla de derechos y
libertades, pero sí recogió algunos derechos dispersos en su articulado".
Es notorio que esta primera
redacción contó con el rechazo de los americanos, disconformes con la
manifiesta diferencia numérica a favor de las provincias peninsulares frente a
las americanas (que equivalían aproximadamente a cada Virreinato o Capitanía
General, mientras que las provincias peninsulares se identificaban con los
reinos históricos de España).
De especial trascendencia
fueron los artículos constitucionales referidos a ayuntamientos y diputaciones
provinciales, en cuya redacción la comisión adoptó la Memoria presentada por
Miguel Ramos de Arizpe, diputado por Coahuila, para la organización y gobierno
político de las Provincias Internas del Oriente de Nueva España.
Jefe Político Superior fue el
nombre que se dio, conforme a la Constitución de Cádiz de 1812, al más alto
funcionario político y administrativo de cada una de las provincias en que la
Constitución dividió el gobierno español, tanto en Europa como en ultramar. De
conformidad con el sistema constitucional, el virreinato de la Nueva España y
los demás existentes en la América Española se extinguieron y quedaron
divididos en una serie de provincias jurídicamente iguales, gobernadas por un
Jefe Político Superior nombrado por el rey y una diputación provincial de siete
miembros, elegidos por un sistema de sufragio indirecto. Las provincias se
subdividían en partidos, gobernadas por jefes políticos subalternos.
Durante el Porfiriato el jefe
político fue una pieza esencial en la política de centralización que llevó a
cabo el Gral. Porfirio Díaz durante su dilatada gestión como titular del
ejecutivo nacional. Sin esta posición intermedia, que proveía de información
directa de los incidentes del campo y de las ciudades mexicanas a la
presidencia, así como de órdenes exactas sobre la forma de dar solución a
ciertas problemáticas locales por parte del mismísimo presidente, el gobierno
porfiriano no habría podido sostenerse como lo hizo por poco más de treinta
años. Y fue precisamente la importancia de dicho puesto que aquellos que lo
ocupaban (sin importar en qué punto del país se encontraran) tenían que ser
leales comprobados del b} gobierno y podían ser elegidos por el presidente
directamente, o por el gobernador de alguno de los estados aunque, claro,
siempre con el visto bueno del general Díaz. Pero ésta no fue una posición que
se creara durante el Porfiriato, sino que tiene su origen muchos años atrás.
Las jefaturas políticas eran
instancias de poder cuyo objetivo real era la de centralizar más el poder público
“la constitución de Cádiz de 1812 –nos dice Romana Falcón- creó una poderosa
correa de centralización política con el propósito de mantener la autonomía de
las regiones dentro de los límites manejables.
Como su duración dependía de
la lealtad a la autoridad superior algunos de ellos duraron muchos años. En
nuestra ciudad son recordados varios de ellos pues nuestros antepasados le
impusieron sus nombres a varias calles; así la de Homobono recuerda a don
Homobono González quien tuviera como residencia la que hoy conocemos como Villa
Santa Elena en la parte baja del chorro y que tenía entonces un ojo de agua y
que abarcaba la parte que más adelante adquirió el actor José Mojica, frente al
Parque “Benito Juárez” en donde trajo a vivir a su madre y hoy conocemos como
Villa Santa Mónica.
Antes que ellos estuvo el Lic.
Benito A. Arteaga a quien conocemos más por el interés de dar a conocer la
verdadera historia de nuestro héroe epónimo don Ignacio de Allende en su obra
“Rasgos Biográficos de don Ignacio Allende” en 1852 y que, por fortuna,
reimprimió un siglo después con el título de “El Héroe Olvidado” el entonces
Cura Párroco Pbro. José Mercadillo Miranda. En el mismo año de 1852 los padres
oratorianos en voz del Rector D. Luis Caballero de Acuña se quejan ante el
gobernador del estado el Lic. Manuel Doblado de la destrucción que la tropa
militar ha hecho del Colegio de San Francisco de Sales y es el Lic. Benito A.
Arteaga quien lleva el ofrecimiento de que serán reparados los daños.
En 1861 el sucesor de don
Benito A. Arteaga en la jefatura política, don Manuel López, por instrucciones
del gobernador del estado devuelve el Colegio y la huerta del Oratorio a la
Congregación del Oratorio pero en 1867 al triunfo de Don Benito Juárez el
Colegio Salesiano es definitivamente confiscado. Más adelante al ser puestos en
venta el R. P. Don José María Correa rescata el claustro, y hace lo propio con
la huerta el R. P. Pedro Sandi.
El jardín principal ocupa el
lugar que tuvo la plaza mayor de la villa. Don Pepe López nos relata que estaba
sin árboles y sin bancas porque estaba destinado, entre otras cosas, al
comercio durante las ferias, días de
fiesta y domingos. Tenía al centro una fuente de buen tamaño y una columna
conmemorativa de Carlos IV. Gracias a la iniciativa de don Juan Mañón el jefe
político construyó en 1869 el jardín actual que dedicaron al héroe
sanmiguelense don Ignacio de Allende. Don Francisco de la Maza nos informa que
don Juan Mañón era el Administrador Principal de Rentas y, también a su
iniciativa se inicia en 1873 el Teatro que dos años después sería inaugurado
por Angela Peralta y en su honor lleva ese nombre.
En 1888 manda construir el kiosko
del cual quedan en la actualidad los barandales y las columnas, pues su
cubierta metálica le fue cambiada hace más de 30 años.
LOS PRESIDENTES MUNICIPALES
En México, el término alcalde
es utilizado como sinónimo de presidente municipal, que es el funcionario
público electo cada tres años para presidir los ayuntamientos, también llamados
cabildos. La denominación de "presidente municipal" tiene su
fundamento en el artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos.
Las personas en las que ha
recaído la responsabilidad de presidir el H. Ayuntamiento a partir de la
Constitución de 1917 en nuestro municipio son:
CIRILO ARAIZA 18-19
RAMON VAZQUEZ 26-27ABUNDIO LOPEZ GUTIERREZ 28-29
ALBINO E. ESCOTO PIMENTEL 30-31
MIGUEL HERRERA 33-35
FRANCISCO ROCHA Y DE LASEAUX 36-37
EULALIO NAVA 38-39
LUIS ORTIZ VIVANCO 40-41
FCO. ROCHA Y LASEAUX 42-44
LUIS BRIBIESCA VALLARTA 45-46
ROBERTO LAMBARRI DE LA CANAL 47-48
AGUSTIN RAMIREZ R 48
ANASTASIO LOPEZ ESCOBEDO 48-49
JULIAN MALO SAUTTO 50-51
MARTIN ZAVALA ROCHA 52-54
FERNANDO LAMBARRI DE LA CANAL 55-57
LEOBINO ZAVALA VALLEJO 58-60
SALVADOR DE LARA MARTINEZ 61-63
EDMUNDO ESPINO 64-66
ANTONIO GIL VEGA 67-69
LUIS FERRO DE LA SOTA 70-72
JOSE LUIS CHAGOYAN CABRERA 73
SILVESTRE BAUTISTA LOPEZ 74-75
JOSE LUIS BRIBIESCA MOJICA 76
MANUEL MARTINEZ MALDONADO 77-79
PEDRO GEREZ DIEZ 80-82
LUIS FERRO DE LA SOTA 83-85
ERNESTO VILLAGOMEZ SALAZAR 86-88
MANUEL ZAVALA RAMIREZ 89-91
SALVADOR GARCIA GONZALEZ 92-94
JAIME FERNANDEZ HARRIS 95-97
SALVADOR GARCIA GONZALEZ 98-00
OSCAR ARROYO DELGADO 01-03
LUIS ALBERTO VILLARREAL GARCIA 04-05
JUAN ANTONIO JARAMILLO 06
JESUS CORREA RAMIREZ VILLALOBOS 07-08
RODOLFO JURADO MAYCOTTE 09
MA DE LA LUZ NUÑEZ FLORES 10-12
MAURICIO TREJO PURECO 13-15
RICARDO VILLARREAL GARCIA 16-18
Para una siguiente entrega
podremos ir detallando las obras realizadas por los Presidentes Municipales.
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