Los que hoy siembran entre lágrimas, mañana cosecharán entre gritos de alegría. Salmo 126. Entre los parientes y el sol... -¿Diga?, ¿qué se le ofrece? -Buenos días, quiero hablar con Pepe -Voy a ver si está, espéreme. Con el corazón brincándole en el pecho, don Pancho espera nervioso; conociendo a su primo teme que se niegue a recibirlo por eso dudó tanto en venir a verlo pero, impulsado por la necesidad, no encontró otra salida. Después de un buen rato de estar esperando, sabe que lo va a recibir porque la sirvienta ya no regresó. Efectivamente, limpiándose la boca todavía, como para expresar que fue interrumpido en el sacro espacio de la comida familiar, sale don José. -¿qué pasó?, su voz delata molestia y prisa por terminar la entrevista. -¿si supiste que se me quemó el puesto?, ¡claro! y ¿luego?, -es que se me quemó toda la mercancía y… -¿y qué? –e-es que no tengo para pagarte l...
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