Por: Luis Felipe Rodríguez No puedes amar lo que no admiras, por eso al llegar a San Miguel me deslumbró su belleza y, al admirarlo, lo hice mi proyecto de vida, dice Arturo Morales, quien llegó a la ciudad hace treinta años y a partir de entonces no deja de caminarlo. Eso te da un vínculo, deja el derecho, soy desde entonces un apasionado de San Miguel. Platicar con él es siempre una delicia porque me permite ver el ángulo que un “fuereño” tiene de este lugar donde nací y del que, igualmente, me siento enamorado y es que hay razones para estarlo. A San Miguel, como sugiere el Principito, hay que verlo con el corazón. Arturo es ganador, junto con Pavel Hernández, del Premio Nacional de Turismo usando insumos locales, rutas milenarias, capillas de indios, etc. que le dejaran al visitante una experiencia y una emoción que lo marcara en un parteaguas de antes y después. César Arias de la Canal, incansable defensor del ambiente natur...