Por: Luis Felipe Rodríguez Como un eco de tiempos idos año con año San Miguel de Allende entrecierra los ojos para volver a vivir las imágenes que la memoria guarda y repasa hoja tras hoja el libro del corazón. Después de las carreras normales de apremiarnos a salir porque, decía mi abuelo, la primera llamada es para salir de la casa, la segunda para llegar al templo y encomendarnos a Dios . Salimos apresuradamente de casa y enfilamos hacia el Templo del Oratorio, el Templo de mi santo patrono San Felipe Neri. Mi madre prefiere el crucero de la puerta de la Santa Casa porque tenemos menos motivos de distracción. El templo está casi lleno, es misa de pasión. Al cabo niños, sentimos que la misa fue más larga que las normales y mi madre, sin molestarse me explica que los cantos son ESPECIALES en cuaresma y semana santa. Con el correr de los años cala más profundo el clavo aquel con que fijo la explicación de mi madre. Los intérpretes de esos cantos son un grupo in...